Fabián Rojas, el único gendarme misionero que sobrevivió a la tragedia de Salta en donde 43 efectivos perdieron la vida, recordó que al momento del accidente manejaba el mejor chofer que tenía ese grupo de la fuerza. “Era un excelente conductor. No se pudo evitar el accidente. Yo me desperté justo antes de caer y quedé como cuatro horas entre los hierros”, dijo.
En diálogo con Misiones Online, Fabián Rojas (21), oriundo de San José, contó detalles de aquella fatídica noche del 14 de diciembre, cuando un micro de Gendarmería Nacional desbarrancó y cayó de un puente en Salta, generando la muerte de 43 personas, todos hombres menos dos mujeres.
“Me acuerdo que justo desperté cuando sentí un golpe fuerte. Ahí pensé que volcamos solamente pero no que caímos de un puente”, dijo el joven.
En este sentido, recordó que fue muy duro la situación y que estuvo mucho tiempo atrapado entre los hierros. “Yo escuchaba los gritos de mis compañeros. Uno lo tuve encima de mis piernas pero no me contestaba. Yo podía mover solo un brazo ya que estaba bajo los hierros y así estuve como cuatro horas”, agregó.
Respecto al hecho, dejó en claro que “Íbamos con el mejor chofer. Tenemos varios en el Movil 5 de Santiago del Estero, pero él era uno de los mejores. Se murió lamentablemente”, en mención al sanjuanino Oscar Manrique, cabo Primero aparentemente conducía el micro en el fatal momento.
El muchacho sigue su recuperación y aseguró que está cada día mejor. Todavía tiene unos pasos que seguir pero espera pronto volver a trabajar. “Por suerte no sufrí golpes graves, sí mucho pero ninguno importante. Estoy dolorido todavía pero voy mejorando. La verdad que no puedo creer como me salvé. Fui el único de los cuatro misioneros que iban en el micro que la puedo contar”, recordó.
En cuanto a eso, dijo que Daniel Stanechuk (26), el oriundo de Leandro N. Alem era de su promoción y que lo conocía más que a los otros dos. “Iniciamos juntos el camino como gendarmes. Era una gran persona”, añadió. La familia del sobreviviente, compuesta por sus padres y dos hermanas mayores, disfruta del milagro de tenerlo hoy en día en su casa, allá en San José, donde desde pequeño soñaba con ser gendarme.
Por último, indicó que supo que solamente hay dos compañeros que siguen internados por haber sufrido algunas fracturas. Pero que los otros cinco, ya fueron dados de alta. En realidad eran ocho los sobrevivientes pero luego falleció uno tras el accidente.
MAG
EP
