Quiso conectar la computadora con el cuerpo húmedo y murió electrocutado

“Fue una desgracia”. De esa manera calificaron el viernes los vecinos que viven en la calle 15 al 900 del barrio Congreso, en Las Talitas, Tucumán al accidente doméstico en el que un adolescente de 16 años murió electrocutado el jueves a la noche.

La víctima era Lucas Nahuel Bustos. En las primeras versiones acerca de su muerte dadas por fuentes policiales, se sospechaba de un supuesto intento de robo, versión que fue desechada por completo por allegados a la familia que explicaron que Lucas vivía en la casa donde sucedió el accidente.

“Lo conocíamos desde que era chico. Él (por la víctima) se había criado con su abuela. Y ahora había venido para acá porque se iba a quedar a pasar las vacaciones con su tía”, dijo el comerciante Domingo René Gómez, quien es dueño de un almacén ubicado en una diagonal al frente de la casa del accidente.

En esa vivienda funciona una agencia de quinielas pero el viernes a la mañana estaba desolada porque todos los integrantes de la familia Bustos estaban en una sala velatoria de la capital donde se realizó el sepelio de la víctima.

“Él había venido a comprar una gaseosa un rato antes de que recibiera la descarga eléctrica. Me contó que ya había pasado de año y que había aprobado todas las materias. Por eso vino para acá a pasar las vacaciones. Yo llamé al 911 cuando fue el accidente porque de su casa salieron gritando que llamen a una ambulancia. Pero cuando llegó ya lo habían subido a un auto para trasladarlo al CAPS”, agregó el comerciante.

Descarga mortal

De acuerdo con el testimonio de los vecinos de la familia Bustos, el adolescente había salido de bañarse y todavía habría estado mojado cuando quiso enchufar su computadora a un prolongador tipo “zapatilla” al que también estaban conectadas las luces de árbol de Navidad. Fue ahí cuando recibió la mortal descarga.

“No es que estaba empapado. Tenía el cuerpo húmedo porque acababa de ducharse. Pero parece que cuando quiso conectar la computadora metió los deditos en el enchufe” (sic) dijo Nilda Pedraza, una de las vecinas que el jueves a la noche ayudó a la familia Bustos.

“Primero se escuchó el grito de la tía y ahí todos salimos para ver qué había pasado. Ellos ya lo habían sacado hasta la vereda y le hacían trabajos de reanimación pero no respondía. Tenía el cuerpo morado y tuvo varias convulsiones por eso pensábamos que estaba teniendo un ataque o algo así. Cuando lo subieron a un auto para llevarlo al CAPS, ya parecía estar muerto”, concluyó Pedraza.

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