Dolor por el gendarme fallecido de Posadas e indignación con la fuerza

Familiares y allegados de Ignacio Giménez mostraron todo su dolor en el velatorio del joven uniformado. Desde que fue trasladado en un coche común hasta que recibieron malos tratos y desinformación total del triste episodio ocurrido en Salta.

Dolor, tristeza, y mucha indignación. Así era el clima en el barrio educación de Posadas, en la vivienda donde son velados los restos de Ignacio Giménez (21). El posadeño viaja en el micro que desbarrancó y provocó la muerte de 43 gendarmes. Todos suboficiales.

Quien tomó la palabra fue Matías, cuñado del fallecido. Matías Espínoza contó cosas escalofriantes. Que el cuerpo llegó a Posadas alrededor de las 19 horas y estaba irreconocible. La indignación pasa también por el trato recibido a los familiares. Según ellos tardaron más de 12 horas en dar la lista de los que viajaban en aquel micro y como si fuera poco, el muchacho estaba de franco y a punto de viajar para su ciudad natal. La que dejó hace dos años y medio para cumplir su sueño de ser gendarme.

“Estaba irreconocible. Estamos indignados, como pudieron trasladarlo con un móvil común y no en avión como prometieron. Por eso no podemos velarlo mucho y mañana ya lo entierran”, dijo

A quien apuntaron es a un alto jefe regional que se acercó varias horas después que ellos ya conocían la triste noticia. “Martín Giménez, padre del muchacho, solo atinó a decir que la fuerza de seguridad nacional se llevó a Ignacio entero y sano. Lo regresó en partes.

Por su parte, Matías confió que la familia está destrozada. El padre tuvo una descompensación pero quiso que su único hijo varón sea despedido en su casa. “Nosotros llamábamos y no nos decían nada. Tuvimos que averiguar por nuestros propios medios que él estaba en uno de eso colectivo. Encima ya se veía para Posadas y una noche antes estaba contento por venir de vacaciones”, agregó.

Otra situación que plantearon los familiares es que desde la fuerza nunca mostraron consideración. Que los micros estaban en mal estado por falta de mantenimiento y que hay versiones que ellos escucharon de un posible atentado. O porque los transportes no estaban en condiciones de viajar.

Ignacio era un chico muy querido en el barrio. Quería ser el orgullo de su padre Martín y ser gendarme. Lo había cumplido hace dos años y cinco meses. El hombre estaba muy mal y sufrió una leve descompensación. Tenía cuatro hermanas y sobrinos que derramaban lágrimas desconsolados.

También cargaron contra Gendarmería al remarcar que solo les importó en esta tragedia que la fuerza salga. “Ellos solo ven a números y no a personas. Tampoco el dolor de sus familias”, una frase fuerte. Un familiar que prefirió reservar su identidad pero no pudo evitar el comentario por el inmenso dolor.

 

 

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