El Obispo Martínez abrió “las Puertas de la Misericordia” y exhortó  a ser instrumentos de este atributo de perdón

El Obispo  de la Diócesis de Posadas, Monseñor Juan Rubén Martínez, abrió la “Puerta de la Misericordia” en la Iglesia Catedral “San José”, este domingo, cerca del mediodía.

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La ceremonia comenzó en la Plaza 9 de Julio, que está ubicada frente a la Catedral “San José”. Luego de proclamar el Evangelio y leer los tres primeros puntos de la Bula por la cual el Papa Francisco convocó a la celebración de un Año Santo extraordinario, el Jubileo de la Misericordia, el Obispo Juan comenzó la procesión hasta las puertas de la Catedral para proceder a la apertura de la misma y que todos los presentes pudieran ingresar para compartir la celebración de la Santa Misa.

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El obispo Martínez recordó la importancia de este año, “iniciamos un año Santo, un año importante”, remarcó. Indicó además que es el primer Año Santo de la era Francisco,  se celebra 15 años después del jubileo del año 2000 convocado por Juan Pablo II y tiene un carácter «extraordinario» a diferencia del «ordinario», que se organiza cada 25 años.

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Este jubileo fue fuertemente deseado por Jorge Mario Bergoglio para conmemorar los 50 años del Concilio Vaticano II, que modernizó a la Iglesia.

En la homilía nuestro Obispo explicó que en este tiempo que estamos viviendo, el Tiempo de Adviento, es importante que nos preparemos para celebrar la Navidad porque “tiene que ver con la Misericordia, porque al celebrar la Navidad estamos celebrando lo que nosotros confesamos en nuestra fe, porque creemos en Dios, pero no es un Dios que es un concepto, un Dios genérico o que todo es lo mismo, creemos en un Dios que nos Ama y nos Amó tanto que quiso estar en medio de nosotros.  En la Navidad celebramos el misterio de la Encarnación, Dios tomó de la carne de María y se encarnó, se hizo uno de nosotros. Aquel que había creado todo quiso hacerse uno de nosotros, Él que es La Palabra se hizo carne y nació en medio nuestro… Dios nos Amó y lo hizo contradiciendo los parámetros de este mundo que muchas veces cuando reflejan algo grande lo hacen con cosas magníficas y sin embargo Él vino y ‘no había lugar para Él’, vino en la pequeñez de ese lugarcito que encontraron, María y José, en Belén y que lindo es saber esto de su Abrazo, de su Amor…”.

Respecto del Año de la Misericordia recordó que el Papa lo convocó para que nosotros mismos, cada uno de los cristianos, podamos ser testigos del Amor de Dios, de Su Misericordia para con toda la humanidad.

Sobre el pasar por la “Puerta de la Misericordia” Monseñor Martínez subrayó que es un signo que nos permitirá recordar que todos los pasemos a través de la misma “podremos experimentar el Amor de Dios que consuela, perdona y ofrece esperanza”.  Continuó diciendo que “como Pueblo de Dios, por el bautismo, sabemos que todos somos responsables de evangelizar, no solamente el Obispo o el Papa, todos los que estamos bautizados tenemos la responsabilidad de ser testigos del Amor de Dios, de llevar la Buena Noticia…” y a esto es a lo que nos quiso invitar el Papa Francisco a ser testigos del Amor de Dios para el mundo entero, testigos que primero han experimentado el Amor del Señor. Luego agregó, “todos estamos llamados a experimentar la Misericordia, porque no fuimos elegidos por nuestras perfecciones, fuimos elegidos por la gratuidad de su Amor. Nosotros desde nuestras fragilidades, infidelidades, pequeñeces también somos abrazados por el Amor de Dios, este es nuestro discipulado y el discipulado de la caridad. Él nos Ama, no construimos desde nuestras  perfecciones, para decir después como esa parte del Evangelio ‘gracias Señor por ser como soy y por no ser mejor que ese’. El discipulado lo construimos desde el Amor Misericordioso de Dios, porque fuimos y somos abrazados, como el Padre abraza al Hijo Pródigo, eso es pasar por esta Puerta, para poder experimentar su Amor, pero no lo puede experimentar el soberbio o la soberbia que creen que no necesitan a nadie, todos necesitamos de Dios porque somos sus hijos e hijas y cuando experimentamos este Amor Misericordioso, nosotros también queremos salir y abrazar a nuestros hermanos más necesitados, que están muy heridos en el camino, porque la vida no es fácil y hay muchas situaciones duras y que no son fáciles…Tendremos que salir, porque nosotros nos sentimos amados misericordiosamente, debemos salir y amar con misericordia a nuestros hermanos más necesitados de la Misericordia de Dios…Esto nos da Esperanza, este tiempo nos oxigena y nos invita a recordarles a nuestros hermanos que, más allá de la situación difícil en la que están, pueden salir porque Dios los Ama…”

Antes de finalizar la celebración el Presbítero José Luis Fernández, párroco de la Catedral y canciller de la Diócesis, explicó que durante el Jubileo de la Misericordia se podrán obtener las indulgencias plenarias y que para ello el Obispo Juan firmó un decreto en el que se especifica los lugares que se podrán visitar para ello: la Catedral “San José”, en la ciudad de Posadas; la Parroquia Cristo Redentor , en Jardín América;  la Parroquia Santa Teresita, en Leandro N. Alem, y la Parroquia San Pedro y San Pablo, en Apóstoles.

 

 

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