En Santo Pipó, viejas glorias del fútbol local se juntan todos los sábados para seguir «descociéndola»

Más de 120 “Superveteranos” del departamento San Ignacio se reúnen cada sábado en Santo Pipo para re-encontrarse con el fútbol y amistad. En la noche del sábado cerraron el año con una cena en familia llena de alegría y amistad.

 

En una de las canchas de Santo Pipo, cada sábado, se reúnen grandes glorias del fútbol misionero de los 70 y 80, para re-encontrarse dentro de ese rectángulo mágico. Allí cual gladiadores se juegan el honor, el orgullo, la pasión y el amor por el fútbol. Desde hace más de quince años existe un torneo exclusivo para mayores de 50 años.

 

El pasado sábado 14 se reunieron en una cena show en la Escuela de Comercio Nº 7 de Santo Pipo para despedir el año en familia, alimentando la pasión por el deporte y afianzando la amistad.

 

La liga para jugadores de más de 50 años, denominada “superveteranos” nació con el fin de dar un lugar a aquellos ex futbolistas, que ya fuera del profesionalismo, querían seguir en actividad. Hay otras ligas, pero ellos no podían competir frente a jugadores de 20 0 30 años, por lo cual quisieron tener su lugar donde seguir en actividad.

 

En el torneo de este año el campeón es El Rocío; en segundo puesto quedó el equipo de Tigre. En el tercer puesto quedó Sportivo Roca y en cuarto lugar quedo Itatí.

 

Santo Pipo es cuna de grandes futbolistas. La historia recuerda a grandes deportistas que compitieron en la liga de San Ignacio y luego en la liga Posadeña, donde aún militan los equipos de Tigre y Sporting. Pero esta el otro lado, quienes ya pasaron la edad del profesionalismo, para ellos también hay un lugar en este tranquilo pueblo misionero.

El jugador de más años que compite en el torneo es Nicanor Báez, “Noto” como le dicen los amigos que supera las siete décadas y sigue activo. Entre quienes compiten cada sábado están los ex Tigre Marcos Barrios, Rafael Galeano, «Gato» Solis, “Tupá” Romero, Guido González. otros históricos son Corazón Lezcano, Amadeo Acuña, José Vandendorp, Turí Espinola, Gerardo “Mbeyu” Amarilla, entre otros.

Jugadores de Posadas, Jardín América, San Ignacio, Gobernador Roca, San Ignacio, General Urquiza, se acercan a compartir junto a los pipoceños sábado, tras sábado esa pasión por el fútbol. Ocho equipos dan vida a un torneo, donde lo importante es competir. Ese orgullo de entrar a la cancha y dejar todo por el placer de transpirar una camiseta.

 

Cada partido es una justa, donde médicos, maestros, policías, funcionarios, tareferos, albañiles, agricultores dan rienda suelta a esa divina pasión por el deporte. Dentro del campo de juego todos son iguales, se diferencian por una mayor o menor calidad del manejo de la pelota, o la chispa de estar más despierto que el rival. Luego del silbatazo del final, se forman rondas donde como pares y amigos celebran el seguir en la actividad deportiva.

 

El deporte es salud, dicen los que médicos. Aquí en este pueblo, el deporte además de salud, es sinónimo de amistad, compañerismo y solidaridad. Este torneo reúne a más de un centenar de jugadores cada sábado, quienes celebran cada fecha un culto a la redonda.

 

En la noche del sábado pasado realizaron la cena show de fin de año. Allí premiaron a los ganadores del torneo, además de premiar a quienes se destacaron dentro del campo de juego. También hubo lugar para recordar a quienes ya no están, jugadores que hicieron historia en el deporte local y regional.

 

Con un gran asado en familia despidieron el año, mostrando la magia que tiene el fútbol, que da amistades que trascienden en el tiempo. Que se reúnan más de 120 deportistas cada sábado para seguir divirtiéndose sanamente es algo destacable. Más cuando se trata de padres o abuelos que no quieren caer en el sedentarismo y para poder competir se preparan todas las semanas con caminatas o incluso los más “modernos” yendo al gimnasio.

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