Un ladrón baleó en la cabeza a una perra que lo puso en fuga

El ladrón no pudo doblegar a nadie: no quebró la voluntad de la mujer a la que le quería robar -aunque le pegó y la amenazó de muerte- y mucho menos a su mascota, que le hizo frente hasta obligarlo a retroceder. Antes de escaparse le pegó un tiro a una perra mestiza. En un barrio en el que cierta clase de asaltos ya era habitual, este hecho terminó por indignar a todos. Sucedió en La Plata.

A las 9 de la mañana de ayer, Patricia (57) encendió el motor de su auto pero se demoró un minuto en irse de su casa, en 141 entre 35 y 36. Volvió a buscar algo y cuando regresó a la calle vio llegar a un hombre que no era su vecino.

“De entrada lo vi sospechoso, con una gorra, una capucha y un pañuelo que le tapaba la cara. Se me vino encima en una moto roja y me mostró un arma”, empezó contando la víctima. Sin tiempo a reaccionar, ella empezó a escuchar una amenaza tras otra: “Vamos para adentro, dale porque te quemo”. Patricia, que estaba por ir a hacer los trámites por el fallecimiento de su madrina, quería que la situación terminara cuanto antes. Le ofreció al delincuente que se llevara su auto con tal de que se fuera. Pero el ladrón seguía empecinado con conseguir plata y maltrató a la mujer con tirones de pelo, empujándola al suelo y zamarreándola.

En un momento, ella retrocedió y estuvo a punto de ponerse a salvo dentro de su casa. El asaltante la persiguió, pero de repente frenó en seco.

Nina, una perra mestiza de la familia, apareció en escena y le gruñó. Tenía intenciones de atacarlo, igual que lo hizo hace dos meses, cuando otros delincuentes se metieron ahí. El animal los enfrentó pero la molieron a patadas, hasta casi dejarla renga.

Esta vez el castigo fue mucho peor. “El ladrón vio que no iba a poder entrar y de bronca le disparó a matarla”. La perra, de un año y medio, recibió el balazo en la cabeza: ayer a la tarde seguía grave, ya había perdido un ojo y los veterinarios suponen que podría quedar con secuelas neurológicas.

Nina quedó tirada en la calle polvorienta, perdiendo mucha sangre. Sus dueños hoy siguen conmocionados. Son una familia “bichera” y cada mascota le es irremplazable.

Todavía no hay rastros del delincuente, que huyó tan rápido como pudo y aparentemente ya había participado de otros robos en ese sector de San Carlos.

Adrián, el hijo de Patricia, sostuvo que habría cámaras de seguridad privadas en la zona, que podrían ayudar a ubicar al asaltante.

La pregunta que quedó suspendida en el aire fue ¿qué pasaba si la mascota no intervenía? En el barrio muchos vecinos coincidieron: “El tiro era para Patricia”.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas