El mensaje de Francisco: Con diferencias y discrepancias es posible vivir en un mundo de paz

Luego de dos años de visitas del Papa Francisco por varios países de Sudamérica, la sociedad ha sido partícipe de dos históricas semanas llenas de enseñanzas volcadas por el Santo Padre Francisco, relanzando la encíclica “Laudato Si”.

He aquí una síntesis de frases que más trascendieron de esta histórica visita de Francisco a ciudades de Estados Unidos. Como cuando dijo “la importancia de una persona siempre se basa en cómo sirve a la fragilidad de sus hermanos, en eso encontramos uno de los frutos de una verdadera humanidad. Quien quiera ser grande, que sirva a los demás no que se sirva de los demás”;. “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”; “Quien no sabe llorar y no sabe reír, por lo tanto no sabe vivir”.

-«Queremos ser una iglesia que salga de casa para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación»; una iglesia «que sepa acompañar todas las situaciones embarazosas de nuestra gente, comprometidos con la vida, la cultura, la sociedad; no borrándonos, sino caminando con nuestros hermanos, todos juntos, sirviéndonos, ayudándonos».

-Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir; si no salen se convierten en una ONG, y la Iglesia no puede ser una ONG. Que me perdonen los Obispos y los curas, si algunos después le arman lío a ustedes, pero…es el consejo. Y gracias por lo que puedan hacer!!!

-“La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad”, (documento de Aparecida, 360). Somos hijos de la audacia misionera de tantos que prefirieron no encerrarse «en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta» (Evangelii gaudium, 49).

Acerca del medio ambiente

-“La tierra, nuestro hogar, está empezando a parecerse cada vez más como una inmensa pila de basura.»

“La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo”.

-«La creación y distribución de la riqueza es un elemento vital en la lucha contra la pobreza y el cambio climático”.

-En Laudato Si se alienta al esfuerzo valiente y responsable para “reorientar el rumbo” (L Si, 61) y para evitar las más grandes consecuencias que surgen del degrado ambiental provocado por la actividad humana. La urgencia evidente es que el cambio climático es un problema que no se puede dejar a la próxima generación. Estamos viviendo en un momento crítico de la historia, todavía tenemos tiempo para hacer los cambios necesarios para lograr “un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar” (LSi,13).

francisestados

-Nuestra respuesta, en cambio, es de esperanza y de reconciliación, de paz y de justicia. Se nos pide tener el coraje y usar nuestra inteligencia para resolver las crisis geopolíticas y económicas que abundan hoy. También en el mundo desarrollado las consecuencias de estructuras y acciones injustas aparecen con mucha evidencia. Nuestro trabajo se centra en devolver la esperanza, corregir las injusticias, mantener la fe en los compromisos, promoviendo así la recuperación de las personas y de los pueblos. Ir hacia delante juntos, en un renovado espíritu de fraternidad y solidaridad, cooperando con entusiasmo al bien común.

-La responsabilidad social requiere un cierto tipo de paradigma cultural y, en consecuencia, de la política. Somos responsables de la formación de las nuevas generaciones, debemos ayudarlas a ser capaces en la economía y la política, y firmes en los valores éticos. El futuro exige hoy la tarea de rehabilitar la política, una de las formas más altas de la caridad. El futuro nos exige también una visión humanista de la economía y una política que logre cada vez más y mejor la participación de las personas, evite el elitismo y erradique la pobreza. Que a nadie le falte lo necesario y que se asegure a todos dignidad, fraternidad y solidaridad: éste es el camino propuesto. Ya en la época del profeta Amós era muy frecuente la admonición de Dios: «Venden al justo por dinero, al pobre por un par de sandalias. Oprimen contra el polvo la cabeza de los míseros y tuercen el camino de los indigentes» (Am 2,6-7). Los gritos que piden justicia continúan todavía hoy.

-Las víctimas inocentes del aborto, los niños que mueren de hambre o bajo las bombas, los inmigrantes se ahogan en busca de un mañana, los ancianos o los enfermos, de los que se quiere prescindir, las víctimas del terrorismo, de las guerras, de la violencia y del tráfico de drogas, el medio ambiente devastado por una relación predatoria del hombre con la naturaleza, en todo esto está siempre en juego el don de Dios, del que somos administradores nobles, pero no amos. No es lícito por tanto eludir dichas cuestiones o silenciarlas.

Tráfico de drogas, trata de personas, lavado de dinero, explotación infantil, corrupción

-El tráfico de drogas es, por su propia naturaleza, acompañado de la trata de personas, el lavado de dinero, el tráfico de armas, la explotación infantil, corrupción»… «una corrupción que ha penetrado a diferentes niveles de la vida social, política, militar, artístico y religioso, y, en muchos casos, ha dado lugar a una estructura paralela que amenaza la credibilidad de nuestras instituciones.

-Que no cese le esfuerzo de todos los actores sociales hasta que no haya más niños sin acceso a la educación, familias sin hogar, obreros sin trabajo digno, campesinos sin tierras que cultivar y tantas personas obligadas a emigrar hacia un futuro incierto.

-Un desarrollo económico que no tiene en cuenta a los más débiles y desafortunados, no es verdadero desarrollo. La medida del modelo económico ha de ser la dignidad integral del ser humano.

-No hay personas de segunda, tercera ni de cuarta, somos todos de la misma línea.

La política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible, el de una comunidad que resigna intereses particulares para poder compartir, con justicia y paz, sus bienes, sus intereses, su vida social

-Una Nación es considerada grande cuando defiende la libertad, cuando genera una cultura que permita a sus hombres «soñar» con plenitud de derechos para sus hermanos y hermanas, cuando lucha por la justicia y la causa de los oprimidos; siendo fruto de una fe que se hace diálogo y siembra paz.

-En muchos ambientes, y en general en este humanismo economicista que se nos impuso en el mundo, se ha abierto paso una cultura de la exclusión, una «cultura del descarte». No hay lugar para el anciano ni para el hijo no deseado; no hay tiempo para detenerse con aquel pobre en la calle. A veces parece que, para algunos, las relaciones humanas estén reguladas por dos «dogmas»: eficiencia y pragmatismo.

-Si es verdad que la política debe servir a la persona humana, no puede ser esclava de la economía y de las finanzas. La política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible, el de una comunidad que resigna intereses particulares para poder compartir, con justicia y paz, sus bienes, sus intereses, su vida social. No subestimo la dificultad que esto conlleva, pero los aliento en este esfuerzo.

-Una Nación es considerada grande cuando defiende la libertad, cuando genera una cultura que permita a sus hombres «soñar» con plenitud de derechos para sus hermanos y hermanas, cuando lucha por la justicia y la causa de los oprimidos; siendo fruto de una fe que se hace diálogo y siembra paz.

-Un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma el momento con un espíritu abierto y pragmático. Un buen político opta siempre por generar procesos más que por ocupar espacios (cf. Evangelii gaudium, 222-223).

-El mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad constante y concreta en vencer el fenómeno de la exclusión social , y económica con sus tristes consecuencias de trata de seres humanos , comercio de órganos y tejidos humanos explotación sexual de niños y niñas , trabajo esclavo, incluyendo la prostitución , trafico de drogas y de armas , terrorismo y crimen internacional organizado. Dejar de lado intereses sectoriales e ideologías y buscar sinceramente el servicio del bien común, habrá un futuro feliz para las generaciones futuras.

-Acerca de la usura internacional, los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de estos a sistemas crediticios que lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia.

-El verdadero peligro está en el hombre que dispone de instrumentos cada vez de más poderosos, capaces de llevar tanto a la ruina como a las altas conquista.

Una ética y un derecho basado en la amenaza de destrucción mutua (posiblemente de toda la humanidad), son contradictorios, y constituyen un fraude a toda la construcción de las Naciones Unidas que pasarían a ser….Naciones Unidas por el miedo y la desconfianza. (Fuente:  Colaboración de Gabriel Alsó, ex alumno salesiano).

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