¿Hacia donde deben apuntar las políticas turísticas del Mercosur?

Desde el año 2005, el turismo fue indudablemente uno de los grandes protagonistas de las políticas públicas del Gobierno Nacional y uno de los principales dinamizadores de las economías regionales, con un balance altamente positivo con respecto a los distintos sectores.
A partir allí, el sector turístico mantiene su crecimiento, recuperando niveles nunca alcanzados hasta fines de 2011. A partir de ese año, la crisis mundial, la contracción del comercio internacional, la recesión en Brasil y la situación de Europa hicieron sentir su impacto en una rama de la economía que nunca había alcanzado los niveles de crecimiento en la historia del país, para consolidarse como una verdadera industria generadora de empleo y fuentes de trabajo de las economías regionales.
Según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) , el turismo ocupa el cuarto lugar como rubro de exportación en el mundo, detrás de los combustibles, los productos químicos y la industria agroalimentaria. Y representa nada menos que el 10% del PBI mundial, generando uno de cada once empleos y concentrando casi la tercera parte de las exportaciones de servicios del mundo.
En el Mercosur, también de acuerdo a datos de la OMT, el crecimiento ha sido siempre positivo y se estima que la tendencia proseguirá en los próximos 15 años. Así, las proyecciones permiten anticipar que la región captaría alrededor de 40 millones de turistas internacionales en 2020 y 58 millones en 2030.
Argentina, según cifras del Ministerio de Turismo de la Nación, acompañó ese proceso. Pero también hay que tener en cuenta el alto crecimiento del turismo interno. El 64% fue generado por el turismo doméstico y el 36% por el internacional. En 2014, de cada 100 pernoctes hoteleros, 78 fueron de residentes locales, y la participación más nacional que extranjera viene creciendo continuamente desde 2010, aun considerando la expansiva dinámica internacional.
A nivel legislativo, el Congreso también acompaño a la política con la Ley de Feriados, trasladándolos a los fines de semana. La incorporación de seis a siete días no laborables por año permitió que la distribución del tiempo de descanso esté menos concentrada en los meses de enero y febrero. También contribuyó el restablecimiento de los feriados de Carnaval, suprimidos por la última dictadura militar, y el establecimiento de feriados como el Día de la Memoria y el de la Soberanía Nacional y muchos feriados puentes incorporados en el calendario nacional, al igual que en otros países miembros del Mercosur, lo que facilita una circulación interregional enriquecida tanto en número como en variedad, en un territorio de casi 300 millones de habitantes y un turismo que tiene en cuenta dos variables: la inmediatez, la cercanía de los destinos y la tendencia mundial de vacacionar por periodos más breves muchas veces al año.
Como resultado, el número de establecimientos hoteleros registrados a nivel nacional pasó de 8.038 en 2003 a 14.077 en 2013. Y la cantidad de plazas creció de 434.421 a 635.244.
Según datos oficiales, en 2006 sólo el 35% de la población realizaba un viaje en el año, mientras que en 2014 el porcentaje se elevó al 48,1%, resultado del incremento del poder adquisitivo general de la población por subas de salarios y haberes, y la recesión mundial, que permitió acceder a viajes internacionales a un vasto sector de la población, sin olvidar la política de cuotas fijas y plan “Ahora 12”, que en algunos casos se extiende a 24 cuotas fijas sin interés.
La situación económica brasileña no es ajena a este rubro por cuanto ha llegado a significar un tercio del turismo receptivo, decayendo a un 15% aproximadamente. Y en lo que a inmediatez o cercanía se refiere, dentro del Mercosur la Argentina se encuentra más lejos de los centros mundiales y, por esta razón no consigue desplazar a Brasil.
En ese sentido, uno de los grandes desafíos del próximo gobierno será posicionar al Mercosur como destino turístico, lo cual beneficiaria no solo a la Argentina: una negociación en bloque permitirá consolidar aún más la circulación de personas y el crecimiento del transporte terrestre y aéreo interregional.
De acuerdo a los datos del INDEC, en diciembre de 2014, se estimó un total de 234.700 arribos de turistas extranjeros contra 164.000 salidas de argentinos al exterior. Esto significa un saldo positivo de 70.500 personas.
En cuanto al gasto, el estimado para los turistas extranjeros arribados a Ezeiza y a Aeroparque a diciembre de 2014 fue US$ 270,8 millones, mientras que el gasto realizado por los turistas argentinos en el exterior se estimó en US$ 189,6 millones, lo cual también da un saldo positivo de US$ 81,1 millones. (Encuesta de Turismo Internacional – Diciembre 2014)
Sin dudas uno de los principales objetivos estratégicos del próximo gobierno será generar políticas turísticas sustentables a nivel Mercosur, mediante el desarrollo de políticas públicas unificadas, especialmente en lo normativo, ya que la legislación de los países miembros constituye una enorme barrera, que deberán enfrentar nuestros legisladores del Parlasur, como objetivo principal. Si bien es cierto ya se ha logrado la unificación de patentes, no pasa lo mismo con la unificación de criterios de las visas, de las normas de transporte turístico, ni de la de Parques Nacionales, por mencionar solo algunas.
El desafío de nuestros representantes será generar conciencia regional de turismo, fomentar el desarrollo local, repotenciando el rol del Estado como promotor de inversiones privadas mediante procesos de construcción articulados y participativos.
Esto incluye generar y posicionar una estrategia conjunta de marketing, una imagen “Turismo Mercosur”, que trascienda a nivel ferias y exposiciones, a través de una promoción integral y conjunta de los productos turísticos de los países miembros.
En la última reunión de la RET (Reunión de Ministros de Turismo) se puso especial énfasis en el Mercosur. Con la presidencia pro-tempore del ministro del país anfitrión, Henrique Alves, también asistieron al encuentro representantes de Paraguay, ministra Marcela Bacigalupo; de Venezuela, ministra Marleny Contreras; de Uruguay, subsecretario Benjamín Liberoff; y de Chile, subsecretaria Javiera Montes Cruz.
El temario abarcó cuestiones referidas a la oficina de promoción turística del Mercosur en Tokio, el fondo regional de promoción del turismo, el estado de situación de la creación de una mesa técnica de diseño y seguimiento de circuitos integrados y la propuesta de creación de una comisión de cooperación técnica en estadísticas turísticas.
Henrique Alves, dio la bienvenida a los Ministros de Turismo del Mercosur y sostuvo que la reunión es la instancia ideal para que los países expongan sus propuestas y por medio del Turismo, avancen en el proceso de integración social, política y económica de la región. “El potencial turístico de Foz de Iguazú es una herramienta para enfrentar los desafíos que se colocan para los países del Mercosur”, agregó.
La Reunión Especializada en Turismo (RET) tiene como objeto de estudio el tratamiento exhaustivo de todo lo relacionado con el sector turístico, comercialización, estadísticas, creación de nuevos destinos, integración de corredores, control migratorio y aduanero, y desarrollo de nuevas modalidades turísticas, entre otros.
Esta postura viene siendo ratificada en casi todos los encuentros, pero no pasa aún de lo discursivo: se sostiene que el turismo es reconocido como fuerza económica, y sin embargo aun no tiene el reconocimiento unánime en la sociedad, ni se perciben las ventajas que es capaz de brindarle a la gente. Hace falta una actitud participativa de las localidades receptoras.
Es innegable que los países que integran el Mercosur, sea como miembros permanentes o como asociados, presentan una diversidad de atractivos, que se convierten en un espectro muy amplio que tiene por base la oferta turística de cada país visto individualmente.
Es por esta razón que los diferentes productos deben ser potenciados y para ello es necesario considerar a los mercados de una manera complementaria y no como competitivos entre sí.
Esto requiere de una propuesta conjunta, que reafirme a su vez los rasgos de cada producto tendiente a apostar al turismo internacional (con un alto poder adquisitivo) mientras se mantienen los rasgos peculiares del turismo intraregional. En este sentido las potencialidades del bloque son más que significativas, desde el tradicional sol y playa, al ecoturismo en todas sus modalidades, al turismo cultural y al turismo histórico, entre otros.
A nivel internacional, en el Mercosur se presentan dos grandes mercados. En primer término, Brasil seguido por Argentina, y Uruguay como bisagra de ambos, ya que se encuentra situado muy cerca de los principales polos de desarrollo del Mercosur: las ciudades de San Pablo, principal centro industrial brasileño, y Buenos Aires, la capital industrial y política de la Argentina.
Para lograr lo anteriormente planteado es necesario establecer definidamente el papel que cumplirá cada uno de los actores sociales en este proceso debiendo ser los estados nacionales y sus representantes parlamentarios los principales articuladores del proceso de acuerdo a las definiciones estratégicas adoptadas por todos los miembros del Mercosur.
La consolidación del Parlasur debe entenderse también como una apuesta a fortalecer el proceso de concientización regional que requiere varias fases, que van desde la adquisición de una conciencia turística regional que parte de la identificación y compresión del proceso de integración hasta el redimensionamiento del papel del Estado en el diseño de políticas públicas referidas a las actividades turísticas, a la articulación de las normas, políticas públicas y privadas para que permitan diseñar políticas públicas y estrategias de mercado a largo plazo sin dejar de diferenciar las más inmediatas de mediano y corto plazo.
Paralelamente se debe lograr la articulación con los otros Estados en las definiciones de políticas regionales, que tengan como pilares los principios de cooperación y complementariedad de los mercados turísticos, dejando de lado las posiciones de estricto de corte nacional, para lo cual se requiera un marco legal flexible que acompase la dinámica intrínseca del turismo y las actividades adicionales que este genera.

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