Pese a que no hubo respuesta a ninguno de sus reclamos, operarios de la ex Alto Paraná, liberaron el ingreso a la celulósica de Puerto Esperanza y volvieron a sus puestos. El ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria en el conflicto suscitado por despidos en medio de una paritaria. El viernes habrá una audiencia y los trabajadores aseguraron que, de no mediar un avance, volverán al paro.
Mario Miller, uno de los referentes del Sindicato de Obreros y Empleados Papeleros (SOEP) en la planta de la empresa Arauco SA, ex Alto Paraná, en Puerto Esperanza, afirmó que liberaron el acceso a la fábrica y todos los empleados volvieron a sus puestos. Explicó que dejaron en suspenso la medida de fuerza que venían impulsando desde hace dos semanas porque el ministerio de Trabajo de la Provincia dictó una nueva conciliación obligatoria, recordó que ya había una vigente que no fue respetada por la empresa, y que en el marco de esa nueva medida conciliatoria el viernes se reunirán con representantes de la empresa.
El representante de los operarios adelantó que de no haber una propuesta seria por parte de la multinacional a los reclamos de sus empleados, volverán al paro y a interrumpir el acceso a la planta de pasta celulósica de Puerto Esperanza. “Esta lucha no termina, y si no cumplen volveremos a la calle”, advirtió Miller.
Los empleados de la ex Alto Paraná indicó que exigen un incremento salarial de 33 por ciento y la reincorporación de 12 de los 22 empleados que fueron despedidos en los últimos meses, en plena vigencia de una conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Provincia, y un aumento salarial de 33 por ciento. En relación a los despidos, aclaró que diez de los cesanteados llegaron a arreglos particulares con la compañía.
Miller consideró a los despidos como medidas intimidatorias de la empresa para contener los constantes reclamos salariales y por mejoras en las condiciones laborales. “A los que se afilian al sindicato los despiden. Usan los contratos en contra de la ley, contratan a compañeros por un año, luego los vuelven a contratar por otro año, después por seis meses más y nunca los incorporan en forma definitiva, eso va en contra de lo que marca la Ley de Contrato de Trabajo y del convenio colectivo de la actividad”, explicó Miller.
Al gremialista afirmó que los sueldos que paga Arauco a sus empleados papeleros son los más bajos del rubro, a pesar de que es la fábrica más grande del país. Aseguró que los empleados de Papel Misionero, cuya facturación es mucho menor a la de Arauco, ganan entre 40 y 50 por ciento más que sus pares del grupo chileno, haciendo la misma tarea y en los mismos puestos.
Explicó que, en el marco de la paritaria, la empresa ofreció 29,5 por ciento y el sindicato pretende 33 por ciento. Miller reconoció que “29,5 no parece un mal porcentaje”, pero advirtió que los sueldos están muy retrasados y resultaría necesario un incremento mayor para que se adecúen al costo de vida actual. “Cuando hablamos de números vemos la verdadera realidad: yo soy un operario de máxima categoría con más de 17 años de antigüedad en la planta y mi sueldo es de 8.000 pesos”, expresó.
JRC EP
