Maurice Closs: «No es casualidad que cuando abrís las urnas este proyecto político gana en el norte»

Maurice Closs sufre cada vez que sube a un avión. La ruta aérea que une Misiones con Buenos Aires no es de las más tranquilas, reconoce mientras se acomoda antes de la entrevista en el «Café Político» de Infobae. Aunque este año termina su mandato como gobernador la provincia, no parece que vaya a poder eludir los aviones: en octubre se presenta como candidato a diputado nacional. Aunque él insista en que no sabe nada, es incluso nombrado como posible ministro de Turismo en un futuro gobierno de Daniel Scioli.
Con una soltura inusual para el kirchnerismo, Closs reconoce que hoy «las economías regionales hay problemas objetivos» y advierte que el tipo de cambio deberá ser modificado por el próximo presidente. «Yo no soy un negador», aclara. Sus críticas son acompañadas también por una férrea defensa de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner: «No es casualidad que cuando abrís las urnas este proyecto político gana en el norte. No es que en Misiones somos todos unos monitos que no sabemos votar».
-Este año termina su mandato, ¿qué balance hace?
-Al que le corresponde hacer el balance es al pueblo de Misiones. Ellos tienen que evaluar cómo fueron las cosas. Igual hay indicios de cómo fueron las cosas. Asumí con 36 años y el 37% de los votos y al cabo de cuatro años fui reelecto con el 75% de los votos. Algo bueno tuvimos que haber hecho. Obviamente hay muchas cosas pendientes, sobre todo tratándose del norte argentino, pero hay aciertos, obras y resultados que se pueden mostrar con orgullo.

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-¿Qué son esas cosas pendientes?
-Son tantas… Principalmente en Misiones estamos con un problema de infraestructura. No tenemos cloacas. Hay ciudades que han crecido mucho y no pueden crecer para arriba porque les faltan cloacas. Tenemos también indicadores duros que nos indican que tenemos que trabajar en lo social. Básicamente en lo que tiene que ver con los buenos ingresos de la gente, porque una cosa es tener ingresos y otra tener buenos ingresos como resultado del trabajo. Pero nosotros no salimos de un repollo, somos consecuencia del país en el que vivimos. Está claro que el proceso de inclusión y calidad de vida en el norte viene mucho más lento que en otros lugares, pero también está claro que en los últimos años hemos mejorado notoriamente la calidad de vida. Aún cuando queden muchas cosas pendientes.

-¿Qué siente cuando alguien de la ciudad va a la provincia y se sorprende por esta falta de cuestiones básicas?
-Hoy en día ya no hay falta de cuestiones básicas.

-¿Y las cloacas?
-Nadie que va se da cuenta. Eso lo sé yo. Si lo mirás en las encuestas, esa requisitoria no aparece al tope de los reclamos.

-Usted apoya a este Gobierno. También fue uno de los primeros en hablar del apoyo a Daniel Scioli como candidato. ¿Cree que garantiza la continuidad de este modelo?
-Creo que garantiza la continuidad de las políticas que emanaron de este proyecto y han beneficiado a muchos. Especialmente al norte argentino. Acá no es casualidad que cuando abrís las urnas este proyecto político gana en el norte. No es que en Misiones somos todos unos monitos que no sabemos votar. No es así. Lo que pasa es que este proyecto incluyó mucha gente. Obviamente, toda vez que va a haber un nuevo Presidente, uno espera con la expectativa de que conserve lo bueno y resuelva los problemas que están pendientes. En las economías regionales hay problemas objetivos. No es una cuestión de matices, es una cuestión de sinceridad. Yo no soy un negador. Claramente uno de los temas pendientes que va a tener que resolver Scioli en los primeros días luego de asumir es devolverle competitividad gradualmente a las economías regionales.

 

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-¿Usted va a ser ministro de Scioli en un eventual gobierno suyo?
-No tengo ni idea.

-¿No le ofrecieron ser ministro de Turismo?
-No, para nada. Yo sé lo que dicen los medios. Responder sobre hipótesis donde se juega tu nombre es poco conveniente.

-Además de las economías regionales, ¿qué otros puntos pendientes quedan para el próximo gobierno?
-Los precios de varias cosas. Entre ellas el tipo de cambio. Lamentablemente tenemos una obsesión en relacionarlo con el dólar, pero yo –que vivo en la frontera y de un lado tengo al guaraní y del otro al real– digo que no es sólo el dólar el jugador. Hay otros jugadores en la economía real. El tipo de cambio es una cosa que claramente hay que resolver. ¿Es objetivo que hay tipos de cambios múltiples en la Argentina? Es objetivo. ¿Es objetivo que es una rareza en la economía del mundo? También es objetivo. Confluir gradualmente de alguna forma a un tipo de cambo de equilibrio que beneficie a las economías regionales que hoy están pagando el pato de la boda y sin perjudicar flagrantemente a los consumidores es el gran desafío del próximo gobierno.

-¿Fuera de la agenda económica hay que trabajar otras cuestiones?
-Sí, dos principalmente. A mí me preocupa la cuestión de la seguridad y los roles de cada uno de los tres poderes. El otro tema pendiente es la problemática del narcotráfico. Orientada básicamente a dos puntos que hoy en día me parece que no figuran en la agenda de nadie: la recuperación del adicto y la lucha contra el menudeo de droga.

-¿Por qué cree que no figura? En los últimos meses pareciera bastante instalado.
-Últimamente hay una postura en la que uno escucha decir que hay que perseguir a los peces gordos. Es un eufemismo para decir «no vamos a hacer nada». Yo creo que tiene que haber una clara división de las competencias provinciales y nacionales para que se delegue la competencia de la menor cuantía a las policías provinciales. Pero dale esa responsabilidad con recursos.

-Cuando se habla del narcotráfico, se habla permanentemente de fronteras que son un colador…
-Como en todos los lugares del mundo.

-¿Cómo es la situación en Misiones?
-Creo que un poco mejor que en la frontera entre México y los Estados Unidos. Esto es así. Ni que venga (Sergio) Massa y me diga que va a controlar la frontera con un drone. ¡A hondazos le van a bajar los drones a Massa! Seamos serios. Si los Estados Unidos, con el Ejército y la tecnología que tiene, sigue siendo el principal consumidor es porque es muy difícil controlar.

-¿Pero se ha agravado el problema en los últimos años?
-No, yo no lo veo. (…) Yo puedo decir una pila de cosas que siento, pero después te pasa como al pobre Aníbal Fernández, que liga todos los días por las cosas que piensa. Porque también en el tema de la droga y el narcotráfico hay un nivel de hipocresía fenomenal. Si se libera (el consumo de droga), se termina gran parte del negocio. Esto es sencillo.

-¿Estaría de acuerdo con esa medida?
-Si querés que cometa un sincericidio, mejor vamos a trabajarlo en otro momento. Si no, termino «empomado» como Aníbal.
-¿Entre los gobernadores hay un ámbito de debate?
-A finales de la década del 90 y a principios de este siglo quedó un ambiente del Consejo Federal de Inversiones, donde se juntaban los gobernadores y articulaban muchas políticas. Eso no existe más hace muchos años. Una liga donde los gobernadores se juntan no existe más. Sí existe alguna bilateralidad entre algunos que nos llevamos bien. En algún momento, por alguna fiesta, tal vez alguna multilateralidad entre cuatro o cinco que podamos coincidir. Ahora, una mesa de gobernadores como aquellas del 2001, no. Yo no las he vivido en todos estos años.

-¿Qué porción del electorado cree que tendría que trabajar Scioli para la primera vuelta?
-El centro y el norte. Mejorar elecciones en algunos distritos y el norte para ampliarla.

-¿Cree que puede ganar en primera vuelta?
-Uno tiene que trabajar para ganar la elección. No hay que obsesionarse con esto de ganar en primera vuelta. Por ahí, yendo en busca de esos tres o cuatro puntos que te pueden hacer falta, terminás con estrategias muy focalizadas que terminan siendo contraproducentes en un potencial ballottage. Yo creo que tenés que ir a buscar el 50% de los votos. Lleguen en octubre o en noviembre.

-¿Ve diferencias entre Macri, Scioli y Massa? ¿O son bastante parecidos los tres?
-En la parte económica, no. Para nada. Específicamente entre Macri y Scioli. Hay muy pocas posibilidades de que a una segunda vuelta llegue Massa. El discurso de Miguel Bein y de Roberto Lavagna es bastante parecido. Los que los leímos y vimos su evolución sabemos que lo son. Cuando (Carlos) Melconian y Macri dicen que ellos van a sacar el cepo en un solo golpe, yo les creo. Ahora, las consecuencias de esa decisión política no van a ser fáciles. Hay que dejar de decir que son lo mismo.

-¿Pero entonces Massa y Scioli sí son muy parecidos?
-Sí, son muy parecidos en términos de lo que piensan (los que serían) sus ministros de Economía. No son parecidos en otros temas. Massa se permite hacer propuestas más altisonantes porque no está tan cerca (de la Presidencia).

-¿Ve alguna posibilidad de que se reforme el sistema electoral después de la elección?
-Hay que debatirlo. Los sectores de la oposición que tuvieron mayoría de 2009 en adelante nunca propusieron nada. Pensaron que en 2011 con ese sistema noqueaban y no plantearon una sola reforma del sistema electoral. Hubo un (Néstor) Kirchner que, siendo un grande entre los grandes, a las 11 de la noche de esa misma noche de 2009 aceptó la derrota por dos puntos. No anduvo «mariconeando». No como ahora, que no te aceptan un solo resultado electoral.

-¿La oposición ahora «mariconea»?
-Kirchner no anduvo mariconeando.

-¿Se imagina que vaya a pasar algo así en octubre?
-La situación es más compleja aún. Fijate el caso de Tucumán. ¿Hay casos raros? Sí, hay casos raros. Se quemaron urnas, las hemos visto. Pero el 9 de agosto Tucumán hizo una de las mejores elecciones del país para Scioli. ¿Por qué habría de cambiar dos semanas después? Te están discutiendo un resultado electoral de 14 puntos de ventaja. Cuando vos ves este empeño por poner todo en duda, yo me pregunto qué pasa si el día de las elecciones, el resultado dice: Scioli 42,1% y Macri 31,8 por ciento. Van a decir: «Nos jodieron, allá ‘Maurice’ tuvo la macana en Misiones». Nadie va a decir que Scioli ganó por once puntos. Se va a estar discutiendo si se pone en vigencia por primera vez el instituto del ballottage en la Argentina. A eso están jugando a la hora de poner los resultados electorales. No a ganar la elección, sino a poner en duda un resultado que pueda declarar –como es altamente probable– a Scioli presidente en primera vuelta por medio punto o un punto.

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