Central y Newell’s con las emociones en las tribunas pero con poco fútbol: empataron sin goles

En uno de los clásicos más deslucidos de los últimos tiempos, el canalla tuvo un escalón arriba de su adversario pero no supo cómo definirlo. La lepra eligió esperar y salir de contra, pero pareció irse conforme. Igualaron 0 a 0 y los de Arroyito perdieron la posibilidad de seguir descontándole puntos a los de arriba.

Fue empate en cero. Fue uno de los clásicos más desprolijos y menos atractivo de los últimos tiempos. Fue más negocio para Newell’s desde lo que significa descomprimir una pobre situación futbolística, que para un Central que no le encontró la vuelta en los 90 minutos y dejó pasar una buena oportunidad de ratificar sus aspiraciones.

Era previsible. Por necesidad y objetivos, Central estaba en posición -de hecho lo hizo- de asumir el rol protagónico estelar del clásico. Newell’s aparecía como una incógnita, desde el esquema que plantearía, hasta la actitud dentro del terreno.

Salió pareja esa primera mitad, finalmente. Porque la lepra asumió que salir a presionar en los primeros minutos podría ser una buena forma de ver qué proponía el once de Coudet. Y en esa instancia fue importante lo de Lucas Mugni intentando convertirse en el gestor del fútbol rojinegro.

Ya a los 3′ Pinola no alcanzó a despejar y Maxi no la pudo empalmar en una buena oportunidad desperdiciada.

Pero bastó que Central se asentara, que el Chelito Delgado comenzara a mover el juego por izquierda, acompañado por las buenas trepadas de Villagra, para que Central, se convirtiera en el dominador de la pelota. Se sumaba el siempre peligroso Ruben, llegaba Salazar por el costado derecho, el mediocampo estaba bien parado.

A los 11′, un tiro libre del Chelito a colocar pero sin la suficiente potencia fue despejado con los puños por Unsain.

A los 23′, Ruben se perdió el gol cuando se adelantó al rechazo de Víctor López y la colocó por sobre la cabeza de Unsain pero el remate terminó colgado del techo del arco.

Newell’s había dejado a un lado la presión y se refugiaba en su campo esperando la oportunidad para meter la contra. Con esa postura un tanto más mezquina -porque Boyé era el único que esperaba algún pelotazo perdido-, la lepra se las ingenió para llevar algo de peligro a Caranta. Bernardi no soltaba a sus laterales, Maxi no conseguí hacerse de la pelota y los volantes estaban más concentrados en la lucha que en la generación.

A los 26′ el que estuvo cerca fue Mugni, pero Musto alcanzó a rechazar al córner. Pero a los 28′, Caranta hizo lo que un arquero no debe hacer al rechazar con los puños hacia el medio del área y el paraguayo Cáceres la desperdició solo de frente al arco.

A los 30′, un cabezazo de Larrondo se fue apenas alto.

Después, se incrementaron las fricciones. Central con la pelota, Newell’s con la contra. Encontronazos, varias amarillas y un clásico que desde lo futbolístico debe seguir esperando.

Si el primer tiempo mostró más intenciones que concreciones, el segundo fue un muestrario de desprolijidades.

Central tuvo un poco más la pelota pero en pocos minutos dejó el campo César delgado y entró el juvenil Lo Celso, que aportó algunas cosas por izquierda.

Ya a los 3′, en una jugada aislada, Larrondo no le pudo entrar de lleno tras un buen centro de José Luis Fernández por izquierda.

Newell’s no tenía mucho la pelota, carecía de generadores de fútbol y el abuso del pelotazo a Boyé fue la constante. Maxi estuvo ausente con aviso, Mugni tuvo esos 10 o 15 minutos de la primera mitad y después poco más. Sin embargo, la nueva incorporación rojinegra tuvo la más clara para los del Parque cuando a los 14′ sacó un remate colocado pero sin tanta potencia que Caranta alcanzó a manotear al córner.

A los 19′ el canalla concretó la mejor jugada colectiva de todo el partido por el medio y el desenlace encontró a Marco Ruben definiendo de una manera impensada por sobre el travesaño.

Después, todo fue nervios, desprolijidades, fricción, malas intenciones.

Se fue otro clásico. Central no supo aprovechar las oportunidades que tuvo y dejó pasar el tren de posicionarse aún mejor en la tabla. Para Newell’s fue un soplo de aire, la descompresión en parte de una situación futbolística bastante deficitaria. La pérdida del quinto clásico hubiera sido caótica para el futuro del cuerpo técnico leproso. Fue empate. Pero deslucido, áspero. Total, el fútbol siempre puede esperar.

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