Desnutrición y el debate por la muerte del niño qom

La imagen del niño qom, Oscar Sanchez en la cama de un hospital de la provincia del Chaco, visiblemente desnutrido y deteriorado, tomada pocas horas antes de su muerte, duele. Refleja, es cierto, una realidad a la que no se le prestó la suficiente atención y a la que no se le dio la debida importancia para evitar que se llegara a este extremo.

El Centro de Estudios Nelson Mandela, una ONG que desde hace años denuncia la falta de atención sanitaria y social adecuada para los sectores más vulnerables del Chaco, afirmó que uno de los médicos que lo asistió a Oscar en el Hospital refirió que estaba gravemente enfermo de tuberculosis, con una severa desnutrición asociada a tal enfermedad, y que además padecía de meningitis, más una aguda neumonía al tiempo del ingreso al establecimiento. El diagnóstico presuntivo marcaba un inminente deceso.

¿Murió por desnutrición o por una desnutrición asociada a una enfermedad de base que era en este caso la tuberculosis? ¿Acaso eso importa si al fin de cuentas su realidad nunca cambió ni la de su familia? Para un medio de comunicación a la hora de informar, sí.

El doctor, Sergio Casalboni, encabeza el centro Conin en la localidad de Quitilipi, provincia de Chaco. Fue consultado por este medio sobre la realidad de las comunidades en esa provincia y cómo trabajan para combatir la desnutrición. Actualmente el centro asiste a 103 chicos.

“La diferencia con la provincia de Misiones es que acá no podemos hacer entender la importancia de tratar la desnutrición infantil. Debemos aplaudir al gobierno de Misiones, al de Salta y al de Mendoza. Si en Misiones detectaron diez mil casos es porque se tomó en serio el tema, acá en Chaco no se sabe a ciencia cierta cuántos desnutridos hay”.

El médico explicó que hay muchas formas de clasificar la desnutrición. Una es la desnutrición primaria y la otra es la desnutrición secundaria. La primera es por la falta de nutrientes, falta de aportes, “falta de olla”, como definió. Y la otra se da cuando hay una enfermedad de base que no permite que ese chico se alimente bien. Es independiente del estado socioeconómico, cuesta mucho tratarla y es secundaria a una enfermedad.

Precisó lo que ocurre cuando se da esa desnutrición primaria. “Cuando faltan los alimentos, el cuerpo intenta mantenerse vivo, ¿cómo lo hace?, primero anula la bomba de sodio y entonces el chico corre mayor riesgo de deshidratarse. Si con esto el cuerpo no logra todavía mantenerse vivo, anula otra función para ahorrar energía,  que es el sistema de defensa, el sistema inmunológico y cuando anula ese sistema el chico está más propenso a adquirir una infección o una enfermedad”.

El profesional agrega que la desnutrición secundaria corresponde de un 1 al 3 por ciento del total de los casos de desnutrición, el 78 por ciento es por falta de alimentos. Explicó además que durante el primer año si existe esa falta de alimentos el cerebro no crece y ese espacio lo ocupa el líquido, lo que se conoce como hidrocefalia. Casalboni cuestionó que no hay buen sistema sanitario y un buen control sanitario en el Chaco. “Estamos hablando de gente que vive en zonas muy periféricas con condiciones de carencias, pobreza extrema y una ausencia en la asistencia”.

El ministro de Derechos Humanos, Edmundo Soria Vieta, además de ser médico es coordinador del programa de recuperación Hambre Cero en Misiones, que hasta el momento logró recuperar a diez mil chicos de la desnutrición o el bajo peso.

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Refirió que la tuberculosis es una enfermedad contagiosa que hace muchos años hacía estragos y que uno de los síntomas es la inapetencia y eso va deteriorando la salud de las personas.

“En Misiones hay tuberculosis, gracias a Dios no con estos eventos, hay adultos en la comunidad guaraní bajo tratamiento. Hoy no se mueren en todos los casos por la enfermedad, el foco es en el pulmón pero también puede afectar el riñón u otro órgano, y profundiza el cuadro la desnutrición que es un síndrome y es la expresión del deterioro de la persona en el transcurrir del tiempo.

“La idea no es convencer a nadie y menos políticamente, sino de que se comprenda de que por ejemplo, cuando uno da un certificado de defunción de un niño, dice “se murió de un paro cardiorrespiratorio”… y sí, todos nos morimos de eso porque el corazón deja de latir y nos morimos, el tema está en saber cuál es la enfermedad de base, ¿por qué se llegó a ese paro cardiorrespiratorio? y pasa cuando se da un diagnóstico de por ejemplo sepsis desnutrición. Pero no murió por la desnutrición, es la consecuencia de un grave cuadro clínico, infeccioso”.

Dr. Sergio Casalboni, Conin Quitilipi, Chaco (Radio Libertad)

Edmundo Soria Vieta, ministro de Derechos Humanos de Misiones (Radio Libertad)

J.M

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