El Ballet del Centro del Conocimiento volvió a lucirse en el escenario el fin de semana pasado con la reposición del segundo acto de “Giselle” y el tercero de “Don Quijote” en las funciones que tuvieron lugar el sábado y el domingo en el Teatro Lírico del Parque del Conocimiento.
En la primera parte se presentó “Giselle”, obra maestra del teatro de la danza del Romanticismo. Fue estrenada en 1841 en la Ópera de París constituyéndose en pieza fundamental de la danza clásica, tanto por el tratamiento de los ideales románticos como por el empleo de la más refinada técnica teatral del siglo XIX.
En la función del sábado Julieta Saravia dio vida a Giselle en una exacta interpretación que llevó a los presentes a sentir los sufrimientos de la protagonista, la bailarina contó con el brillante acompañamiento de Miguel Nguyen, quien cosechó aplausos por la seguridad que emitía su desplazamiento sobre el escenario más la sutil expresividad de su rostro. No se quedaron atrás en su destreza Constanza Aguirre Hayes, en el rol de Myrtha, y las secretarias Eugenia Britos y Melisa Schuler. También se lució en el escenario Facundo Torres representando a Hilarión. Mientras que el sincronismo del resto del cuerpo de baile acaparó una vez más la atenta mirada del público.
Luego de un intervalo, se presentó el 3° acto de “Don Quijote”. Se trata de una obra en tres actos, basada en el capítulo XIX del segundo libro de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, de Miguel de Cervantes Saavedra. El argumento se encuentra centrado en los amores entre Kitri y el barbero Basilio, y Don Quijote y Sancho Panza, cuyos personajes míticos atraviesan una serie de aventuras en torno a la joven pareja.
En este caso los roles protagónicos también estuvieron a cargo de Saravia y Nguyen y Don Quijote fue interpretado por Ulises Casco y Sancho Panza por Sebastián Sanchez, todos acompañados por la excelencia de los demás integrantes del Ballet del Centro del Conocimiento. Ambas partes de la función cosecharon un cerrado aplauso del público, que despidió con vítores a los artistas.
Para la reposición de esta obra el Ballet contó con la asistencia del maestro ensayista Franco Cadelago y el maestro de clases Adolfo Burgos y la Dirección General de la maestra y coreógrafa Laura de Aira.
