Interpol investiga contactos del represor Carvallo con familiares en Brasil y oviedistas en Paraguay y Posadas

La Organización Internacional de Policía Criminal (OIPC)-Interpol procura dar con el paradero del prófugo de la justicia argentina, Carlos Luís Carvallo, en Paraguay y en Brasil, por donde deambularía en forma clandestina. Carvallo, quien era co-conductor de la radio FM Show de Posadas junto a Alfredo Pascual Abrazián, huyó de Misiones el 17 de noviembre del año pasado, ni bien trascendió que un juez de Entre Ríos solicitó su detención por delitos de lesa humanidad durante la dictadura.

 

De acuerdo con fuentes de la mencionada fuerza de seguridad internacional, consultadas en Buenos Aires, las acciones para localizar al ex policía y miembro de un tristemente célebre “grupo de tareas”, estarían centralizadas en los países vecinos a esta provincia.

 

La OIPC-Interpol habría logrado detectar movimientos del represor a través de comunicaciones que éste mantuvo con amigos y allegados residentes en Posadas, con quienes mantendría conversaciones frecuentes utilizando cabinas públicas del lugar donde se encuentre.

 

En principio, las investigaciones estuvieron dirigidas a ubicar a un hermano de Carvallo que residiría en una ciudad brasileña cercana a la frontera con Misiones, donde habría transcurrido sus primeros días en la clandestinidad después de haber escapado. Las mismas fuentes revelaron que el día de su desaparición, el prófugo traspuso los límites de la Argentina a través de un paso no habilitado, lo que le permitió ingresar en territorio brasileño hacia su destino en busca de ayuda de su familiar.

 

Sin embargo, a raíz de la trascendencia del caso que lleva adelante el juez federal entrerriano Leandro Ríos, los allegados recomendaron a Carvallo que se buscara otro refugio a fin de evitarse complicaciones, dada la gravedad de los cargos en su contra y la OIPC-Interpol tras sus pasos. Ante las circunstancias señaladas, el prófugo habría recurrido a camaradas y amigos del extinto militar paraguayo Lino Oviedo, en procura del encubrimiento que le permitiera continuar eludiendo a la justicia internacional para dar cuenta de los crímenes que cometió.

 

A partir de dichas relaciones, el sujeto comenzó a movilizarse en forma permanente entre la frontera Paraguay y de Brasil, país este último donde también estuvo refugiado Oviedo a mediados de 2000 hasta que regresó a Paraguay para ser juzgado y hallado culpable de los cargos de homicidio y sublevación. Las mencionadas relaciones habrían contribuido para que el represor continúe en la clandestinidad, pero en libertad, aunque los investigadores contarían con datos ciertos con respecto a cierto malestar de los encubridores paraguayos con el locutor, ante su negativa de rendir cuentas a la justicia argentina.

 

 

Precisamente, la posibilidad de quedar sin la protección de algunos jerarcas y políticos oviedistas, habría influido para que en los últimos tiempos Carvallo haya acentuado sus comunicaciones con amigos y familiares de Posadas, a quienes habría revelado sus intenciones de cesar en su escapatoria. Además, el delincuente habría expresado temor por la posibilidad de ser delatado a partir de la recompensa de 500 mil pesos que el Poder Ejecutivo Nacional ofreció por su paradero a través del Programa Nacional de Coordinación para la Búsqueda de Personas Ordenada por la Justicia (BUSCAR).

 

 

Carvallo está acusado por haber participado en secuestros e interrogatorios bajo tortura en la Comisaría de El Brete, entre los años 1976 y 1977, en Paraná. En su foja de servicios dice que fue oficial ayudante de la Dirección Investigaciones de la Jefatura Departamental Paraná. También se incorporó como personal civil de inteligencia del Batallón 601, con funciones en el Destacamento 122, con la función de “agente de reunión”, un espía que señalaba militantes en sindicatos, universidades y organizaciones políticas y sociales, durante la dictadura.

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