El desgarrador relato de la mamá de Horacelia Marasca: «los vecinos escucharon que ella pedía auxilio hasta lo último»

Norma Benítez, madre de Horacelia Marasca, la adolescente que fue asesinada y descuartizada por su pareja Martín Monzón en el departamento A2 de la chacra 150, pidió que el imputado sea condenado a prisión «perpetua» por el crimen de la menor de edad, con la que tenían un hijo en común de siete meses.

Los investigadores creen que Monzón, la pareja de la víctima, la mató, espació sus restos y luego denunció su desaparición.

Benítez reclamó al juez que lleva adelante  la causa (Ricardo Balor) que «le de cadena perpetua» a Martín Monzón, la pareja de la adolescente que confesó el crimen y reveló los sitios donde había esparcido los restos de Marasca, escondidos en bolsas de consorcio.

Monzón, de 34 años, había denunciado la desaparición de la adolescente de 16 años el lunes 17 de agosto, luego de cometer el crimen y esparcir los restos en las horas siguientes, según los investigadores.

«Pensó que iba a ser el crimen perfecto, pero ahora se quiere poner en víctima diciendo que mi hija le pegaba, que fue en defensa propia, que mi hija supuestamente lo atacó, pero los vecinos escucharon que ella pedía auxilio hasta lo último», lamentó la madre. Mató con tanta saña a mi chiquitita, la descuartizó».

El relato de la mujer transitó por aspectos macabros al señalar, por ejemplo, que cuando el imputado llegó hasta su vivienda el lunes 17, cuando desapareció la adolescente, para entregarle a su nieto de siete meses «vino con el changuito que supuestamente usó para llevar el cuerpo de mi hija y estaba todo sucio».

Además, recordó que durante la visita, una de sus hijas que se encontraba trozando un pedazo de hielo rompió un cuchillo y Monzón les dijo que «tenía un cuchillo carnicero para regalarme y fue ese el que usó para matar a mi hija».

La mujer remarcó que ese mismo día el hombre «vino a buscar al bebé con el chango, bolsas y una amoladora porque supuestamente tenía que arreglar una pieza». Luego, detalló que «el miércoles vino de vuelta y el changuito tenía olor a podrido y el bebé también, yo le bañé».

En la última ocasión «me avisó de la supuesta desaparición» de la joven y «pensó que yo me iba a quedar con el cuento de que se fue, pero me terminó de contar esto y al otro día me fui a hacer la denuncia», añadió la madre de la víctima.

Tras la presentación en la Comisaría de la Mujer, abonada por el aporte de vecinos que dijeron escucharon gritos en la casa que compartían Monzón y Horacelia Marasca, el juez de instrucción Ricardo Balor dispuso un allanamiento que permitió recolectar elementos de prueba.

El hombre fue detenido en forma inmediata, aunque al día siguiente hubo una nueva requisa en la que se detectaron manchas de sangre en distintas dependencias de la vivienda, tras lo cual el sospechoso declaró su responsabilidad en el hecho y orientó la búsqueda de los restos de la joven.

Los investigadores hallaron cuatro bolsas, tipo consorcio en diferentes puntos de la oeste de Posadas, que contendrían los brazos, las piernas, la cabeza y el tronco de la adolescente que desde ayer se encuentran depositados la morgue judicial para los trámites de rigor.

Restos de Horacelia

Los investigadores encontraron los restos de la muchacha:  partes de brazos y piernas estaban en una bolsa, cerca de la costanera Oeste y Kolping. En otros envoltorios, hallados en costanera, entre López y Planes y Blas Parera, estaban otras partes del cuerpo.

Monzón declaró el viernes durante tres horas frente al juez que lleva la causa, Ricardo Balor. Pero ya había adelantado el peor de los finales cuando se quebró el jueves ante los investigadores policiales. Fue después de que los peritos, tras la prueba de luminol, encontraran sangre en distintos puntos de la habitación que compartía la pareja en el departamento A2 de la chacra 150.

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