Las lecciones de Marx

“Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”. Cita atribuida a Marx. No Karl. Groucho, el comediante.
Cuando seas gobierno hacé lo que vos creas, pero no lo digas ahora en medio de un debate”. Cita de Jaime Durán Barba, consultor político.
A una semana de las Primarias, la política de los últimos días en la Argentina se parece mucho a una comedia. De enredos.
Después de un susto enorme en las elecciones porteñas, el principal candidato de la oposición, Mauricio Macri, transita una etapa “Nac&Pop”, que sorprende a propios y extraños y que genera el rechazo de sus propios electores. Dominado su discurso por el termómetro de las encuestas, Macri no dudó en cambiar, aunque eso signifique pisotear sus palabras de los últimos diez años. Ahora es, súbitamente, un defensor del rol del Estado y su intervención en la economía. Antes fue un liberal a ultranza, para quien, nada de lo que debía ser del Estado, quedaría en manos del Estado. Ahora se descubre un Macri sensible a las necesidades del pueblo. Antes había otro que proponía bajar los costos y “los salarios son un costo más”.
Aunque llama la atención el giro discursivo de Macri, en realidad, no debería sorprender. Mucho de su imagen es una construcción hecha en los laboratorios del marketing político y su gurú personal, Jaime Durán Barba, es el principal consejero que guía sus discursos.
El consultor político hace bien su trabajo. Lo posicionó hasta convertirlo en el referente de la oposición y la esperanza de la derecha. Pero Durán Barba recomienda no dar a conocer “ideas”, sino hablar de “lo que quiere la gente”.
El economista y diputado nacional del PRO, Federico Sturzenegger, reveló inocentemente cuatro “consejos” del gurú que causaron escalofríos hasta en el mismo partido amarillo, no por lo que representa, sino por los eventuales votos perdidos. Durán Barba marcó las líneas del discurso de Sturzenegger cuando era candidato a diputado nacional en 2013.

 

 

El economista, acostumbrado a los medios pero no a salir a buscar votos, quería hablar de lo que más sabe: economía y recetas para bajar la inflación. Pero Durán Barba se lo prohibió. Hablar de inflación, en la lógica PRO, remite necesariamente a un ajuste y a eventuales pérdidas de empleo. “Cuando seas gobierno hacé lo que vos creas, pero no lo digas ahora en medio de un debate”, le dijo. Cualquier parecido con el recordado “si decía todo lo que iba a hacer, no me iban a votar”, es pura coincidencia.
Sturzenegger contó las enseñanzas recibidas en un encuentro con estudiantes en Estados Unidos. Alguien las grabó. Las recomendaciones de Durán Barba fueron “no propongas nada”, “no expliques nada”. “Decí que están mintiendo con la inflación o decí cualquier cosa; hablá de tus hijos”. “El objetivo del debate es ganar votos, no ganar el debate”, definió.
Sturzenegger amagó con indignarse con las recomendaciones, pero cumplió al pie de la letra. En el primer debate en un canal de televisión argentino, dijo: “Todos los vínculos humanos se basan en la verdad. El mío con mi mujer, el mío con mis hijos… ¿queremos hablar de inflación? Yo quiero hablar de cómo Argentina va a recuperar la verdad”.
Hace pocos días trascendió otro video, donde los principales economistas del PRO y otros ligados al establishment explicaban a un grupo de empresarios las medidas que había que tomar para salir del “fracaso” actual. Carlos Melconian, Miguel Angel Broda, José Luis Espert, desgranaron lo que sería un gobierno “ideal”. Coincidieron en la necesidad de “un ajuste inexorable”, al que se llegaría “de golpe o a los golpes”, achicar el Estado y eliminar las “fascistas” paritarias en las que el trabajador negocia sus incrementos salariales con el respaldo mediador del Estado.
¿A qué Macri habrá que creerle? ¿Cuál inclinará la balanza? ¿El nuevo y sensibilizado? ¿O el viejo y asesorado por Durán Barba y la troupe de economistas liberales, cuyas recetas llevaron al país al borde de la destrucción en los 90?
Pese al maquillaje y a las recomendaciones del ecuatoriano, todo indica que Macri es aquel que se inició en la vida pública en los 90, que elogiaba a Menem y a Cavallo y que hasta hace dos o tres semanas, prometía privatizar aquello que fue recuperado por el Estado en estos años. Es un liberal que confía en la teoría de la “mano invisible” que acomoda y derrama las riquezas.
Su mérito radicaba en que hasta hace unas pocas semanas, se animaba a mostrarse tal cuál era. Un referente de la derecha que defendía sus conceptos aprendidos. Así creció en la política y así se convirtió en el principal aspirante de la oposición a llegar a la presidencia. El giro discursivo desconcertó a sus propios votantes justamente porque ahora dice que hará lo que muchos argentinos todavía desprecian, como sostener las empresas del Estado o la Asignación Universal por Hijo. Un marxista. De Groucho, que hace escuela.
Hace apenas quince días -el 15 de julio- el diputado nacional Alex Ziegler firmó una solicitada a favor de Daniel Scioli con «la absoluta convicción de que la fórmula elegida significa la síntesis más acabada para profundizar el Movimiento Nacional y Popular, representado por Moreno, Belgrano, San Martín, Rosas, Yrigoyen, Perón, Evita, Alfonsín, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner».
«Esto a su vez garantiza la continuidad de las políticas federales. Los representantes de las provincias sabemos que las mismas sólo fueron tenidas en cuenta por Perón, Néstor y Cristina. Y también estamos convencidos de que serán ignoradas por la fórmula opositora, cuyos dos integrantes son de la capital, y que sólo reflejan el proyecto porteño y neoliberal”, agregaron referentes y legisladores del interior.
Sin coherencia ideológica y con la única convicción de que tenía que ser de cualquier manera candidato a gobernador, hoy Ziegler encabeza la fórmula del PRO en Misiones, al que arribó tarde y apenas por conveniencia mutua. El macrismo en Misiones no tiene un referente fuerte y Ziegler necesitaba un partido que le permita cumplir su condición exclusiva: ser el candidato. Lo acompaña Raúl Revinski, el diputado provincial que todavía forma parte del Frente Renovador y que firmó la adhesión para integrar el frente que competirá en octubre.
Apenas fue presentado en un pretendido encuentro “casual” con vecinos posadeños, los cronistas ávidos de sangre, le marcaron a Ziegler su contradicción evidente. El eldoradense respondió: «No estigmaticemos, todos tenemos un pasado y cometemos errores».
¿Se refería al pasado y los errores de Macri? Nadie cuestionó el pasado de Macri, ni siquiera su forma de pensar. Simplemente, se lo contrasta con el modelo de los últimos doce años.
¿O se refería a su propio pasado? ¿Cuáles son los errores propios de Ziegler? ¿Hacerse kirchnerista? ¿Hacerse renovador?
Ziegler fue hasta ahora un kirchnerista ferviente. Amigo de los ministros de Agricultura y con un espacio propio en la bancada kirchnerista en Diputados. Construyó su figura dentro del espacio colectivo de la Renovación, a la que adhirió en sus orígenes y defendió con entusiasmo hasta que se encontró con el escollo de no poder ser candidato a gobernador. Dio el portazo exigiendo elecciones internas en la Renovación que ya había consensuado que el postulante del momento era Hugo Passalacqua.
Parece haberse sacado el traje sin remordimientos. Ya habla como recomienda Durán Barba: “Hay que empezar a olvidarse de los espacios políticos y comenzar a pensar en la gente, los valores que la gente reclama. No tengo que dar explicaciones de los espacios que ocupo, los que tienen que dar explicaciones son los que se niegan a dar un espacio a participar a la gente”. La gente, ese abstracto tan remanido que pide cosas pero no piensa ni tiene ideología.
La alianza de Ziegler en el PRO termina por desarmar la posibilidad de un gran frente electoral opositor y deja en una incómoda situación al radicalismo, que apostó todo a una sociedad con Macri que hasta ahora no generó rédito alguno. Si el intendente porteño se impone, como se espera, en las elecciones del próximo domingo, el radicalismo se quedará sin candidato presidencial y deberá inflar globos amarillos en octubre.
En Misiones el acuerdo cerraba si Macri arrastraba votos para toda la oposición. Pero como no hubo acuerdo con el PRO y van en listas separadas, es probable que la UCR no pueda llevar candidato a presidente en octubre -no sería lógico que el PRO acepte restarle votos a su nueva esperanza blanca-, lo que dejaría en una situación de desamparo al joven Gustavo González, quien resistió estoicamente como candidato a gobernador.
Así como en todo el país llueven las críticas a Ernesto Sanz por haber entregado en bandeja al partido, en Misiones crece el enojo entre los dirigentes radicales para con Hernán Damiani, quien condujo al partido durante las eternas negociaciones que terminaron en fracaso. Se perdió un tiempo invalorable de campaña mientras que la imagen de González fue bastardeada a más no poder por el propio radicalismo, que lo había puesto como mercancía de negociación y hasta hace unos pocos días, insistía en revalidarlo en una interna con los demás partidos opositores.
Le queda una última alternativa de alianza al radicalismo, pero es una sociedad que avergüenza a los más jóvenes y que podría generar una ruptura: un acuerdo circunstancial con Ramón Puerta, que se mantiene latente con el diputado nacional Luis Pastori, el propio Damiani y un grupo de dirigentes que temen quedarse fuera de cualquier espacio de poder. Puerta está convencido de que una alianza con el radicalismo puede ser fuerte y de paso, fortalecerlo. Algo de razón le asiste. El radicalismo fue el partido de la oposición más votado en 2013 y él mismo fue el segundo, bastante por encima de los partidos «chicos» como el PRO.
Pero en el radicalismo todavía quedan pruritos en algunos dirigentes y una alianza con Puerta significaría arriar todas las banderas de los últimos 25 años. Una cosa es negociar estrategias conjuntas y otra distinta es compartir la boleta.
La camada de jóvenes radicales sub-40, que tuvo protagonismo en 2013 pero fue relegada en esta temporada, comienza a reclamar espacios en la conducción y es probable que después de las elecciones pida con fuerza un paso al costado de Damiani y de la conducción actual, que es manejada tras bambalinas por el perenne Ricardo Barrios Arrechea. De a poco, son varios los dirigentes que reconocen que la postura de los diputados Hugo Escalada y María Losada no estaba tan errada. Ambos fueron expulsados por no avalar el acuerdo con el PRO y advertir que el giro a la derecha del radicalismo iba a llevar a un desastre político. El tiempo parece haberles dado la razón. “Quedó demostrado que Ziegler es un oportunista”, aseguró Escalada. “De un día para el otro se pasó a la derecha y ahora está con quienes destrozaron esta provincia en la década del ´90”, insistió. Escalada fue incluso más allá y cuestionó la solidez ideológica de Ziegler, que inicialmente fue un dirigente de la Alianza pese a que nunca había militado en el radicalismo. Para el legislador, lo grave del giro político de Ziegler es que toda su trayectoria política transcurrió en contra del espacio al que ahora pertenece. Humberto Schiavoni, presidente del PRO y candidato a diputado nacional, recordó Escalada, «destrozó la provincia en la década del 90, junto a Puerta».
Hasta el propio Damiani cuestionó la incoherencia de Ziegler por haberse ido de la Renovación con la excusa de la falta de internas, pero cuando se la ofrecieron con el radicalismo, no aceptó. Sin embargo, reafirmó que sigue en pie el apoyo de los radicales de Misiones a Macri en caso de que le gane la interna a Ernesto Sanz. Pero Damiani admite que aun no resolvieron cómo irán en la boleta y es probable que tengan que sumar para Macri aunque Macri no sume para ellos.
Ante el devaneo ideológico de la oposición, el oficialismo se hace fuerte desde la coherencia. Daniel Scioli no solo muestra un convencimiento de las políticas actuales, sino que apuesta a ir más allá. Anunció la creación de ministerios que tienen que ver con la economía social y los derechos humanos, dos áreas sensibles del kirchnerismo. También cimenta su potencial electoral en las provincias, con fuertes vínculos con los gobernadores. El misionero Maurice Closs asegura que por estos días se convirtió en un “puntero político” del bonaerense, a quien considera el mejor futuro para la Argentina y especialmente para Misiones y el norte del país.
Lejos de la asepsia del PRO y sus economistas, en el Frente para la Victoria y la Renovación se reconocen como no neutrales y el rol del Estado es clave en la diagramación de las políticas.
“Los argentinos sabemos de los dolores, miserias y pérdidas de vida en los gobiernos militares con políticas liberales. Macri es la expresión de la derecha argentina”, definió Closs en un reportaje concedido a los periodistas de este diario.
“Expresamos la continuidad de las muchas cosas hechas para que este país haya crecido. Para que se logre inclusión, desarrollo de la infraestructura, políticas sociales, puestos de trabajo, desarrollo industrial, cosas que han hecho que la Argentina viva mejor. Representamos y representa Scioli, la voluntad y la capacidad de corregir las cosas. Cada tiempo nuevo hay que saber que hay cosas para modificar, perfeccionar y corregir. La continuidad, valorada por los argentinos y la capacidad de los cambios, que hacen falta en las provincias y la Nación”, explicó.
Closs no tiene dudas de que Scioli es la mejor opción para Misiones por el sostenimiento de las diversas políticas que favorecieron esencialmente la inclusión y porque sabe la problemática de las provincias, como la deuda pública y la necesidad del desarrollo de infraestructura.
El Gobernador de Misiones no vacila al comparar visiones ideológicas.
“El modelo liberal juzga las asignaciones, como la Asignación Universal por Hijo. Es tal es el desconocimiento que el día después de la segunda vuelta en Buenos Aires, Macri dice que va a enviar un proyecto de ley para que se apruebe, cuando en el Congreso se había aprobado la semana pasada. Es desconocimiento y desdén. Ahora plantean (Sergio Massa) que tiene que tener una contraprestación. ¿Le van a hacer trabajar a un nenito? El mayor plan es la AUH. Que me expliquen esto… ¿Le van a hacer trabajar a un jubilado? Votaron en contra de todas las leyes que recuperaron soberanía. De Aerolíneas, de YPF. Dijeron que Aerolíneas iba a ser privatizada. Ahora cambian el discurso. Los vuelos federales, ¿la conectividad de Posadas está garantizada o volveremos a cinco vuelos semanales? ¿Volveremos a colas en las estaciones de servicio? Porque eso se recuperó con la inversión del Estado», enumera.
Sin embargo, es en la vivienda donde Closs entiende, radica la abismal diferencia de visiones. “En Buenos Aires no se construyeron viviendas en los ocho años del PRO. Cuando se dio el debate entre Gabriela Michetti y Horario Rodríguez Larreta, ambos defendían el plan de ayuda para el alquiler que había lanzado Macri. Esa es la visión más cabal de una visión social conservadora. Alguien es dueño de una casa, la pone en alquiler, gana una renta. La renta que sale del bolsillo del trabajador que nunca podrá comprar una casa. Nosotros no queremos ese modelo. Queremos movilidad ascendente, con el misionero con su casa, como logramos con el Iprodha con miles de soluciones habitacionales o el Procrear. Con el otro modelo, quieren que siga el alquiler. En ese ejemplo, se ve la diferencia entre un Scioli presidente y un Macri”, aseveró
“Con Scioli vamos a seguir recibiendo los fondos que hasta ahora nos manda Cristina para construir viviendas. Dudo que Macri nos permita urbanizar las 740 hectáreas de Itaembé Guazú”, sintetizó.
Otra coincidencia entre Misiones y Scioli es la promoción del turismo, al que el gobernador bonaerense presta mucha atención e incluso fue secretario de Turismo de la Nación. Después de cerrar el mejor invierno de la historia, las Cataratas del Iguazú ratifican que el turismo es una industria generadora de empleo y divisas que no se puede despreciar. Los recursos destinados a la promoción de Misiones, evidentemente, están bien invertidos.
La línea de pensamiento político se muestra cabalmente en la elaboración del Presupuesto. Misiones desde hace años viene marcando prioridades enfocadas en las áreas sociales y especialmente en la educación.
El proyecto firmado el viernes por Closs y girado a la Legislatura, ratifica la línea de pensamiento. Se proyectan gastos por 30.599.781.000 pesos, con un incremento de 29.90 por ciento en relación con el vigente o 7.042.607.400 pesos más.
El primer presupuesto que será ejecutado por la próxima gestión -”Que seguro será de Hugo Passalacqua”, dice Closs- proyecta que Cultura y Educación sigue recibiendo la mayor parte del presupuesto con 8.228,4 millones (26,9 por ciento), Salud Pública 4.673,4 millones (15,3 por ciento), Bienestar Social 3.921,3 millones (12,8 por ciento), Desarrollo de la Economía 5.611,7 millones (18,3 por ciento) Seguridad 2.173,6 Millones (7,1 por ciento) Deuda Pública 157,7 millones (0,5 por ciento).
Las áreas sociales (Educación, Salud y Desarrollo Social) representan el 55 por ciento del Presupuesto total, manteniendo los guarismos similares a los años precedentes, lo que significa una marca destacada de la gestión de la Renovación.
Aquí no hay especulaciones ni ambivalencias. El camino trazado en 2003, solo sigue la senda de la profundización

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