Violencia hacia el hombre, ¿es también violencia de género?

El caso de un hombre en Oberá que denunció en varias oportunidades a su esposa incluso en la Comisaría de la Mujer por violencia de género, abrió el debate sobre si se encuadra la denominación para este tipo de casos que resultan ser los menos ante el problema de violencia contra la mujer por su condición.

¿Distingue la violencia entre mujeres y hombres? ¿Existen diferencias entre la violencia que ejercen unos y otros? ¿Se trata solamente de una superioridad física?

En Misiones en el año 2013 cuando se creó la Dirección de Asuntos de Familia y Género se recepcionaron 758 denuncias. En febrero de 2014 esa cifra se elevó a 875 y en los meses siguientes bajó a 600. En julio hubo 518 y luego volvió a subir la cantidad a más de 700. A principios de este año se denunciaron en dependencia policial 815 casos de violencia. De cada diez denuncias que se radicaron, una fue de un hombre.

Los números no hacen más que confirmar lo que se percibe desde la opinión pública a través de lo que reflejan los medios de comunicación. Las mujeres golpeadas son más. Esta es la razón por la cual se habla precisamente de violencia de género. Una sucesión de hechos en donde la mujer es víctima por el hecho de ser mujer, donde el hombre ejerce sobre ella un poder del que se vale para manipularla psicológicamente hasta llegar a la violencia física. Ahora bien, qué sucede cuándo la situación se da a la inversa. Cuando es la mujer la que insulta y golpea. Qué tipo de violencia ejerce. Claro está que la discusión no pasa solamente por el término empleado, sino de decisiones que deberían tomarse como restricción de acercamiento, arresto, exclusión del hogar, grado de peligrosidad hacia los hijos si es que los hubiera. ¿Se actúa de la misma forma ante la denuncia de un hombre?

La mujer no le pega porque es hombre, le pega porque es violenta

En declaraciones radiales (LT4 Red Ciudadana), el titular del Inadi, Mariano Antón – quien además es abogado – fue tajante al afirmar que no es un caso de violencia de género cuando la que golpea o agrede es la mujer. “Se trata de una denominación de carácter político más que jurídico, desde lo jurídico es mejor hablar de violencia hacia la mujer y violencia hacia el hombre. El hombre no sufre violencia de género, es violencia doméstica. La mujer no le pega porque es hombre, le pega porque es violenta. En el caso de las mujeres hay un sometimiento psicológico, económico, sexual, entre otros y sí las golpean por su condición de mujer”.

Estamos acostumbrados a que sea la mujer la víctima de violencia, el punto es que los hombres por esa misma cultura machista no denuncian los casos, pero cuando hay violencia no hay diferencia de uno a otro

Quien refutó estas aseveraciones fue la licenciada en psicología Paula Balmaceda (MP 208), que atiende relaciones de pareja, al afirmar que el hombre golpeado sí es víctima de violencia de género. “Lo que pasa es que estamos acostumbrados a que sea la mujer la víctima pero pasa y mucho, el punto es que los hombres por esa misma cultura machista no denuncian los casos, pero cuando hay violencia no hay diferencia de uno a otro”.

La profesional explicó además que es relativo el marco conceptual que explica solo una superioridad física cuando se piensa en violencia. “Acá no solo hay debilidad física, sino psicológica. La mujer sabe que el hombre no la va a denunciar por vergüenza y se aprovecha de eso. Si fuese violencia doméstica también entrarían los hijos. La violencia que ejercen las mujeres hacia los hombres tiene que ver más con la manipulación, con el insulto, con decirles no vas a volver a ver a tus hijos por ejemplo. Hay casos en donde la mujer gana más, o el hombre no tiene trabajo y utiliza esa realidad para ejercer violencia”.

Balmaceda propone indagar, sin justificar el por qué de la violencia. “Si vos te ponés a averiguar, vas a llegar a la violencia desde la niñez de esa persona, y por eso encuentra en ella la única manera de resolver lo que considera un problema, hay patrones de conducta que se deben analizar para tratar el drama de la violencia”.

En la Argentina se han ganado batallas legales, políticas y sociales. Son cada vez menos las mujeres que se sienten responsables y justifican la violencia. Son cada vez más las que se animan a denunciar. A decir basta. Quizás sea momento de avanzar y plantearnos que no es menos hombre (término arraigado en una cultura patriarcal relacionado a la fortaleza) el que denuncia golpes e insultos de una mujer. La violencia es violencia, y debe ser condenada en todas sus formas.

J.M

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