Cuestiones formales

“No puede ser que Yacyretá produzca el 12 por ciento y los correntinos no tengan electricidad para instalar industrias. Hay que devolverle a los correntinos la posibilidad de manejar la política hidroeléctrica en la región para generar industrialización, que hoy se genera por errores políticos del gobierno provincial en Corrientes”, aseguró, enfático, Sergio Massa en… Oberá, Misiones.
Un par de días después, la linda, flaca, cuerda y rubia Lilita Carrió también eligió la tierra colorada para traer su monólogo, que puede competir con cualquier stand up porteño. La diputada es candidata a presidenta en la alianza con el radicalismo y el PRO.
Después de unos 40 minutos de hilar frases seguidas casi sin pausas –la nota completa se puede leer en esta misma edición-, dejó dos para el recuerdo: “¿Vos sos Gustavo González? Ahhh, te imaginaba gordo y viejo”, le dijo al joven candidato eldoradense, a quien supuestamente vino a respaldar y con quien estuvo sentada durante casi una hora sin saber quien era.
Después completó: “La verdad es que nosotros no tenemos una propuesta para Misiones, sino para el porvenir de la Nación. Justicia independiente, controles, que el Parlamento funcione”.
Ambas situaciones serían tragicómicas si no implicaran un fuerte desconocimiento de la realidad local de dos dirigentes que pretenden gobernar el país. Gobernarlo desde sus oficinas blindadas en el centro porteño. No se sabe bien si Massa, acompañado por el ex gobernador y candidato a diputado nacional, Ramón Puerta se confundió de provincia o si sencillamente dejó escapar una idea que no tuvo tiempo de poner sobre un mapa.
No se sabe bien si Lilita está o no cuerda, aunque es cierto que está más flaca. Lo que sí queda claro es que su candidatura no es más que una re-presentación. Hace de. Funge de candidata, aunque no tiene la más mínima intención de ser tomada en serio. Solo le interesa, y le sirve, seguir en la palestra, aunque cause risa.
Es su único mecanismo de supervivencia en una política que es mucho más compleja que la que su febril imaginación le permite dimensionar.
Ni siquiera aspira a que Mauricio Macri o –vía milagro- Ernesto Sanz la elijan “Procuradora” si ganan en octubre, “porque tengo un amante en Italia y voy a estar muy ocupada”.
No son los únicos ejemplos de condescendencia para con Misiones.
Esa mirada centralista, que muestra un inconfesable desdén por el interior al que no conoce, es la que domina el pensamiento opositor.
No es casual. Simbólicamente es el intento de “revancha” del conservadurismo porteño que se siente acosado por políticas públicas que le dieron visibilidad a millones de argentinos que estaban fuera del sistema hasta hace no demasiado tiempo.
Es la respuesta política al kirchnerismo que asentó sus bases en la ampliación de derechos, que, (un poco, muy poco) equilibró la balanza, históricamente inclinada por el peso de los dueños de la Pampa Húmeda y un puñado de familias tradicionales.
Pero esa mirada no es única del porteño. También en Misiones se repite esa lógica de la política desde el despacho o desde el micrófono de una radio o un canal. Hay partidos cuyos candidatos no recorren los pueblos, sino que tienen “agenda de medios”, prácticamente sin contacto con el ciudadano, sino con el dirigente local. Eso se traduce en reiteradas críticas al Gobierno, pero escasas respuestas a las demandas locales.
Ese conservadurismo pretende recuperar terreno perdido. Los principales candidatos de la oposición tienen entre su decálogo de medidas “arreglar con los fondos buitre”, eliminar retenciones a los patrones de la soja y el impuesto a las Ganancias que pagan los salarios más altos del país.
Carrió prometió “para el campo eliminación de todas las retenciones y solo quedando la soja al 10 por ciento”. Sobre los buitres, consideró que “nosotros necesitamos sostener un déficit un año, y estar en la apertura internacional con la alianza del Pacífico porque tenemos que empezar a ubicar nuestros productos para tener crédito internacional y tenemos que elegir entre esto o Venezuela”.
La alianza del Pacífico es una apuesta de Chile y Perú, junto a Colombia, a recrear un mercado libre de aranceles que se contrapone a la visión que domina el Mercosur, que ahora sumó a Bolivia, que en contraposición, busca en la integración productiva y en el comercio intrarregional la base de la constitución de un polo que es, ya hoy, la quinta economía del mundo, con políticas económicas parecidas que tienen al Estado como fuerte rector.
En cambio, la alianza del Pacífico parece ser una recreación del Alca, repudiada en la histórica cumbre de Mar del Plata, con George Bush como incómodo invitado, que pretendía consolidar el modelo neoliberal: la absorción de Canadá al modelo productivo estadounidense y luego el Nafta, donde se incorporó a México.
Macri también quiere un Mercosur menos “politizado” y que aproveche las “oportunidades” del libre comercio. Pero en ese libre comercio, siempre gana el más grande.
El Mercosur politizado permite proteger industrias locales y es el Estado el que asume medidas para cuidar las economías regionales.
Esta semana, el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el titular de la cartera agropecuaria, Carlos Casamiquela, anunciaron un paquete de medidas que abarca extensiones a los programas de estímulo a pequeños productores de trigo, girasol, maíz, soja y leche, nuevos cupos de exportación para trigo y maíz, flexibilización de créditos del Banco Nación par productores de soja y la posibilidad de otorgar mayor número de préstamos a cooperativas, entre otras iniciativas. La idea es proteger a los más pequeños, mientras que los grandes mantienen una dura pulseada contra las retenciones. Y esa es, en definitiva, la función de la política y debería ser la del Estado. Proteger al más débil y que el poderoso no se convierta en un monstruo grande.
Esa es la línea política instaurada en los últimos años y eso es lo que se pretende derrumbar. No hay ambigüedades. El referente intelectual del PRO y director de la Fundación Pensar, Iván Petrella, aseguró que el papa Francisco se «equivoca» al poner mucho más énfasis en la situación de las personas «vulnerables» que en cuestiones formales de la democracia como la «libertad de prensa o de disidencia». La oposición entiende que la democracia se compone apenas de cuestiones formales.
El gobernador Maurice Closs destacó que gracias a la gestión política, Misiones pudo recibir reparaciones históricas después de años de olvido. Escuelas, viviendas, rutas, obras energéticas.
En San Ignacio, donde anunció la inminente licitación de la extensión de la autovía desde Santa Ana hasta San Ignacio, Closs preguntó a los vecinos: “¿Ustedes creen que esa política de Néstor, que la continuó Cristina, la va a continuar Macri? ¿Alguno de ustedes cree que le va a importar lo que le pasa al norte? No, va a hacer subterráneos en Buenos Aires. Pero, Daniel Scioli sí, porque él tiene nuestro compromiso y él tiene un compromiso con nosotros, porque lo hablamos y le planteamos. Una de las cosas que le dijimos es renovar el programa de financiamiento Norte Grande, donde están estos proyectos”, sentenció.
Y ese es, en el fondo, el debate de este tiempo electoral. Se discute la continuidad del modelo iniciado en 2003 o el giro hacia políticas que ya tuvieron su apogeo con el neoliberalismo de los 90.
El candidato a vicegobernador Oscar Herrera Ahuad, les dijo a un centenar de jóvenes, muchos de ellos con un puñado de años cuando se inició la Renovación, que “es la primera vez que se pueden discutir modelos, porque en la historia, otros gobierno cayeron por golpes o se fueron antes”.
“No nos van a parar, pero no porque estemos en el Gobierno, sino porque tenemos ideales”, elogió Herrera Ahuad en referencia a los militantes que presentaron la rama juvenil de la Renovación.
Ese traspaso generacional, de chicos que se criaron en este modelo, marca un punto de inflexión en la forma de ver a la política.
Hasta ahora, las militancias se construían bajo la mística peronista o, después de la recuperación de la democracia, bajo el cobijo alfonsinista.
Pero la juventud peronista fue masacrada en los 70. La radical se refugió en las universidades, pero después de 2001, carga con el fracaso de De la Rúa en la continuidad de las políticas neoliberales de los 90.
Hay una nueva generación de militantes, que no sólo es la estigmatizada Cámpora, sino que se replica en todo el interior, con chicos que se interesan por la política y se preparan para ocupar espacios.
Se animan, se atreven e interpelan. Vuelven a discutir ideologías.
Los jóvenes radicales derramaron lágrimas en Entre Ríos cuando su partido selló la alianza con el PRO de Macri. La juventud de izquierda corre por “izquierda” al Gobierno y muchos otros, por lo menos se interesan por lo que sucede.
La ampliación de derechos de estos años, cambiará indefectiblemente el mapa futuro. Será difícil retroceder en las conquistas sociales y que el Estado deje de proteger a los menos beneficiados.
Eso es lo que está en disputa. La continuidad y profundización de un modelo o el giro que no solo vive en la memoria de los 90, sino que se padece en muchos países en la actualidad. Europa padece una crisis que no sale en los medios y mucho más, la padecen los jóvenes.
El 49,9 por ciento de los menores de 25 años en España está desempleado. En Grecia, el 49,7.
En ambos países crecieron movimientos políticos que ponen en riesgo la continuidad de las políticas liberales y que obligaron a Europa a poner todo su arsenal para frenarlos. Syriza en Grecia y Podemos en España están compuestos por miles de jóvenes y dirigentes que miran con atención lo que sucede en esta parte de América, con Argentina como ejemplo central que supo plantarse a los poderes financieros.
Grecia tuvo el respaldo de su pueblo en un referéndum, pero tuvo que someterse a la extorsión de Alemania y firmar la continuidad de las políticas de ajuste a cambio de la continuidad en la Unión Europea y recursos frescos para el salvataje de su deuda.
El salvataje no es para la economía helénica ni para sus ciudadanos. De los 80 mil millones de euros que “llegarán”, 14,3 mil irán a la caja del Eurosistema, 9,9 al FMI y 5,5 a rescatar deuda privada.
Grecia deberá hacerse cargo de recapitalizar la banca privada por 25,5 mil millones y 17,2 al pago de intereses. El resto, será para deuda flotante y apenas 7,7 quedarán en sus reservas.
Es decir, es un “rescate” que simplemente significa renovar la deuda. En el fondo, la situación económica de Grecia, es lo que padeció en la Argentina del 2001, con el blindaje y el megacanje de De la Rúa. Es apenas la extensión de la agonía.
Argentina estalló y aunque en Grecia parecen haberse calmado las aguas, parece haber comenzado a germinar una mirada distinta, que puede ser a pesar de Tsipras, el líder que aceptó el sometimiento.
Parece ser una lucha que recién comienza y que puede extenderse a España y otros países.
Una derrota no hace injusta una lucha”, definió el periodista Hibai Arbide sobre la situación política en Grecia, donde esta última semana hubo fuertes disturbios en momentos en el que parlamento, dominado por Syriza, votaba el pacto del ajuste.
Poco antes de que comenzara la sesión parlamentaria que aprobó el plan de ajuste, estallaron algunos disturbios en Syntagma. Cócteles molotov y gases lacrimógenos en la plaza, y, unos metros más allá, votaciones a favor de la austeridad dentro del Parlamento. “Es un déjà vu. La misma imagen que se vivió durante la aprobación del primer rescate en 2010 y el segundo en 2012. Sólo que entonces, a diferencia de hoy, había esperanzas de que un Gobierno diferente fuera posible”, contó Arbide sobre la noche en la que la idea de enfrentar al ajuste, se desmoronó.
La culpa de la crisis no es, claramente, de un gobierno “populista”, sino de décadas de neoliberalismo y la fiesta de los préstamos que permitieron a los griegos vivir en una burbuja de “felicidad” que no tenía bases sólidas.
Aunque el poder de Alemania sumió en la derrota al “idealismo” griego, no resolvió el problema de fondo: el nivel de endeudamiento insostenible de Grecia sigue poniendo en riesgo a toda la comunidad europea.
Grecia de algún modo va a sobrevivir. Pero, ¿imagine lo que puede pasar en tres o cuatro años? El país tendrá una deuda mayor que la actual de 360.000 millones de euros. ¿Y entonces qué?”, se preguntó el sociólogo Slavoj Zizek, entrevistado por la BBC de Londres.
Entonces, puede pasar lo mismo que en Argentina y Grecia estallará porque no podrá soportar más ajuste.
La situación es tan extrema que por primera vez, el FMI se expresó de manera oficial a través de su director-gerente, Christine Lagarde, quien consideró que el rescate de Grecia no será viable sin algún alivio de la deuda.
«Absoluta y categóricamente no», respondió la número uno del FMI a la consulta que le formuló una radio francesa sobre la posibilidad de que el rescate resulte viable tal como fue aprobado en la capital europea y refrendado el pasado jueves en el Parlamento griego.
El FMI recomendó una fuerte quita de la deuda griega y un período de gracia de 30 años en su pago, de manera que Grecia pueda recuperarse para poder hacer frente a una descomunal deuda que, sumada a la de sus bancos privados, se eleva a unos 600.000 millones de euros.
Francia e Inglaterra recomendaron lo mismo que el FMI y advirtieron que la ayuda es inviable sin una quita sustancial.
Para la Unión Europea, respondió que el temor era exagerado ya que la deuda griega representará sólo 150% del PBI en 2022. La Comisión admitió la posibilidad de extender los plazos o acordar nuevos créditos, pero descartó todo recorte o anulación de la deuda.
Indefectiblemente, tarde o temprano, será necesario, como postuló el Papa Francisco en Bolivia, poner en cuestión al sistema “que ya no se aguanta”.
“No lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos. Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco», sentenció Francisco.
Para el Papa, «cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos y la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico», se condena al hombre y a la naturaleza”.
Aún con el fracaso de Grecia, el ejemplo de Argentina muestra que hay una alternativa a las políticas de austeridad y ajuste. Hacen falta decisión política y valentía. Obviamente, es una lucha de largo aliento.
En la Argentina el modelo apenas tiene poco más de una década y lejos está de haber resuelto todas las urgencias. Pero las transformaciones están a la vista, reitera el gobernador Maurice Closs en cada uno de los actos. Y no es cuestión de subjetividad, sino que verdaderamente son palpables.

La oposición, en tanto, no encuentra la ansiada cohesión. Ayer se realizó un nuevo cónclave radical en San Ignacio para intentar definir una alianza opositora. Se acordó casi como fecha límite, que el miércoles habrá una reunión con los referentes opositores para definir el «frente amplio». El presidente del partido, Hernán Damiani, el diputado nacional Luis Pastori, el propio Gustavo González y Pablo Velázquez se mostraron a a favor de armar una alianza con Ramón Puerta porque pide solo el cuarto lugar de la lista de diputados provinciales y no pide bajar a González. Extrañamente, nadie se mostró a favor de ir con Pro o con Alex Ziegler porque piden que bajen a González y abran lista de diputados provinciales. La nota la dieron Germán Bordón y Miguel Molina que pidieron «ir con lista 3» para salvar al partido.

El PRO, en cambio quiere internas antes del 5 de septiembre. Claudio Wipplinger y Ziegler no quieren internas, sino llevar a Ziegler como candidato a gobernador y que la lista de diputados sea encabezada por el radicalismo. El Frente Unido Puerta-Velázquez apoyan la formula de González y no reclaman para si hasta el cuarto lugar de diputados.

La continuidad de la transformación es lo que se pone en juego en Misiones y en el país.
Scioli se asumió como un heredero y con sus matices, en los últimos meses mostró que no sólo reivindica lo hecho, sino que pretende profundizarlo. Será distinto y no tendrá la rigidez del kirchnerismo, pero, si gana, también la base social y económica es distinta que aquella de 2003.
En Misiones también Hugo Passalacqua promete fortalecer el rumbo en lo que será la tercera etapa de la Renovación. La provincia también es distinta de aquella de hace doce años.

 
La ampliación de derechos es la base fundamental que distingue al país y a Misiones.
La presidenta Cristina Fernández acaba de lanzar Qunita, un «programa nacional de acompañamiento para la madre y el recién nacido», que implica la entrega de un kit que incluye cuna, sábanas, frazada y otros elementos básicos y la realización de controles médicos obligatorios.
En Misiones hace tiempo que el Plan Mamá cubre el mismo universo de beneficiarias.
Falta menos de un mes para las Primarias y tres para las elecciones. El debate seguirá y se irá profundizando.
Siempre es bienvenido y saludable. Enriquece la democracia y permite que el ciudadano tome la mejor decisión en las urnas.
Lo que definitivamente debe ser desterrado es la agresión como herramienta de presión política.
El atentado sufrido por el candidato a intendente de Posadas, Joaquín Losada, a quien le incendiaron la camioneta y le dejaron mensajes intimidatorios, no puede ser tolerado.
Saludablemente, toda la dirigencia política misionera salió a cuestionar la salvaje agresión. Aquí no hay banderías. Losada se presentó lanzó anoche en el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez su postulación a la intendencia de Posadas con un inmenso acompañamiento popular y político, con la presencia del gobernador Maurice Closs en primera fila. La competencia está abierta y serán las urnas las que den el veredicto en octubre.

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