La empresa está parada por falta de insumos, sus trabajadores afirman que les deben dos sueldos y el medioaguinaldo del primer semestre de 2015. Aseguran que la patronal se niega a dialogar con ellos. Reclaman que la Provincia expropie la planta y se la entregue a los trabajadores que formarían una cooperativa para administrarla. Desde el Gobierno proponen que se busque un inversor que esté interesado en hacerse cargo de la empresa.
Trabajadores de la fábrica de bolsas La Arminda, de Puerto Rico, siguen en total incertidumbre en relación a su continuidad laboral. “Llevamos dos meses sin cobrar, tampoco vimos el aguinaldo, hace 14 meses que no sabemos qué va a pasar con la empresa y con nosotros”, indicó Gabriel Verón, uno de los referentes de los empleados. Indicó que la fábrica, en la que trabajan más de 50 personas, está parada por falta de insumos, aseguró que la planta es rentable y que hay demanda en el mercado de Misiones y de la región para su producción y consideró que la crisis que atraviesa se debe estrictamente a la impericia de quienes la manejan.
Recordó que la empresa funcionó sin problemas mientras vivió su fundador, Antonio Luft, pero tras su muerte, en 2010, se hizo cargo de la planta Carlos Luft, uno de sus hijos, y comenzaron los problemas. En febrero de este año Carlos Luft se suicidó y la empresa quedó en manos de su hermano y desde entonces, a decir de Verón, la situación se desmadró.
El representante de los operarios señaló que la conducción de la firma no se comunica de ninguna manera con sus empleados, ni hace nada por revertir la difícil situación. “La empresa no nos despide, no pide concurso de preventivo de crisis, no presentó la quiebra, en definitiva no hace nada. Nosotros vamos a presentar los papeles correspondientes ante la justicia para considerarnos despedidos”, señaló Verón.
Los trabajadores ya se reunieron con autoridades del ministerio de Trabajo y de Cooperativas de la Provincia, en ese marco plantearon la posibilidad de recuperar la planta y ponerla en manos de los trabajadores, quienes conformarían una cooperativa para manejarla. La idea fue rechazada por la autoridades provinciales, ya que para recuperar la planta primero habría que expropiarla, lo que obligaría al Gobierno a hacer una erogación millonaria.
Ocurre que el caso de La Arminda es diferente a los antecedentes que hay en Misiones de empresas recuperadas, como la papelera PCP, la fábrica de tableros MBM o el frigorífico El Zaimán, porque en esos casos había deudas muy importantes con el personal, que se saldaron a cambio de que la patronal entregara las fábricas y eso evitó la necesidad de desembolsar dinero para expropiarlas.
En cambio, los funcionarios sugirieron que se busque a inversores interesados en hacerse cargo de la fábrica y se ofrecieron como intermediarios para las gestiones del caso.
Pese a la negativa, los trabajadores iniciamos el proceso de generación de una cooperativa de trabajo y seguirán insistiendo con su idea de recuperar la planta.
JRC EP
