“El pino es un monocultivo como la soja, donde hay pinos se acaban los suelos”

Así lo consideró Marie Monique Robin, periodista especializada en producción agrícola, que está en Misiones presentado su último libro “Las cosechas del futuro” y recorrerá la provincia hablando sobre “Cómo la agricultura familiar puede alimentar al mundo”. Valoró a Misiones porque tiene “campesinos que producen alimentos”.

Marie Monique Robin, periodista, escritora e investigadora. Radio Libertad

Planteó que el pino es un monocultivo como la soja, y “todos los monocultivos son una plaga, te hace dependiente, acaba la biodiversidad” afirmó. Remarcó que “la biodiversidad es la solución del futuro, por lo que el pino es una plaga y sé que acá se cultiva mucho. Donde hay pino se acaban los suelos y es un modelo muy capitalista”.

“La solución son campesinos de verdad, agricultores que producen alimentos. Gente que vive donde producen. Algo que no sucede con los sojeros que son pool de siembra, que no viven porque donde se siembra la soja porque es inhabitable” planteó la periodista.

Según informes de la Dirección de Producción Forestal de año 2010, Misiones cuenta con más de 370.000 ha de plantaciones forestales distribuidas en los Géneros Pinus (82.81 %), Eucalyptus (6.89 %), Araucaria (4.47 %), Paraíso (1.89 %), Kiri (1.30 %), Toona (1.08 %), y Grevillea (0.54 %). El crecimiento de las especies forestales en Misiones es casi el doble comparados con los países de tradición forestal.

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Mapa de plantaciones forestales elaborado en el año 2010 por el área de SIG de la Dirección de Producción Forestal.

Misiones es “la luz del país, porque aquí se produce alimentos de verdad”

La periodista especializada en producción agrícola está en Misiones presentado su último libro “Las cosechas del futuro” y recorrerá la provincia hablando sobre “Cómo la agricultura familiar puede alimentar al mundo”. Valoró a Misiones porque tiene “campesinos que producen alimentos”.

La soberanía alimentaria y la educación son los pilares del desarrollo de todo Estado, la periodista francesa Marie Monique Robin trabaja desde hace más de dos décadas revisando como las grandes multinacionales destruyen la soberanía alimentaría e imponen sistemas de negocio que atentan contra el desarrollo regional.

Robin hablará sobre sus trabajos sobre la producción agroindustrial y las opciones viables para salirse de esa lógica productiva. “La publicidad de las multinacionales dice que sin los agrotóxicos no vamos a alimentar al mundo, pero con ellos tampoco lo hacemos hoy. Los datos de la ONU muestran que 1000 millones de personas padecen el hambre en el mundo y el 80 por ciento son campesinos” indicó.

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La escritora con dos de sus trabajos y alimentos producidos en Misiones

Para ella el sistema agroindustrial “falló”, viene recorriendo el mundo, conociendo como la lógica del mercado ha fallado y como la agroecología puede ser una opción viable para alimentar al mundo. “Este sistema es pensado en las granjas familiares que producen alimentos sanos y orgánicos. Sin ningún producto que compra de afuera, es una modalidad muy técnica que hay que aprenderla y por ello es necesario el apoyo público, hay soluciones y funcionan muy bien”.

Ella consideró que “aquí es la luz del país, porque la sojización no llegó. Esperemos que nunca llegue, pero para eso debemos apoyar a los productores que producen alimento. Apoyarlos porque la presión es muy fuerte, la propaganda es muy fuerte”.

“Yo digo que aquí es la luz del país porque aquí se producen alimentos de verdad. Con la sojización la Argentina está perdiendo su soberanía alimentaria, porque esa soja que se produce trae muchos problemas medioambientales, sanitarios, etcétera. Pero además los tambos se están acabando en el país de la leche y las vacas. Entonces que va a comer la población argentina, porque esta soja no sirve para alimentar al pueblo argentino” dijo Robin.

Recordó que esa soja que se exporta es “para alimentar a los puercos y las gallinas de mi país”. Por ello valoró el apoyo del Estado misionero a la producción agrícola de alimentos y planteó que “es muy importante que se siga apoyando a estos productores para que no caigan en la trampa”.


La agroecología es el futuro

Alimentar el planeta Tierra sin pesticidas es posible, asegura la periodista francesa Marie-Monique Robin, que tras revelar en un filme la implicación del ejército francés en la Operación Cóndor y denunciar a la multinacional Monsanto, aboga en su nuevo trabajo por la agroecología.

Con el documental “Les Moissons du futur” (Las cosechas del futuro), Robin cierra la trilogía sobre la contaminación alimentaria que comenzó en 2008 con «El mundo según Monsanto», sobre el gigante agroquímico estadounidense Monsanto, y «Nuestro veneno cotidiano» (2010).

La especialista valoró que no solo se apoye a los agricultores, sino que existan carreras de agroecología y agricultura orgánica, “La agroecología no es solo producir sin utilizar agrotóxicos, porque pueden haber muchos problemas con malezas y parásitos. Hay que re aprender a producir de forma orgánica”.

Indicó que en su país hay un instituto estatal que enseña agroecología, que antes apoyaba a la agroindustria y ahora se vuelca a formar productores con técnicas que evitan el uso de agentes tóxicos.

“Necesitamos agrónomos que trabajen en esto” dijo la especialista, que ejemplifico que en sus viajes conoció a un productor alemán que produce soja orgánica manejando el suelo con trébol y centeno para evitar el ataque de agentes externos a los plantines de soja.

Alertó sobre los trabajos sobre la stevia, que las grandes multinacionales buscaron en el pasado frenar la comercialización de la stevia, favoreciendo al aspartamo. Explicó que en la actualidad quieren patentarlo por lo que “hay que resistir” evitando toda modificación transgénica. Recordó que hasta Coca Cola quiere usar la stevia patentándola.

Este es su documental más conocido sobre Monsanto y los agroquímicos

Marie-Monique Robin nació y creció en los Deux-Sèvres, donde sus padres eran agricultores. Estudió ciencias políticas en la Universidad de Saarbrücken y es licenciada en periodismo por el Centro Universitario de la Universidad de Estrasburgo. Comenzó su carrera en France 3, Région y trabajó para la agencia CAPA de 1989 a 1999 antes de convertirse en periodista independiente. Desde 1989, realizó cuarenta películas y obtuvo treinta premios, entre ellos el Buffon (Festival International du Film Scientifique), varios premios en el Festival Internacional de Scoop de Angers o em FIGRA. Sus películas son el resultado de un largo estudio de campo, proporcionando una mirada crítica sobre la situación de los derechos humanos en distintas partes del mundo, especialmente en América Latina, que visitó más de 80 veces.

Investigó sobre el uso de la coca por los indígenas en Colombia (Mama Coca, 1990) sobre la prevención del SIDA en Cuba (SIDA y Revolución, 1989) o la participación del ejército francés en la Operación Cóndor (Escuadrones de la muerte, la escuela francesa, 2003). También ha realizado varios documentales en Francia como La rebelión de las mujeres maltratadas (2000). La escuela de la sospecha (2005) muestra los excesos de la lucha contra la pedofilia. En 2002, realizó una película sobre la investigación científica de los fenómenos paranormales (El sexto sentido).

Desde 2004, Robin se centra en las amenazas a la biodiversidad y la apropiación de la vida por parte de los gigantes de la biotecnología (Piratas de la vida, Trigo: Crónica de una muerte anunciada, 2005, El mundo según Monsanto, 2008).

Marie-Monique Robin es también autora de varios ensayos, algunos de los cuales han sido grandes éxitos (Las 100 fotos del siglo ha vendido más de 600.000 copias). Esa es una de las peculiaridades de su trabajo de investigación: cada uno de sus libros describe en detalle la investigación realizada con ocasión de sus películas y profundiza sobre el tema.

En su nuevo documental, Robin explica que para intentar responder a la pregunta de si se puede resolver la crisis alimenticia global mediante la agroecología, recorrió el planeta, desde Japón a México, pasando por Kenia y Estados Unidos, reuniéndose con campesinos, agricultores, agronómos y expertos.

Su veredicto es tajante: no sólo se puede producir alimentos en cantidad suficiente para que el mundo no pase hambre, y además sin perjudicar el planeta, sino que, «si ahora no se puede alimentar el mundo, la culpa es de los pesticidas», asegura Robin.

El trabajo de Robin es también la ilustración de las conclusiones de un informe publicado en marzo 2011 por Olivier De Schutter, relator especial de Naciones Unidas por el derecho a la alimentación, informó la agencia DPA.

En ese informe, el experto afirma que la agroecología, método basado en la renovación de los suelos eliminando los fertilizantes químicos, puede permitir mejorar los rendimientos en las regiones más pobres, además de estar mejor adaptado al cambio climático.

«Los proyectos agroecológicos demostraron un aumento promedio de los rendimientos de 80% en 57 países en desarrollo, con un aumento promedio de 116% para todos los proyectos africanos», afirmaba su autor.

Marie-Monique Robin partió a entrevistar a agricultores y campesinos ecológicos del mundo entero, para examinar si la agricultura ecológica basada en un manejo adecuado del suelo, un uso eficiente del agua, la diversidad vegetal, es la vía para salir de la crisis global y lograr alimentar el planeta Tierra.

Se interesó por ejemplo en el método agroforestal, que consiste en plantar en medio de los cultivos árboles capaces de captar el agua más profundamente en el suelo, mantener la calidad del suelo y luchar contra la erosión.

«Los estudios demuestran que los sistemas agrícolas más productivos son los que presentan una densidad importante de árboles», comprobó la periodista, que hace hincapié que el modelo agroindustrial no ha logrado alimentar el planeta.
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