Dos generaciones unidas por el amor al básquet

Ellos son los Ruiz Díaz, Oscar, Leonardo y Marcelo, deportistas y basquetbolistas reconocidos por la comunidad debido al trabajo que realizan. Hoy el destino los une bajo los colores de la camiseta de AEMO, una familia entera que mantiene vivo el deporte de la “naranja” en Oberá.
Pocas veces se da esta situación tan particular en la que el papá tenga el privilegio de ser el entrenador de sus dos hijos. Oscar Ruiz Díaz (54) es entrenador Nacional de Básquet y papá de Leonardo “Leo” (28)  y Marcelo “Harry” (25), la familia la completa María del Carmen Chijanouski “La Flaca” quien tiene que aguantar a los muchachos hablando de deportes todo el día.
Este viernes, se dará un hecho particular, porque los tres compartirán una cancha de básquet en su ciudad y defendiendo los colores del equipo que su padre mantiene vivo con mucho esfuerzo y dedicación.
Son una familia de un perfil muy bajo, donde uno de los valores más importantes es la humildad y la tranquilidad, siempre ligados al deporte y a la vida saludable.
Quien regresa luego de una década es Leo que estuvo jugando en  Córdoba y Santa Fe, donde se recibió de profesor de educación física. Por su parte Marcelo está en Oberá ayudando a su padre con las escuelas de básquet Picando y AEMO, además es diseñador gráfico recibido.
Respecto a esta hermosa situación, Oscar contó que “al inicio del torneo por pedido de Leo lo incorporé a la lista de buena fe porque estaba previsto de que regrese por algún tiempo. Como papá lógicamente que estoy contento, uno siempre espera poder estar compartiendo con todos en familia, sabemos que los hijos no son para los padres pero es lindo poder estar juntos los cuatro otra vez, más aun compartiendo un equipo donde uno tenga un familiar, no se da muy seguido que el papá pueda dirigir a los dos hijos es algo insólito”.
En lo deportivo señaló que los trámites están finalizados “pedimos el pase, pagamos los aranceles y está para jugar este viernes. La llegada de Leo es un aporte a una suma de cosas porque en estos años que estuvo jugando en ligas tan fuertes aprendió mucho. Como equipo carecemos de orden en determinados momentos y él nos pueda ayudar, no será la solución definitiva porque nos faltan jugadores que cumplan funciones específicas”.
Por su parte, Harry, habló del regreso de su hermano: “Estoy contento con la vuelta de mi hermano porque hace mucho tiempo que se fue, tanto en casa como todo el equipo está contento porque va a ser de gran ayuda porque estuvo jugando en diferentes lugares y sumo experiencia. Estuvo jugando hasta la semana pasada, viene con muy buen ritmo y eso es positivo”.
Después de una década fuera de casa, destacó que Leo vino distinto en el físico y la técnica, que tiene una diferencia que se nota, “hace unos días vinimos a tirar al aro y es impresionante el estado, es otro muy diferente al que tenemos nosotros que entrenamos dos días a la semana”.
Este viernes AEMO recibirá a Tokio por la Liga Provincial a partir de las 21.30 y será la primera vez que los hermanos serán dirigidos de manera oficial por su padre. En categorías formativas jugaron algunas veces juntos, pero la diferencia de edad no permitió que sea en muchas ocasiones.
En tanto que Leo irradia alegría por su regreso y no lo oculta, “estoy muy contento de volver, creo que cada jugador cuando se va de su casa, desea volver. Estoy feliz de volver a AEMO, de estar con mi familia y disfrutando cada momento”.
Hace 10 años que se fue a Córdoba a estudiar y jugar al básquet, “mucho tiempo hace que no estoy, extrañaba bastante”. En ese tiempo pasó por Instituto, General Paz Junior, Complejo Posse, El Tala de San Francisco, todos de Córdoba y el último equipo Atlético Tostado de Santa Fe.
Sobre su paso por esas provincias destacó que “son ligas diferentes porque se juegan por ascensos al Torneo Federal, son equipos que tienen otra realidad económica que les permite tener jugadores de calidades diferentes”.
Leo estuvo lejos, pero atento a cómo le iba al equipo de la familia, “siempre que jugaba AEMO mi mamá me llamaba por teléfono o avisaba por mensaje cómo terminaba el partido o yo llamaba a mi papá o hermano para saber todo. Siempre sufriendo o festejando con ellos, porque es el equipo que llevo en el corazón y me crié desde chico”.
Sabe que su regreso genera una cierta expectativa, pero prefiere quedarse en la humildad “vengo a ser un jugador más, voy a dejar todo en la cancha cuando juegue o esté sentado en el banco, tirarme al piso por una pelota y hacer todo lo que esté a mi alcance para el equipo”.
Pero no todo es color de rosa, una discusión entre los hermanos se viene dando desde hace un tiempo, ambos juegan con la camiseta Nº5, que no está definido quién la va a usar el viernes, “eso es lo de menos, lo veníamos hablando hace algunos días, creo que está demás esa discusión, yo estoy utilizando esa camiseta hace muchos años así que debemos respetar eso”, señaló Harry, a lo que Leo respondió, “sobre este tema venimos hablando desde que tomé la decisión de volver, cuando me fui estaba jugando con la camiseta 5 y ahora volvió el 5, veremos qué pasa el viernes en el vestuario. Alguna competencia vamos a hacer, pero me parece que le corresponde decir “toma acá esta la camiseta que te pertenece”.

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