Rindieron homenaje al héroe Malvinas, el Teniente Roberto Estévez

Directivos de la Escuela Nº 3 Domingo Faustino Sarmiento junto a las autoridades de la Brigada de Monte 30 de Ejército, su familia, ex compañeros de grado y alumnos celebraron esta mañana un sentido homenaje a quien fuera alumno distinguido de la institución. Su valor, amor a la Patria, su honorabilidad y su fe como cristiano fueron algunas de las cualidades que se resaltaron en la voz de sus ex compañeros y su familia. Hoy 28 de mayo, fecha de su fallecimiento se lo recuerda como Héroe de Posadas, mención instaurada por ordenanza municipal hace unos años.

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Orgullo, valentía, compañerismo y ejemplo fueron algunas de las palabras que se utilizaron al hablar del Teniente Estevez. Un chico común que corrió por el patio de la institución que hoy lo honro, poniéndolo de ejemplo de vida y un alumno recordado con mucho amor por sus docentes e incluso por sus propios compañeros de grado junto a los valientes ex combatientes que compartieron la batalla de 1982.

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Dora Núñez, director de la Escuela Nº 3 brindó un discurso que contó parte de la vida institucional de un chico posadeño que desde muy pequeño siempre supo que su destino sería la vida militar. Buen alumno, compañero y brillante en cada empresa en la que se comprometía, dejó una huella imborrable y ese sentimiento de orgullo que llena el corazón.

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Su hermana María Julia Estévez emocionada no supo más que agradecer a la institución por tan emotivo gesto y a los alumnos se dirigió especialmente señalándoles que “Roberto era un chico común como ustedes” y que no hace falta ser brillante para convertirse en héroe.

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Su amigo y compañero de colegio Aldo Pérez no pudo contener las lágrimas de emoción por el acto en sí, el recuerdo de su querido amigo y el encuentro con sus compañeros a quienes no veía desde hace más de 40 años. Resaltó de Roberto su inteligencia, bondad y su fe. Recordó cuando con la institución logró la medalla de honor cuando fueron al viejo edificio de Radio Provincia, donde se hacía un certamen sobre la vida del General San Martín. “Jugábamos a la guerra, el sabía muy bien que su meta en la vida era defender la Patria. Por eso para mí no era un chico común. Era alguien especial y único, y por eso lo recordamos con mucho cariño”, agregó.

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La emotiva carta que Roberto Estévez dejó a su familia fue leída por un alumno del 7mo grado del establecimiento y posteriormente se descubrió una placa en el hall de ingreso de la institución.

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Quien fue Roberto Estévez

 

Nació en Misiones 24 Febrero de 1957 Ingresó al CMN 27 Feb 75 y egresó como Subt I en el año 1978. Participó como Teniente, en el desembarco del 02 de Abril de 1982 con el RI 25, siendo desplegado con la Ca I “C” del Regimiento en la localidad de Darwin.

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Durante la guerra de Malvinas, el teniente Roberto Estévez estaba posicionado en con sus hombres en Pradera del Ganso, cuando recibió la orden de atacar la Colinas de Boca House. Considerando Estévez que aquella era una misión sin retorno, agradeció a su superior la oportunidad que le daba de llevar acabo esta misión. Arengó su tropa y al frente de ella se dirigió al objetivo bajo un intenso fuego de artillería, llegando al mismo en la madrugada siguiente, reza la semblanza de La Gazeta.

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– «Teniente Estévez, como último esfuerzo posible, para evitar la caída de la Posición Darwin-Goose Green, su Sección contraatacará en dirección NO, para aliviar la presión del enemigo sobre la Compañía «A», del Regimiento 12 de Infantería. Tratará de recomponer, a toda costa la primera línea. Sé que la misión que le imparto sobrepasa sus posibilidades, pero no me queda otro camino».

 

Luego, lo despidió con un fuerte abrazo. La difícil y crítica situación no le permitió agregarle ningún otro tipo de detalle a la orden; además, tratándose de Estévez, eran innecesarios.

 

-«Soldados, en nuestras capacidades están las posibilidades para ejecutar este esfuerzo final, y tratar de recomponer esta difícil situación. Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la calidad humana de cada uno de ustedes y a la preparación militar de que disponen» …así fue la rápida arenga de Estévez.

 

Finalmente, todos los integrantes de la fracción, escucharon la mejor y más hermosa orden que puede dar un Jefe: «Seguirme!». Pronto estarían inmersos en el combate.

 

– «Para la Sección, sobre las fracciones enemigas que se encuentran detrás del montículo, ¡fuego! Artilleros, sobre el lugar, deriva 20 grados, alza 400 metros, ¡fuego! Esté atento Cabo Castro, en dirección a su flanco derecho, puede surgir alguna nueva amenaza…» -diversas órdenes se entrecruzaban en medio del fragor y la ferocidad de la lucha; finalmente, se logra bloquear el avance, y aliviar en parte la presión ejercida por los ingleses.

 

– Cabo Castro, me hirieron en la pierna, pero no se preocupe, continuaré reglando el tiro de la artillería -gritó, sin titubear, el Teniente Estévez.

 

– Enfermero, ¡rápido, atienda al Teniente! -ordenó Castro, con un grito.

 

– Me pegaron de nuevo, esta vez en el hombro. Cabo Castro no abandone el equipo de comunicaciones y continúe dirigiendo el fuego de artillería…- fue su última orden; un certero impacto en la cara, quizás de un tirador especial, lo desplomó sin vida.

 

– «Soldados, el Teniente está muerto, me hago cargo» – gritó Castro y continuó con la misión ordenada, hasta que fue alcanzado por una ráfaga de proyectiles trazantes, que llegaron a quemar su cuerpo.»

 

– «Camaradas, me hago cargo del mando de la Sección, nadie se mueve de su puesto, economicen la munición, apunten bien a los blancos que aparezcan». – el Soldado Fabricio Carrascul, llevado por el ejemplo heroico de sus Jefes que yacen inermes en el glorioso campo de la guerra, impartió con firmeza su primera orden.

 

– Los ingleses se repliegan, bien, los hemos detenido y los obligamos a retirarse. ¡Viva la Patria! – gritó con alegría, Carrascul, al ver la maniobra inglesa. En ese momento, un preciso disparo, quizás del mismo tirador especial que eliminó a sus Jefes, le quitó la vida.

 

Sin Jefes, agotadas las municiones y transportando sus muertos y heridos, la veterana y gloriosa Primera Sección de Tiradores Especiales se retiró hacia sus posiciones iniciales, habiendo cumplido con la Misión.

 

La carta a su familia

 

«Querido papá:

«Cuando recibas esta carta, yo estaré rindiendo cuentas de mis acciones a Dios Nuestro Señor. El, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de mi misión. Pero, ¡fijate vos qué misión! ¿No es cierto? Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todos destinados a recuperar las islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre generoso, ha querido que éste, su hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a nuestra Patria.

 

«Lo único que a todos quiero pedirles es: que restauren una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo. Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea la apertura a la tristeza. Y, muy importante, que recen por mí.

 

«Papá, hay cosas que en un día cualquiera no se dicen entre hombres, pero que hoy debo decírtelas: gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tener tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy, y que es el fruto de ese hogar donde vos sos el pilar.

 

«Hasta el reencuentro, si Dios lo permite. Un fuerte abrazo. Dios y Patria o Muerte. Roberto.»

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GS EP

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