Misiones será una de las primeras provincias en tener dos centros Conin

Misiones será una de las primeras provincias donde se replicarán centros de contención infantil con el método diseñado por el pediatra Abel Albino, quien creó en Mendoza la Cooperadora de la Nutrición Infantil (Conin), ejemplo mundial de la lucha contra la desnutrición.
“Ya mandamos profesionales misioneros a capacitarse en Mendoza y estamos concluyendo la letra del convenio para poder poner marcha en el próximo mes”, anunció el ministro de Salud, Oscar Herrera Ahuad.
“Vamos a utilizar la metodología Conin en los Hogares de Día de Posadas e Iguazú como centros de prevención de la desnutrición y luego cuando se mude la red de Traslados, allí vamos a hacer un centro de rehabilitación nutricional”, explicó el titular de la cartera sanitaria.
El propio Albino destacó que “el gobernador Maurice Closs mandó nueve profesionales a capacitarse a Mendoza para abrir un hospital y dos centros grandes de prevención en Posadas”. Así, además de Mendoza, Misiones y también Salta abrirán sus centros Conin.
El método Conin se basa en el abordaje integral de la problemática social que da origen a la extrema pobreza y su consecuencia directa: la desnutrición. La eficacia del sistema para la prevención y tratamiento de la desnutrición, radica en el accionar sobre las causas, ya que actúa más allá de los parches asistenciales que sólo atienden la urgencia.

La directora de la Red CONIN, Natalia Zavaroni y la responsable de la Red CONIN en Mendoza, Gabriela Sabio, visitaron los Hogares de Día de Posadas y Puerto Iguazú, con el objetivo de avanzar la implementación en Misiones del Programa de Prevención y Recuparación Nutricional para niños menores de 5 años.
La directora de la Red CONIN, Natalia Zavaroni y la responsable de la Red CONIN en Mendoza, Gabriela Sabio, visitaron los Hogares de Día de Posadas y Puerto Iguazú, con el objetivo de avanzar la implementación en Misiones del Programa de Prevención y Recuparación Nutricional para niños menores de 5 años.

Todos los programas que se desarrollan en un Centro de Prevención de la Desnutrición Infantil y Promoción Humana y en el Centro de Recuperación están dirigidos a realizar acompañamiento del grupo familiar a través de la asistencia y educación. Así, se pretende fortalecer factores protectores y buscar estrategias para minimizar o erradicar los factores de riesgo que se visualizan en el grupo familiar del niño. Todos los programas que se desarrollan en un Centro Conin y en el Centro de Recuperación están dirigidos a realizar acompañamiento del grupo familiar a través de la asistencia y educación. Así, se pretende fortalecer factores protectores y buscar estrategias para minimizar o erradicar los factores de riesgo que se visualizan en el grupo familiar del niño.
Los beneficiarios directos son niños de 0 a 5 años de edad y sus madres, como así también aquellas madres embarazadas que ingresan aún sin niño. A ellas se les brindan diferentes actividades educativas que promueven e impulsen estilos de crianza saludables; potenciando los recursos individuales, familiares y sociales para la generación de una cultura de protección de los derechos de la infancia.

Paralelismos
El sistema es mucho más focalizado, pero con las mismas virtudes del programa Hambre Cero, que atiende directamente a 10.842 misioneros, de las cuales se recuperaron de la desnutrición 10.043.
El Hambre Cero no se enfoca en la alimentación, sino también en el control de salud, la vivienda, el agua potable y la educación de niños y padres. Ahora también se trabaja con un programa específico para las comunidades guaraníes.
“Como la desnutrición es una patología social se necesita hacer un abordaje integral de la problemática social que le da origen a la extrema pobreza. Es multidisciplinario: educación, nutrición, jardín maternal, oficios, ropero, lectoescritura para analfabetos, escuela para padres, alcoholismo, agua corriente, luz eléctrica, cloacas, documentación y agua caliente, entre otras cosas. Eso es combatir la desnutrición”, señaló Albino.
“Combatir el hambre es lo más fácil porque es un síntoma. Pero la desnutrición es una patología social profunda, que puede llevar una generación combatirla. Nadie come bien en el desempleo y en el subempleo. Nadie come bien cuando no hay madre en la casa.En ese ambiente chato y gris, desprovisto de colores, de música y de alegría, nadie vive bien. Porque un chico puede comer bien pero no tener la estimulación adecuada. Porque un chico cablea su cerebro con una cucharadita de sopa y un beso en la mejilla. Si yo no lo beso, no le aprieto el cachete, no le cuento del payaso Plin Plin, no exacerba su curiosidad, no incrementa su imaginación, no se «engancha» con la vida. Así es imposible que logre un desarrollo del cerebro de más del 50%, de lo esperado. No mintamos más, estamos lejos de alcanzar el hambre cero. Pero como este es un país sin responsables, nos hemos habituados a vivir así en la mentira. Que es también una falta de responsabilidad”, dijo el especialista en una entrevista con el diario La Nación.
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