Autos con oficios judiciales: es inminente el cambio de carátula a asociación ilícita

Fuentes judiciales revelaron anoche que sería inminente el cambio de carátula a “asociación ilícita” en la causa iniciada por el secuestro de autos robados en otras provincias que eran vendidos con oficios judiciales truchos.
Amado Acuña, el misionero de 34 años que estaba preso por narcotráfico en el penal de Devoto y fue traído como sospechoso por la causa en la que investigan a la banda que blanqueaba autos de dudosa procedencia con oficios judiciales truchos, fue indagado durante cuatro horas por el juez de Instrucción VII, Carlos Giménez.
El detenido, que llevaba cocaína y traía autos, contó que los autos robados en Buenos Aires y limados, llegaban hasta Misiones, porque él tenía oficios proveídos del juzgado de Instrucción I -de Posadas-. Quien le proveía esos oficios en blanco era un tal «Rafa». El malviviento reveló que “más de una vez” lo paró la Gendarmería nacional en la ruta, sospechando de los vehículos y él mismo llamaba a un fiscal de apellido Acosta para que le permitieran seguir circulando.
La Gendarmería se comunicaba con el supuesto fiscal y recibía la órden de que Acuña podía seguir. El modus operandi es idéntico a que fue el caso Grinhauz -por entonces juez, quien terminó renunciando en medio de un escándalo por autos robados que eran blanqueados con oficios judiciales-. Por las vueltas de la vida, “Rafa” es ahora cliente del ex juez y ahora abogado.
Por estos datos que trascendieron, en la Justicia se baraja la posibilidad del cambio de carátula, lo que significaría automáticamente que Acuña continúe preso en Misiones.
El tema ya es analizado en el Superior Tribunal de Justicia por la similitud con el caso Grinhauz y por el tratamiento que tuvo hasta el momento. Hay diversidad de opiniones entre los propios ministros.
Acuña admitió que trajo “muchos” coches de Buenos Aires a Posadas, pero dijo que no sabía que era para transacciones reñidas con la ley.
El hombre, que es hermano de otros dos imputados en el mismo expediente, comprometió a otro sospechoso. Dijo que era él quien le “indicaba” qué tipo de rodados debía trasladar a la provincia y que él solo respondía a eso. Sobre cómo conseguía los vehículos precisó que se lo dejaban “en la calle” para que él los tomara o se lo llevaban a anónimos hasta su casa.
Acuña precisó por dónde traía los autos y a quién se los entregaba, aunque se desligó del destino que luego tenían esas rodados. Los investigadores están convencidos de que él sabía perfectamente lo que hacía y que se guardó nombres de otros engranajes de la maquinaria delictiva. Ahora, Giménez debe decir si le dicta la prisión preventiva al sospechoso, que fue traído hace unos días por una comisión de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC).
Acuña (34) es hermano de otros dos imputados que tiene el caso: Cristian y Jhonatan. Además de este trío, están imputados en el expediente del blanqueo un tío de ambos, César Peralta, y una prima, que es oficial de la Policía de Misiones. También el productor de seguros Luis Marcelo Ullón; el empleado del Tribunal de Cuentas Sebastián Arce; y Rafael Mejía, sindicado como quien proveyó al menos dos oficios truchos, donde estaban falsificadas las firmas de un magistrado local del fuero penal.

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