Con angustia y gracias a Tigres, River se clasificó a los octavos de final

PLATE


Tigres de Monterrey se impuso como visitante a Juan Aurich de Perú, en Chiclayo, por un inusual marcador de 5-4 y le entregó la clasificación a la segunda fase de la Copa Libertadores de América a River Plate, que ganó claramente a San José de Oruro de Bolivia y obtuvo el segundo puesto en el grupo 6 de la competencia continental.
Con el éxito, el equipo mexicano finalizó invicto en la zona con 14 puntos en la primera colocación, mientras que el elenco peruano cerró su labor con 6 unidades, eliminado.

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River Plate se clasificó para los octavos de final de la Copa Libertadores tras golear por 3 a 0 a San José, de Oruro, pero fundamentalmente porque el primero del grupo 6, Tigres, de Monterrey, le dio una gran «mano» al vencer por 5 a 4 a Juan Aurich, en Perú.

Los mexicanos ganaron la zona con nada despreciables 14 puntos, el doble de los cosechados por los riverplatenses, que inevitablemente serán los peores segundos, vale decir los decimosextos y últimos de la tabla general, lo que en caso de vencer mañana Boca Juniors a Palestino para casi asegurarse ser los primeros de los primeros, puede derivar en un «superclásico» en los octavos de final.
Todo eso pasó por la mente de los hinchas de River que se congregaron masivamente en el Monumental más interesados en saber lo que no se veía que en ver lo que se veía. Claro que estar en Núñez y Perú al mismo tiempo no era posible.

No fueron las radios en el oído sino los celulares ante los ojos, porque los tiempos cambiaron de la mano de la tecnología, pero lo que no se modificó fue «la pasión», parafraseando a Pablo Sandoval, el personaje de Guillermo Francella en el laureado film «El Secreto de sus Ojos».

Por eso el hincha de River estuvo con el cuerpo en el Monumental y la mente en Chiclayo, desde donde durante todo el primer tiempo llegaron malas noticias porque los peruanos aventajaban a los mexicanos.
Claro que por carácter transitivo esto se hizo extensivo al campo de juego, donde la pasividad de los futbolistas locales terminó por exasperar a los aficionados locales, sobre todo después de una providencial salvada del arquero Marcelo Barovero ante un ataque aislado de los bolivianos.
Recién cuando a los 42 minutos Rodrigo Mora abrió el marcador, que aún no alcanzaba porque hacía falta por entonces un tanto más ya que Juan Aurich estaba empatando con Tigres, el principio de desazón de la gente le abrió una puerta a la ilusión.
Pero con el arranque del segundo período llegó el 3-2 en favor de los peruanos y el alma se volvió a ir del cuerpo de los hinchas riverplatenses, cuando simultáneamente Mora convertía ese necesario 2-0 mediante un tiro penal que en ese preciso momento no servía de nada.

Pero habría mucho más en las noches de Núñez y Chiclayo. Aquí Teófilo Gutiérrez señaló el tercero y el colombiano y el uruguayo se registraron en el marcador como los «salvadores» de River por sus tantos de hoy y de la semana anterior en Monterrey para el milagroso e imprescindible 2 a 2 ante los mexicanos.

Y allá todo cambió repentinamente y empezaron a caer los goles del equipo dirigido por Ricardo «Tuca» Ferretti, hasta darle vuelta el resultado llegando a un 5-3 que se cerró en un 5-4, el mismo resultado con el que en la primera fase de la edición anterior Independiente del Valle, de Ecuador, venció a Unión Española, de Chile, y clasificó a San Lorenzo, luego campeón, como el segundo peor segundo de la tabla general. ¿Será una premonición auspiciosa para River?

Y además, para ampliar las similitudes, esta Libertadores contendrá la realización de semifinales y final después de la Copa América de Chile, igual que pasó el año pasado por el Mundial de Brasil. Hoy los hinchas «millonarios» pasaron de la pesadilla al mayor de los sueños en apenas un rato, y comprobaron que en el fútbol «soñar no cuesta nada». Es lo único gratis que le quedó a este deporte.

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