Monos caí y monos aulladores son sensibles a amenazas que afectan su persistencia a largo plazo

La prestigiosa revista científica International Journal of Primatology publicó hoy un artículo que evalúa la susceptibilidad de las especies de primates que habitan la Selva Misionera a distintos factores que podrían amenazarlas. El estudio muestra que los monos caí (Sapajus nigritus) son particularmente sensibles a las presiones humanas. Las dos especies de monos aulladores (negros y rojos) están siendo afectadas principalmente por los brotes recurrentes de fiebre amarilla. Este estudio fue realizado por los biólogos e investigadores del CONICET Ilaria Agostini, Carlos De Angelo y Mario Di Bitetti, del Instituto de Biología Subtropical (IBS/CONICET – UNaM) y el guardaparque Esteban Pizzio, del Ministerio de Ecología y RNR de Misiones, todos pertenecientes también a la Asociación Civil Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA).

 

En la Selva Misionera viven tres de las cinco especies de monos de Argentina. El mono caí es de tamaño mediano (2,5-3,5 kg), es endémico del Bosque Atlántico y en Misiones ha sido estudiado en el Parque Nacional Iguazú durante más de 20 años. El mono aullador negro o carayá (Alouatta caraya) es un primate más grande (4-8 kg), típico de ambientes del Chaco, Pantanal y Cerrado brasileño, pero una pequeña población se extiende a las selvas de Misiones. El aullador rojo o carayá rojo (Alouatta guariba) es de tamaño similar al aullador negro, pero como el caí es endémico del Bosque Atlántico y en Misiones la población se encuentra muy reducida. Para ambas especies de aulladores el único estudio detallado de su ecología y comportamiento en Misiones viene de un trabajo de tres años en el Parque Provincial El Piñalito.

 

Los autores de este trabajo estudiaron en qué estado se encuentran las tres especies de primates que viven en Misiones y evaluaron la susceptibilidad de cada una a dos potenciales amenazas: la fiebre amarilla y el impacto de actividades humanas. Para esto, realizaron relevamientos, recorriendo a pie un total de aproximadamente 150 km de picadas y caminos en la porción centro-este de Misiones, en búsqueda de datos directos (observaciones de individuos) o indirectos (rastros) que indicaran la presencia de las dos especies de aulladores y de los caí. Además a través de entrevistas a pobladores locales obtuvieron evidencias adicionales de las áreas ocupadas por cada especie.

 

“Después del brote de fiebre amarilla de 2008-2009, durante el cual habíamos registrado numerosos casos de monos aulladores muertos, presuponíamos que las poblaciones tanto de aullador rojo como de aullador negro, se habían reducido en la provincia. Sin embargo, no esperábamos encontrar una situación tan preocupante: en toda el área muestreada durante nuestro relevamiento en el 2010 no obtuvimos ninguna observación directa de la presencia de monos aulladores” comentó Ilaria Agostini. “Esto, junto con los testimonios de los pobladores entrevistados, nos devolvieron un cuadro alarmante: la abundancia de ambas especies de aulladores cayó drásticamente en Misiones luego la última epidemia de fiebre amarilla” agregó la investigadora.

 

En particular, el mono aullador rojo es una especie en peligro crítico de extinción según la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos, y ha sido declarada Monumento Natural Provincial. En Argentina, habita solamente en Misiones, donde tiene una distribución reducida y densidades extremadamente bajas. “A causa de la susceptibilidad al virus de la fiebre amarilla (transmitido por mosquitos) la pequeña población de aulladores rojos que sobrevive en nuestro país podría desaparecer rápidamente durante futuros brotes de la enfermedad” comentó Esteban Pizzio.   .

 

Por otro lado, los monos caí son poco sensibles a la fiebre amarilla, ya que no los afecta como a los aulladores. Sus poblaciones son más abundantes y su distribución más amplia en la provincia. “Sin embargo, los resultados de nuestros análisis arrojaron un resultado que no esperábamos: los monos caí, a pesar de ser considerados una especie muy adaptable a ambientes alterados, clasificada como fuera de peligro en nuestra región, son muy susceptibles a los disturbios generados por el hombre. En áreas con mayor accesibilidad e intensidad de actividades humanas, los caí han desaparecido o son menos abundantes y de costumbres más esquivas” remarcó Carlos De Angelo.

monos

“Este estudio fue el primero en evaluar el estado poblacional de las tres especies de primates que coexisten en la porción de Bosque Atlántico de nuestro país. Conocer cuáles son los factores ambientales y antrópicos que están afectando la abundancia y la persistencia de estas especies es muy importante para desarrollar acciones de conservación y manejo de estas especies y su hábitat” declaró Mario Di Bitetti.

 

A pesar de que en este trabajo no se obtuvieron avistajes directos de monos aulladores rojos, relevamientos recientes indican que en los parques provinciales de El Piñalito, Cruce Caballero y Moconá, hay tropas sobrevivientes. Los autores del artículo destacaron que para establecer prioridades de conservación para esta especie de primate, la más amenazada de Argentina, se están llevando a cabo nuevos relevamientos de las poblaciones, monitoreos de mosquitos vectores de la fiebre amarilla y aislamiento del virus en Misiones. Además se están planificando iniciativas de educación y difusión sobre la especie. “Preservar las poblaciones remanentes de monos aulladores en Misiones es importante también por la salud de la gente. Por ser tan sensibles a la fiebre amarilla, estos primates no constituyen un reservorio del virus sino que son víctimas del mismo. El hallazgo de monos aulladores (rojos o negros) enfermos o muertos alertan en forma temprana la necesidad de vacunar a la población humana, motivo por el cual son considerados centinelas de la enfermedad para la salud pública. Como centinelas, los aulladores ayudan a proteger a la gente que vive en las áreas donde el virus está circulando, deteniendo también la propagación del mismo” remarcó Ilaria Agostini.

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