Herrera Ahuad en otro pasaje de la entrevista se refirió también al problema del embarazo adolescente que en Misiones tiene cifras que están por encima del 20 por ciento, y son tal vez las más altas del país, algo que admite y por eso trabaja en darle un abordaje integral con distintas áreas de Gobierno. Admite también, que él es el responsable político y quien tiene la tarea de frenar y revertir esos números que hoy preocupan y que el propio gobernador Maurice Closs tomó como uno de los nuevos desafíos a atender con una acción conjunta desde el Estado.
En más de una oportunidad escuchamos hablar del embarazo adolescente y la necesidad de tratarlo con más profundidad. ¿Se está trabajando en el tema?
Yo siempre que hablo de embarazo adolescente lo divido en tres etapas. A través de indicadores sanitarios hemos generado inversión en recursos humanos e inversión pública. Se lograron descensos históricos de mortalidad materna y mortalidad infantil por debajo de la media nacional. La mortalidad infantil se redujo a 9,84 por cada mil nacidos vivos, la tasa de mortalidad neonatal -hasta 28 días- cayó a 6,38 y la pos neonatal, a 3,46.
En 1990 la tasa de mortalidad infantil era de 32,10.
Desde ahí se redujo hasta 21,56 en 2000. Desde entonces, la reducción fue constante, aunque en el pico de la crisis, en 2002, volvió a elevarse a 21,81.
Desde 2003, viene cayendo y se alcanzó una de las metas del milenio acordada con Unicef para 2015, que era tener la mortalidad infantil por debajo de diez puntos.
“Pero llegamos a un punto duro para seguir cumpliendo con ese objetivo. Y que tiene que ver con el nacimiento de niños de madres por ejemplo, analfabetas. Y también está el embarazo adolescente. Cuando más embarazos en adolescentes, más probabilidades hay de no poder disminuir índices de mortalidad infantil. Pero entendemos que si no tomamos ese tema con el abordaje que merece, esos números se volverán mucho más difíciles de descenderlos”, reconoce el ministro Herrera Ahuad.
“Cuando hablamos de embarazo adolescente hay mucha hipocresía. Nadie toma esto como una cuestión que incluye a distintas áreas articuladas. Estoy convencido de que primero debemos eliminar esa hipocresía, después asumir la responsabilidad que tenemos como funcionarios públicos, incorporar a la educación que es fundamental, hay que trabajar en una acción directa”, completa.
¿Cómo?
Así como enseñamos matemática y lengua, tendríamos que ocuparnos de enseñar con el mismo énfasis valores, integración de la familia, revalorizar al adolescente, enseñarle de sus derechos, de lo que significa tener un hijo a los doce o trece años y cómo eso le cambiará la vida.
¿Educación sexual?
El problema es que si yo solo voy a hablar de educación sexual, sobre cómo se tiene que poner un preservativo o cómo tomar un anticonceptivo, no sirve de nada porque ese es un tema que muchos no lo toman, o lo rechazan o lo toman como tabú y dicen ¿Cómo la maestra me va a hablar de estas cosas? Entonces lo principal es hablar de la familia y los valores.
No se trata de una campaña sino de una implementación de una política de Estado que permita revertir esta realidad. ¿Y cómo lo detectás? Lo detecta el médico o el promotor de salud, o el maestro en la escuela. El docente es el que está en contacto todos los días con ellos. Hablar de educación sexual hasta quizás sea una cuestión secundaria porque el rol de la familia es lo fundamental.
¿Por dónde se empieza? ¿Quiénes? ¿Cómo se le enseña de valor familiar a una chica que en su casa hay casos de abuso, de violencia?
Hay que enseñar valores. Enseñarles que hay otra realidad. Nosotros, los ministros somos los responsables políticos. Yo soy el responsable. Y tenemos que trabajar para cambiar esto. Yo estoy trabajando para presentar un proyecto al ministerio de Educación para que entre las dos áreas podamos exponer al Gobernador y decirle “esto es lo que consideramos que se debe hacer”. En embarazo adolescente en Misiones estamos por encima del 20 por ciento y debe ser el índice más alto del país.
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