A los jóvenes

 

Escribe Edmundo Soria Vieta, ministro de Derechos Humanos de Misiones

Nuevamente llegan los días en los cuales agudizamos los recuerdos y tiene luz nuestra Memoria de lo ocurrido a partir de aquel 24 de marzo de 1976, día en que un golpe militar inicia una de las páginas más oscuras de nuestra historia patria.-
Se instala en nuestro país una dictadura que además de anular y pisotear nuestra Constitución y todas las leyes vigentes, se adueña de la vida y patrimonio de todos los argentinos con el falso argumento basado en la teoría de la «Seguridad Nacional» llamando «ser nacional» a su visión personal de cómo debía ser nuestro país en todo sentido, en su pensamiento «el Proceso consideraba subversivo a todo aquel que postulase ideas contrarias a ese ser nacional».-
Pero no eran solo los militares que dieron el golpe llevaban adelante tan aberrante accionar sino, civilidad burguesa, los que concentran el poder económico acompañó y multiplicó su riqueza, mientras en las calles y los Centros Clandestinos de Detención (CCD) se privaba ilegítimamente la libertad, se torturaba, se mataba y se desaparecía personas cometiendo violaciones y apropiándose de niños nacidos en cautiverio, cometiendo crímenes de Lesa Humanidad, hoy declarados imprescriptibles y están siendo juzgados.
También hubo una Iglesia cómplice que a través de delaciones y silencios acompañaba éste» Terrorismo de Estado». Aquí para los jóvenes me permito transcribir lo que el historiador Felipe Pigna relata en un artículo periodístico hace varios años, porque no todos los curas tenían idéntico comportamiento. Un sacerdote fue secuestrado por un grupo de tareas (así llamaban a un grupo de civiles o uniformados que ejecutaban las terribles acciones de torturas y exterminio de personas en la clandestinidad) y contó su terrible experiencia a la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP). “Volvió el otro hombre que me había tratado respetuosamente en el interrogatorio, y me dijo: «usted es un cura idealista, un místico, diría yo, un cura piola; solamente tiene un error, que es haber interpretado demasiado materialmente la doctrina de Cristo. Cristo habla de los pobres de espíritu, y usted hizo una interpretación materialista de eso, y se ha ido a vivir con los materialmente pobres. En la Argentina los pobres de espíritu son los ricos, y usted en adelante deberá dedicarse a ayudar a los más ricos, que son los que realmente están necesitados espiritualmente» luego la persona que me interrogaba perdió la paciencia y se enojó diciéndome: vos no sos un guerrillero, no estás en la violencia, pero vos no te das cuenta que al irte a vivir allí, con tu cultura unís a los pobres, y unir a los pobres es subversión». Claro, queridos jóvenes, no todo era igual solo pretendo en tres nombres reivindicar a los que no eran iguales al padre Mujica , monseñor Angelelli y monseñor Kemerer y muchos más.
También es claro, en la distancia del tiempo se comprenda, porque tanta saña con quienes pensaban distinto, hay que contar el perverso e inhumano programa económico que nos impusieron, dando inicio al neo-liberalismo más cipayo concebido a espaldas del pueblo, sin Congreso funcionando y con una justicia que avalaba todo.
Destruir la industria nacional con la apertura indiscriminada a las importaciones, el Ministro de Economía Alfredo Martínez de Hoz decía que daba lo mismo para el país fabricar caramelos que acero, se iniciaba el triunfo del capitalismo financiero y el endeudamiento con la banca internacional, el Estado garante de las políticas sociales distribuidoras de la renta nacional debía quedar reducido a la mínima expresión, no debía existir actividad sindical que defienda a los trabajadores en sus salarios y en sus conquistas sociales, en las Universidades estaba prohibido pensar menos aun debatir y disentir era como el cura que por comer con los pobres, los unía y unir a los pobres era ser subversivo. También es cierto que luego en democracia llegó la década de años 90 y alumnos exitosos de aquella economía hicieron gala del desguace del Estado profundizando las medidas económicas iniciadas en la dictadura cabalgando en un travestismo ideológico jamás visto.-
Los jóvenes tienen derecho a tener Memoria y aprender a valorar las libertades individuales y colectivas, para desarrollarse en valores democráticos, éticos y morales basados en la solidaridad con los sufrientes, con los que menos tienen, para que de la mano de la Libertad abracemos la Igualdad para que el otro no signifique nunca un enemigo, sino un hermano de la vida para abrazarnos entre todos.
Apostemos a los jóvenes como portadores de la Democracia y convencidos del paradigma que sin Derechos Humanos ésta no es posible. Cobijemos la esperanza de que las nuevas generaciones sientan que el otro, aunque distinto, es la Patria.

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