La municipalidad de Posadas comenzó una aplaudible y sonora campaña de concientización de tránsito que incluye alto parlantes utilizados por los inspectores quienes llaman la atención de los automovilistas para que utilicen el cinturón de seguridad y a los peatones para que aprendan a cruzar por las esquinas.
“Señor se cruza por las esquinas es por su seguridad”, “Señora póngase el cinturón de seguridad. Muy bien un aplauso para usted, ahora póngale el cinturón a su hijo”. “Mañana los chicos no van a poder tomar la leche si a usted por no usar el cinturón le pasa algo, póngase el cinturón de seguridad”, le gritan a un repartidor de lácteos que entre risas alcanza como puede el cinturón para evitar que los demás vean que él es un infractor. Los taxistas tampoco se salvan de ser llamados a respetar la ley. Los inspectores les recuerdan que son profesionales y deben dar el ejemplo.
Se trata de una campaña que en principio se hará en el centro de la ciudad e irá luego a los barrios. Será de lunes a viernes, y la idea es que, aunque más no sea por vergüenza, los automovilistas y peatones entiendan del peligro que significa para su integridad física (y económica) el no usar cinturón, casco, o cruzar por las sendas como marca la ley.
El inspector y su alto parlante se volvieron enseguida una atracción para los transeúntes que en muchos casos interrumpían la marcha para mirar, y en otros acompañaban girando la cabeza a paso lento lo que de a poco era casi un espectáculo público.
El alto parlante se encendía una y otra y otra vez, y eso no hace más que demostrar el gran desapego de muchos por el cumplimiento de las leyes. Circular sin cinturón de seguridad, sin casco, cruzar semáforos en rojo, niños en el asiento de adelante, peatones que cruzan a mitad de cuadra, motos que circulan por las veredas, autos estacionados en doble fila o tapando garage, rampa para discapacitados, son algunas de las malas costumbres a las que estamos acostumbrados.
Causó risas y felicitaciones la original campaña. Aunque llamativamente había entre los comentaristas del momento quienes culpaban a los inspectores de molestar y escrachar a los infractores. Habría que recordar entonces, que cuando se exige la utilización del cinturón de seguridad o el casco en el caso de las motos, no es para salvar la vida de quien lo exige, sino del que mal anda. Y ya lo dice el dicho, el que mal anda…
J.M
