“La forma de distribuir el excedente explica si un gobierno es popular o no”

Su padre era hachero y tenía sexto grado terminado. Su madre, apenas segundo. Mezcla de sangre de frontera, su abuelo paterno era correntino y el materno, paraguayo. Esas raíces surcan su rostro. Morocho, cara cuadrada, barba tupida, cruzada por varios mechones blancos. Podría ser un hachero. Podría ser uno de los trabajadores de la yerba mate, que acompañaron su niñez en Fachinal, cuando comenzó a transitar por las aulas con los pies descalzos. Pero Juan Agüero se salió del molde. Tiene dos doctorados, uno en Economía y otro en Trabajo Social, además de maestrías, estudios y libros publicados.
En la Universidad Nacional de Buenos Aires fue compañero de estudios del ministro de Economía, Axel Kicillof y es el flamante y primer director del instituto de Estudios Sociales que abrió el Conicet en Misiones.
Está decidido a aportar al conocimiento científico de la economía provincial y de la región y de generar un debate focalizado en el hombre y no en los números. “Hay que enseñar economía política y no solo economía”, define.
Voz potente, que se eleva un poco cuando tiene que consolidar un argumento, Agüero advierte que en la región hay una ola de derechización y que la amenaza lanzada por Obama a Venezuela tiene el objetivo de fondo de recuperar poderío perdido en la región.
“Hay una fuerte acción de Estados Unidos en el mundo que tiene que ver con el miedo a perder el liderazgo. China está prácticamente constituida en la primera economía del mundo. El año que viene va a encabezar la economía mundial. Tiene una moneda, el Yuan que no es reconocida como moneda, no forma el G7, no integra el FMI ni el Banco Mundial, no está en la cúpula del poder mundial construido por Estados Unidos a su imagen y semejanza en 1944 –con los acuerdos de Bretton Woods-. Pero la dinámica de la historia y la economía, hicieron que otros países surgieran. China asume un fuerte liderazgo y se asoció con Rusia, su histórico rival. Nikita Khrushchev y Mao se odiaban visceralmente, comandaron distintas revoluciones, una bolchevique, más centralizada y la otra más cultural. Pero Rusia está recuperando su protagonismo político, perdido con la caída del Muro de Berlín en 1989. Se había quedado con la potencia militar, pero políticamente el socialismo había sido derrotado por el capitalismo, porque era una forma de fascismo, no era socialismo, no era la felicidad del pueblo”, explica.
“Han pasado 20 años y Rusia recuperó su protagonismo asociada a China. Creó el Brics con Brasil, al que se puede sumar Argentina y es una potencia muy fuerte que está contrabalanceando el G7. Estados Unidos lo ve con muy mala perspectiva, como todo grande que se ve amenazado, reacciona con poder, con violencia. Pretende alinear a países, pero tiene muchos frentes abiertos, con Europa, Angela Merkel y la UE no le bancan. El apoyo irrestricto a Israel le ha llevado a un camino sin salida, enfrentado a todo el pueblo árabe, que es un Estado enorme, con mil millones de personas. En América Latina surgieron liderazgos fuertes y gobiernos con eficiencia. Se decía que la izquierda no servía para gobernar, sino para la protesta social. Pero demostró que lo puede hacer muy bien. Evo Morales en Bolivia, con inclusión y una constitución plurinacional, Rafael Correa en Ecuador, a Dilma no le está yendo muy bien con el gigante, pero le pegó muy fuerte la economía del 2008. Como un grande, la crisis le pega grande. Brasil no estuvo preparado para la crisis. A Argentina también le pegó, desde entonces viene con un crecimiento bajo. Pero seguimos sobreviviendo con políticas activas, Kicillof es un keynesiano puro y la política keynesiana es muy buena para la crisis”, explica.
Agüero asegura que Europa también está adoptando políticas keynesianas, de inyectar dinero en el mercado, el consumo y a partir de ahí incentivar el consumo.
Y explica que Argentina viene superando las peores tormentas por esas políticas. “Hubo varios sectores industriales que tuvieron problemas el año pasado, como el automotriz. Pero hubo sectores que no tuvieron problemas, como el textil y alimentario. Porque la gente tuvo dinero, pese al ajuste. Lo mismo que la industria metalmecánica dedicado a electrodomésticos, eso se mantuvo”.

¿Por qué cree que Estados Unidos reacciona de este modo ante Venezuela?
Estados Unidos no ve con buenos ojos el surgimiento de estos gobiernos no alineados, sobre los cuáles perdió el control. Sobre muchos países latinoamericanos, antes sumisos, colonizados ideológicamente. Estados Unidos ponía ministros y presidentes. Hasta los colombianos, con una derecha muy alineada, está cambiando su perfil.
Perú, que se fue a la derecha con Fujimori, aunque cedió territorio para una base de Estados Unidos, sabe que sin el resto de los países de la región, no puede solo. Venezuela es petrolera, Brasil una potencia industrial, Argentina es productora de alimentos y tecnología, que está liderando en América. Argentina está a punto de construir vehículos con hidrógeno, está por poner en marcha Atucha IV, con agua pesada, a partir del cuál es posible cualquier tipo de desarrollo nuclear, con tecnología de punta. La industria nacional se ha recuperado, exportamos software y tecnología atómica a otros países, como Brasil. Somos líderes en genética. Bolivia tiene gas, Chile tiene los minerales. Si se unen todos los países, es un gran problema para Estados Unidos, entonces hay que generar brechas, desestabilizar gobiernos a través de grupos internos, que los propios nacionales volteen a sus gobiernos. Como pasó con Noriega en Panamá, o con Paraguay, con un golpe claramente orientado, a un gobierno que venía bien, Lugo era la gran esperanza de Paraguay, con reformas educativas, iba a hacer la reforma agraria, a tocar los intereses de los grandes hacendados. Lo intenta hacer en Venezuela, también en la Argentina, donde hay muchos sectores muy permeables a la colaboración con Estados Unidos. Como la formación de profesionales en Ciencias Económicas, que van a Estados Unidos y después repiten la fórmula del manual norteamericano, sin darse cuenta que Argentina es otro país. Esto es multicultural y vivimos muy bien juntos. Se colonizan, se aprenden el libreto y tenemos una colección de economistas neoliberales.

¿Por qué no fue usted a Estados Unidos?
Yo no fui por mi fuerte impronta local, con gran compromiso social. Vengo de una familia numerosa y muy pobre. Mi padre tiene sexto grado, mi madre, segundo. El hijo salió con dos doctorados, esa es la Argentina nuestra, con las posibilidades que da. Es lo que vi en la Universidad pública, el esfuerzo del Estado nacional generado desde la UCR y el PJ, dos partidos nacionalistas. Por eso no entiendo a la UCR o al PJ disidente, alineados a sectores de derecha antinacionales. No fue la idea de Irigoyen, Balbín o Perón. Los grandes líderes tuvieron claro donde estaba el rumbo. La UCR siempre tuvo una economía nacionalista. Illía del 63 al 66, tuvo un crecimiento anual del 8 por ciento, nacionalizó los contratos petroleros, una economía nacional, con Bernardo Grisnpun como ministro de Economía, que después fue ministro de Alfonsín. Si no hubiera fallecido en 1984, Alfonsín tendría su gran sostén y hubiera sido una combinación perfecta”.

 

Peronista desde los 16 años, cuando leyó el primer libro referido a Evita, Agüero dice que votó por Alfonsín y dos veces por el radicalismo para sostener al primer gobierno de la recuperada democracia. También que votó a Menem en contra de la Cafiero en la histórica interna. Ese voto es el que todavía se reprocha.
“Hay en la Argentina una continuidad histórica en un pensamiento nacional, entre Irigoyen y Perón, al que Aldo Ferrer sintetizó muy bien: “Vivir con lo nuestro”, reflexiona.
Por eso, advierte, al radicalismo le puede pasar lo mismo que al peronismo pos Menem. “Hubo un vacío ideológico. Lo mismo le pasará a la UCR”.
El economista no admite que la UCR o sectores del PJ se acoplen a un candidato como Mauricio Macri, ya que, considera, difunde ideas de espaldas al pueblo.
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¿Qué opina del gobierno de Cristina?
Crisitina y Néstor han venido a recuperar esa Argentina de la que hablo, nacionalista, con la prioridad en recuperar la industria, la tecnología, la educación, la ciencia. Es la clásica política de contenido popular, que no es populismo. Es ampliación de derechos y posibilidades para todos. Hace lo que el peronismo en el 45. Convengamos que la CGT no la inventó Perón, la inventaron los socialistas. Pero en el 45, tenía 300 mil afiliados. Llega Perón, amplía derechos laborales y en cuatro o cinco años, la masa de trabajadores era de cinco millones. Estaban protegidos por leyes, convenios y con una participación fuerte en el producto bruto. Llegaron a tener el 52 por ciento, un hecho histórico en América Latina. Toda esa base popular no fue inventada por el peronismo. Lo hizo Europa con la socialdemocracia.
Eso es lo que molesta a la minoría, que cuando se instala, no larga el poder, se envicia. Por eso se oponen a los gobiernos populares. Alfonsín juntaba un millón de personas en la plaza. Ahora hacen gran esfuerzo para juntar cien mil. Era un líder carismático popular. Por eso pienso que injusto es que la UCR llame populismo a lo que sostuvo a Alfonsín.

¿Por qué es popular y no populista?
Estamos hablando de bajar los beneficios de la economía a sectores populares. La forma de distribuir el excedente explica si un gobierno es popular o no. ¿Cuando un jubilado tuvo posibilidad de crédito? La jubilación es inembargable, entonces nunca fue sujeto de crédito, porque no tiene garantías. Vino este gobierno y lanzó una tarjeta con 12 o 24 cuotas. ¿A ese gobierno que le da posibilidades a los que están afuera del sistema, le vamos a catalogar de populista? La pregunta que debemos hacernos es ¿A quien beneficia la política económica? Ahora estamos con esa puja, en año electoral. Lamentablemente hay una fuerte intención de volver a esa política de beneficio a una elite. Como en los 90, dar marcha atrás con todo lo que se hizo. Lo dijo Sanz, lo dijo Gerardo Morales, Sergio Massa o Mauricio Macri. Imaginemos la masa de tres millones de jubilados perdiendo sus beneficios…

¿Cree que se puede retroceder en esas políticas?
La gente sensata va a ir marcando el respaldo. La democracia está muy madura. La gente común, la que trabaja durante todo el día, esa gente no quiere ir para atrás. Hasta Moyano creo que está arrepentido de sacar los pies del plato. Moyano no es un hombre reaccionario, es socio de Barrionuevo que si lo es. Sabe que está peleando contra sus propios compañeros.

Estudió con Kicillof ¿Cómo lo ve como ministro?
Kicillof es un buen ministro, keynesiano. Lo que no tiene es militancia de afuera, como otros que hemos ido a elecciones o a juntar votos en la calle. Esa actividad no la tuvo. Pero su formación económica es buena. Fuimos compañero en el doctorado de la UBA. Es brillante. Intelectualmente muy honesto. No quiere ser rey ni mandamás ni magnate, no le interesa acumular bienes. Hasta la forma de vestir, tiene de consumo popular como cualquiera. Va al supermercado con su hijo, sin custodia. Es un muchacho común. No es un Rockefeller, no tiene doctorados en Chicago. Es alumno de la UBA, con formación nacional. Muy buena formación en economía y con un equipo económico, joven, muy estudioso. Es pragmático y en economía hay que serlo. Cuando algo no funciona, hay que cambiarlo. El Cedin le salió mal. Fue un sueño de Kicillof pensar que iban a repatriar capitales. No vino nadie, por más que le dieron facilidades impositivas. Pero el Ahora 12, fue un éxito que estimuló el consumo.

¿Y a Cristina cómo la ve?
Cristina es una de las diez personalidades más influyentes del mundo. Con el Papa, con otros presidentes latinoamericanos, con Ángela Merkel. La llevó este manejo de la Argentina, que se mantuvo firme.
¿Se puede superar el conflicto con los Fondos Buitre?
El conflicto con los buitres está ganado. El pari passu se superó, sin ejecutar la deuda total. La posición argentina de que los buitres se sienten a negociar como todos, es una política muy buena. Obviamente harán todo lo posible para evitarlo, con la ayuda del juez Griesa que es juez y parte.
Pero la propia prensa, economistas y juristas le han dicho al juez que es una barbaridad lo que está haciendo. Le criticó el FMI, la Unión Europea, la justicia inglesa ha destrozado su fallo. Un juez inglés –David Richards- le dijo que no es posible ejecutar a una nación soberana, como se ejecuta a un particular. La sentencia de Griesa es inviable.

¿Cree que el conflicto entre Obama y Venezuela se va a superar?
Se va a superar, hay que reunir a la Unasur y la Celac urgente y sacar una respuesta contundente. En Venezuela puede estar Maduro u otro. Pero Venezuela es America Latina. Se amenaza a Venezuela y se amenaza a toda América Latina.

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