“Salgan del corset intelectual que les han metido”. La frase de la presidenta Cristina Fernández en su extenso discurso de apertura de las sesiones del Congreso, el último domingo, resume un concepto que dominó su mensaje. Embretó a la dirigencia y especialmente a quienes aspiran a sucederla, a discutir de política, sin preconceptos, sin frases diseñadas, con la cabeza abierta.
La Presidenta se refería al acuerdo con China, la segunda –sino ya la primera economía del mundo- que fue rechazado por la oposición. Cristina se preguntó si se puede menospreciar establecer vínculos con un país de 1353 millones de habitantes, que es el o será a la brevedad el primer actor económico del mundo y es uno de los que se sienta en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La Presidenta habló durante casi cuatro horas de lo hecho en los últimos doce años y de cómo deja el país, con un alto desendeudamiento y grandes conquistas sociales. Afuera del Congreso, cerca de medio millón de personas la escuchó en las calles.
Sentado en su banca, a la que rara vez ocupó durante las sesiones, Sergio Massa se limitó a quejarse de que el discurso fue demasiado largo. “Como Presidente, el 1° de marzo de 2016, mi discurso no va a ser tan extenso, pero va a estar enfocado en los problemas de la gente”, dijo a través de una red social.
El mismo día, pero en apenas unos pocos minutos, Mauricio Macri leyó su discurso en la Legislatura, donde destacó logros como el Metrobus, las “Ecobicis” o la urbanización de un par de villas.
La mirada geopolítica que propuso Cristina aporta más riqueza al análisis. La geopolítica muta, se transforma y está en constante fluidez. Nadie podía pensar que Estados Unidos iba a destrabar las relaciones con Cuba o que iba a marcar diferencias con Israel. Era imposible imaginar al premier israelí atacando a Estados Unidos, pero mucho más increíble, que lo haga en el mismo Congreso norteamericano.
Era difícil de anticipar una coincidencia de Obama con Irán. Pero aquí, la cerrazón no sólo impide celebrar un acuerdo con China, sino que deriva en escándalo un memorandum con Irán. No se sabe a ciencia cierta si el rechazo es apenas por una cuestión de estar en la vereda de enfrente o de verdad Macri, Massa y los retazos del radicalismo creen de verdad que el único rol que le cabe a la Argentina en el concierto internacional es el de sumisión ante Estados Unidos o los apátridas poderes financieros.
Pero de derecha a izquierda, la oposición en Argentina está cortada por el mismo patrón. Entonces, no hay dudas de qué es lo que harían si llegan al Gobierno. Vuelta a las relaciones carnales primero y recetas generadas en escritorios extranjeros.
En realidad, el escenario de la política argentina a pocos meses de las elecciones se muestra cada vez más concentrado. Es el kirchnerismo contra el resto.
El Gobierno lleva adelante un modelo que tiene como reflejo una cerrada oposición, transversal, que va desde Macri y Massa hasta el “progresismo” socialista pasando por el radicalismo que olvidó sus raíces populares para colarse en una lista que le asegure algún espacio de poder. Las negociaciones abiertas entre Macri y el radicalismo, entre Massa y otra porción de la UCR, el peronismo antik con ambos y el abandono de Hermes Binner de su candidatura, llevan, vaya paradoja, el sello de la venezualización de la política.
Mientras que desprecian lo que representó el comandante Hugo Chávez y ridiculizan a su sucesor el gremialista Nicolás Maduro, sueñan con replicar con éxito el aglomerado que llevó a Henrique Capriles como candidato. Allá fracasó.
Acá esperan unir a todos detrás de un solo candidato, aunque difícilmente se pongan de acuerdo antes de la primera vuelta. Es cierto que nadie tomaba demasiado en serio las posibilidades que Binner sea presidente, aunque lo cierto es que en las últimas elecciones fue el segundo más votado, aunque a más de cuarenta puntos de diferenca de Cristina. Ahora elige refugiarse en Santa Fe para ser senador y dejarle la “pelea grande” a los demás. El radicalismo también tiene ganas de tirar la toalla si eso le sirve para estar en algún lugar expectante. Por eso intenta venderse al mejor postor, aunque todavía no decide si es Macri o Massa.
Es raro el padecimiento de la UCR, ya que siendo el único partido con despliegue territorial después del Frente para la Victoria o el viejo peronismo, arrastra el sentimiento de inferioridad que lo obliga a someterse a candidatos que tienen el respaldo de sectores económicos que ellos no logran seducir. El resto de los partidos “progres” se contentan con sostener bancas en el Congreso, espacio desde donde pueden seguir oponiéndose sin demasiado compromiso.
El problema de esta alianza, como lo tuvo aquella Alianza, es que es difícil gobernar cuando los orígenes y las ideas son tan distintos. Lo que queda es arriar banderas para ganar un lugar, aún a costa de que sea a espaldas de la sociedad. “Estamos dispuestos a transitar un camino de unidad, no sólo en la provincia (de Entre Ríos), sino en todo el país”, dijo Ernesto Sanz después de estrecharse en un abrazo con Mauricio Macri para firmar el pacto en Entre Ríos, prueba piloto de la alianza nacional. Para Sanz esa actitud “es un gesto de madurez camino a un cambio”. El único cambio parece ser el del radicalismo. Macri es el mismo que antes criticaban.
Macri acaba de prometer con su aliado y posible candidato a vice, Carlos Reutemann, que si es elegido presidente, eliminaría las retenciones a la exportación de soja y granos. Eso significa sencillamente una transferencia de recursos hacia los sectores acomodados. Sin retenciones, se vende a valor dólar y se prioriza el comercio exterior por sobre el consumo interno.
La primera consecuencia será una disparada de precios para compensar y el que termina pagando es el consumidor, mientras la renta agraria se disparará.
También habrá que ver la imaginación que tiene Macri para cubrir el déficit del Estado que se generará. Una opción que no le disgusta y que usó a destajo en Buenos Aires, el el endeudamiento. Esos mismos patrones del campo a los que quiere beneficiar el intendente porteño, fueron los que se enfrentaron antes con Alfonsín, pero ahora el radicalismo mira para otro lado.
No es el único, Massa también prometió bajar retenciones y “sacarle la pata de la cabeza”.
Es raro el fin de ciclo de CFK si para enfrentar –ni siquiera a ella, sino a su fuerza- hacen falta tanta ingeniería política en armados que no tienen demasiado futuro. Lo llamativo es que en cualquiera de los casos, el radicalismo, hasta hace no demasiado tiempo un partido fuerte y con ideas, prefiere resignarse a ir como acompañante y no liderar ese cambio que imaginan.
Lejos de principios políticos, se pelean por la mejor alianza con sectores que salen mucho mas beneficiados y que, en definitiva, desprecian hasta a los propios dirigentes que se muestran desesperados por un acuerdo. Cualquier negociacion, nace así en desventaja.
Sanz desnudó que no le importa la presidencia, sino que gracias a su acuerdo con Macri, “el radicalismo tenga más gobernaciones e intendencias que nunca, más legisladores que nunca y además esté de nuevo en el Gobierno de la Nación”.
En la oposición prefieren avalar cualquier desatino, incluso ser condescendiente con quienes tienen como rehénes a estudiantes y prefieren el piquete a estar frente a las aulas.
El candidato a gobernador de la UCR, Gustavo González, avaló con su presencia una asamblea de los cortadores de ruta aglutinados en el Movimiento Pedagógico de Liberación. Hace una semana empezaron las clases y hasta ahora esos “sindicalistas” no fueron a la escuela.
Lejos de explicar por qué aplaude que un docente no vaya a la escuela, González defendió su actitud en que “son los docentes los que reclaman políticas públicas con las cuales identificarse y mejores condiciones salariales”. Como Macri o Massa también sus promesas son para una minoría.
La gran mayoría de los docentes fue al aula el mismo lunes, con aumentos de entre mil y 2.200 pesos, de acuerdo al cargo.
Sus representantes gremiales habían logrado un trabajoso acuerdo que fue sustancialmente mejor que el alcanzado entre la Nación y los gremios con representación en el país. Pero para González “los docentes” son esos que lo aplaudieron antes de iniciar un nuevo corte de ruta.
El candidato del voto bombacha, como lo definió hace un tiempo Ricardo Barrios Arrechea no fue el único protagonista de polémicas en la UCR misionera. La diputada María Losada reveló un episodio que ocurrió hace tiempo, pero que causó conmoción interna y podría tener consecuencias institucionales. “Encontré la manera de hacerte feliz. Tenés que estar con cada uno de los miembros del bloque uno cada mes, para que no haya problemas con la paternidad si es que hubiera paternidad”, asegura María Losada que le dijo Germán Bordón en una reunión de bloque en 2013.
El diputado deslizó una poco entendible desmentida. Primero se puso en el mismo plano que los dibujantes asesinados de Charlie Hebdo por una “muy interesante discusión sobre el humor”. Pero después negó que hubiera existido tal frase y se preguntó por qué la legisladora no lo hizo público antes. Sin embargo, su compañero de bloque, Walter Molina lo reconoció en la reunión del Comité Provincia.
El partido, en cambio, decidió mirar para otro lado y acusó a Losada de “usar políticamente” la acusación de violencia de género para tapar su eventual expulsión por armar un bloque propio con Hugo Escalada en contra de los pactos que pretende la UCR con otros sectores de la oposición, como el PRO.
Losada, la hija del senador que puso la cara en el peor momento del radicalismo tras la huida en helicóptero de De la Rúa, advierte que no hay un momento para denunciar violencia de género.
“La violencia de género llega a su extremo cuando hay una mujer muerta, pero todo ese proceso tiene que ver con estos comportamientos donde vamos naturalizando una vocación servil de la mujer hacia el hombre. A mí no me extraña porque todos los que conducen la UCR tienen una vocación misógina. Que el ex gobernador, Barrios Arrechea diga que la pinta del diputado González (candidato a gobernador) les garantiza el voto bombacha me da asco. Me repugna que estas personas representen al partido, no son caballeros, no son hombres de bien, así que si los perjudica electoralmente yo no soy capaz de ofrecer a la sociedad misionera este tipo de personajes”, puntualizó. Bordón, quien aspira a formar parte de una fórmula con otro partido de la oposición, respondió lacónico: “Si Bordón dice que no se lo dijo, no lo hizo, no ha pasado, no ha sucedido”.
El escándalo puede derivar en un reclamo institucional en la Legislatura provincial, pero además generó fuertes reacciones internas.
“Esta vez se han pasado de la raya, arriando todas las banderas de la ética republicana, de la tradición de nuestro Centenario Partido y ahora también del respeto mínimo a la dignidad de la mujer; apañando a un crápula como lo es, el presidente del bloque de Diputados de la UCR de Misiones; un cobarde capaz de agredir moralmente a una mujer de la manera más baja, sucia y reprochable”, acusó el veterano senador mandato cumplido Héctor “Caballo” Velázquez.
Cuando calmen las aguas, posiblemente el radicalismo se sume a una alianza con el PRO en Misiones, ya que la idea de ir con Massa se frenó al sumar a Ramón Puerta como candidato. Pero el propio Puerta no descansa en su intento de armar un frente amplio.
El candidato a gobernador de Macri en Misiones, Alfredo Schiavoni adelantó que si se concreta el acuerdo de su jefe con la UCR, en la provincia se seguirá en la misma línea. González, alineado con Sanz, confirmó ayer que están conversando con otros partidos como el Pro, el Fap, Trabajo y Progreso y el Partido Agrario y Social, para coincidir en un proyecto provincial.
“Como candidato a Gobernador estoy planteando que el radicalismo en Misiones debe formar parte de un frente más amplio para competir en la Provincia”, admitió.
El tiempo político en la Renovación se transita a otro ritmo, con la gestión como prioridad y a la vez como bandera.
El Gobierno inauguró el ciclo lectivo con las aulas abiertas después de acordar con los principales gremios un aumento salarial que en el año será del 30 por ciento, con subas de entre mil y 2.200 pesos de bolsillo.
Solo un pequeño grupo de docentes, enrolados en el sector más intransigente, decidió no ir a dar clases y ya anunciaron un paro por otros tres días para la semana próxima.
Los negociadores del Gobierno advierten que no hay voluntad de aceptar un acuerdo, sino que utilizan los paros casi como una extorsión, con respaldo de dirigentes políticos de la oposición. Es difícil negociar con quien de antemano no está dispuesto a ceder.
Este grupo apela a la violencia simbólica de las escuelas cerradas y también a la física, como forma de victimizarse ante la reacción de las fuerzas de seguridad que tienen la orden de impedir cualquier corte de rutas.
La sensatez que debería transmitirse a los jóvenes que transitan su tiempo educativo, no aparece por ningún lado en estos pseudo dirigentes “pedagógicos”.
El gobernador Maurice Closs firmó un acuerdo con el ministerio de Seguridad de la Nación para que Misiones tenga una oficina de enlace con la Interpol, en otro paso más para fortalecer la seguridad en la provincia.
En el acto, anunció la incorporación de 500 policías que se sumarán al patrullaje en los próximos meses. También se sumaron patrulleros, chalecos antibalas y otros equipos de moderna tecnología.
“La Policía de Misiones tiene que saber hoy y lo tienen que saber todas las fuerzas que están en esta provincia, que la sociedad pide de nosotros el esfuerzo”, indicó Closs.
Después ratificó que quien cometió un delito, debe estar preso, pero para mejorar la seguridad, se necesita incorporar “buena gente que sepa que la policía es una vocación” y no una simple salida laboral.
Es que la sociedad no requiere únicamente de que se controle el delito, sino confiar en su Policía.
Es tiempo de que la propia fuerza genere los anticuerpos para deshacerse de quienes deshonran el uniforme.
No son tolerables ni la corrupción ni los casos de violencia en las comisarías, como la que conmocionó a la localidad de Guaraní en los últimos días o el presunto “suicidio” de otro joven en una comisaría de Posadas, un caso que se conoció ayer y que motivó que la Justicia pusiera a la Gendarmería a realizar las pericias para determinar cómo falleció.
No basta con poner recursos y más efectivos si la propia Policía no hace nada por combatir a quienes ejercen la violencia institucional. De este modo, en lugar de confianza, se genera rechazo en la sociedad.
Closs encabezó además una misión comercial a Vaca Muerta, que reunió a los directivos de las principales cámaras empresariales de Misiones.
Fueron recibidos por los ejecutivos de YPF en Neuquén, quienes explicaron en detalle las necesidades de la petrolera estatal que está realizando la exploración y explotación del yacimiento más grande de la Argentina y uno de los principales del mundo.
La visita abrió un enorme abanico de posibilidades de inversión para los empresarios misioneros.
Desde viviendas, transporte, infraestructura, alimentos y madera hasta el turismo, con la necesidad de contar con hoteles en una zona cuya dimensión contrasta con la falta de servicios.
Vaca Muerta es un amplio territorio, superior en extensión a la provincia de Misiones. Pero en el lugar apenas hay pueblos pequeños que no dan abasto para atender la demanda de los trabajadores de la petrolera ni la incesante llegada de familias en busca de trabajo.
El propio gobierno neuquino estima que por día seis familias llegan a vivir a Neuquén en busca de oportunidades.
Aunque las oportunidades son inmensas, los empresarios misioneros deberán encontrar la forma de sortear problemas como la distancia, la logística de traslado y las restricciones de la propia Neuquén, que prioriza a los inversores locales, para generar mano de obra y movilidad interna.
Sin embargo, los hombres de negocio de Misiones se volvieron con varias ideas, entre las que aparece la asociatividad entre ellos para cubrir una demanda millonaria -uno pondría la logística, otro la madera o viviendas, por ejemplo-.
También destacaron que el propio gobernador se haya puesto al frente de la comitiva. La misionera fue la primera público y privada en ser recibida por YPF con posibilidades ciertas de cubrir la demanda generada.
“Lo más importante es que el Gobernador lidera esto. Nosotros nunca podríamos entrar por si solos. Que esté con nosotros significa mucho y eso no lo hacen muchos gobiernos”, definió un empresario de la madera después de una intensa caminata por el desierto de Vaca Muerta.
Bajo paraguas ajeno
