Condenaron a padre e hijo por asesinar de 15 puntazos a un vecino en Concepción de la Sierra

Padre e hijo juzgados por un brutal asesinato que ocurrió en 2012 en Concepción de la Sierra fueron condenados hoy a prisión. Ramón Villalba (51) fue sentenciado a 10 años de prisión y su hijo Aníbal (24), a ocho.

Los dos fueron encontrados culpables del delito de “homicidio simple”. Zafaron de la prisión perpetua, porque la carátula con la que habían llegado a debate era la de “homicidio calificado”.

Los Villalba llegaron a juicio por el asesinato de Julio Gustavo Vergara (23), ex yerno de Ramón, con el que tenía una muy mala relación.

El 23 de noviembre de 2012, el mayor de los Villalba, de 51 años, se instaló en un kiosco del barrio El Pozo a tomar unas cervezas. Allí se cruzó con Vergara e iniciaron una nueva discusión. Pero en esta ocasión, todo terminó en un baño de sangre.

El propio Ramón declaró que reaccionó mal tras los insultos de su ex yerno y arremetió contra él con un cuchillo de grandes dimensiones. Aseguró que perdió la noción de lo que hacía, pero en ningún momento involucró a su hijo Aníbal en el hecho.

Aníbal, por su parte, declaró que cuando llegó al escenario de la discusión su padre estaba prácticamente arriba de Vergara, cuchillo en mano.

Sin embargo, testigos que declararon durante el juicio, que se desarrolló en el Tribunal Penal Dos de Posadas, coincidieron en que ambos participaron de la reyerta con su ex pariente.

Este viernes, tras su alegato, el fiscal Rolando Oliva pidió diez años de prisión para cada uno de los acusados. Dio por probado el hecho, pero consideró que no hubo ensañamiento, por lo que el homicidio no era “calificado”, sino “simple”.

Los peritos que comparecieron ante los jueces Roque Martín González, Marcela Leiva y Marcelo Cardozo concluyeron que los homicidas habían usado dos armas: un cuchillo y un machete. La víctima recibió 15 puntazos en la esquina de las calles Roque González y Matozo.

Manuel Balanda, el defensor particular de los acusados, pidió que Ramón fuera condenado al mínimo de la pena previsto por el Código Penal Argentino para el homicidio simple, ocho años de encierro, y la absolución para Aníbal.

Al mediodía se conoció el veredicto: ambos culpables, aunque las penas fueron diferentes, diez años de encierro para el padre y ocho para el hijo.

 

MAS-EP

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