Juicio por el crimen en Concepción: testigos admitieron que vieron la agresión, pero no a quiénes participaron

Apenas dos de los cincos testigos citados para hoy en el marco del juicio que se le sigue a Ramón (57) y Aníbal (24) Villalba por el asesinato a cuchilladas a Gustavo Vergara se presentaron a declarar en el Tribunal Penal Dos de Posadas. Ambos admitieron que vieron la agresión que le costó la vida a la víctima, pero no pudieron identificar a los atacantes. Mañana habrá alegatos y probablemente sentencia. De ser hallados culpables, padre e hijo serían castigados con la prisión perpetua.

El primero en comparecer fue Carlos Gaza, vecino de los imputados. Dijo que escuchó gritos de alguien que decía: “Pará, pará”. Afirmó que como había poca luz, no pudo distinguir quiénes participaban del hech. “No sabía cuántas personas eran, pero por los gritos parecía una pelea”, recordó.

Según el testigo, también pasó una moto por allí. Precisamente el conductor de ese rodado (Adolfo Andrade) es uno de los que debían declarar esta mañana y pegó el faltazo. Aunque más tarde, ya pasando las 13, fue traído por la fuerza pública. Había mandado un certificado médico donde dejaba constancia de una dolencia en la pierna debido a un accidente laboral, pero el tribunal de igual manera solicitó su presencia.

Luego fue el turno de Sara Bonni, vecina del barrio El Pozo, donde sucedió el homicidio. Dijo que avisó a su marido, porque escuchó gritos y corridas afuera. Aclaró que no vio mucho desde su residencia, porque tiene problemas de visión.

La mujer añadió que luego salió de la vivienda con su esposo e hija. Y que fue esta última quien alcanzó a ver a tres hombres peleando y luego caer a uno de ellos al suelo. También que posteriormente a ese episodio, dos volvían corriendo y al percatarse que los observaban empezaron a caminar normalmente.

La hija de Bonni es María Da Silva, testigo que también faltó. Su madre indicó que ella está domiciliada en Garupá, pero que no sabe la dirección exacta. Que no habla hace un tiempo con ella y no le contesta las llamadas. Eso sí, dejó en claro que en ningún momento pudo identificar a las personas antes nombradas.

Finalmente llegó al estrado Adolfo Andrade, el que había pasado en motocicleta por el lugar del hecho y que conocía de vista a los imputados y un poco más a la víctima.

Andrade contó que volvía de la iglesia por calle Roque González y a una distancia de una cuadra observó corridas, para un lado y otro de al menos tres personas. Cuando llegó a la esquina, un sujeto que según él desparramaba un líquido de su cuerpo, al parecer sangre, pasó muy cerca de la moto justo cuando los reflectores del vehículo lo apuntaron.

Inmediatamente de acuerdo a lo expresado por el testigo, otros dos lo corrieron e incluso uno pasó por un lado de la moto y el restante por otro. Andrade aseguró seguir camino por miedo y porque llevaba a su esposa e hijo de pocos meses en el rodado. Pero alcanzó a ver que el primero que vio, quien resultó ser Vergara, luego se cayó al suelo desplomado a poco metros.

Vergara murió el 23 de noviembre de 2012 por las 15 puñaladas que le asestaron. Ramón Villalba admitió que peleó con él. Aníbal dice que él llegó cuando su padre ya se había enfrentado con Vergara.

La víctima había sido pareja de una hija de Ramón y la relación entre ellos, luego de la ruptura, había quedado más que tensa. Ya habrían discutido en otras ocasiones. Esa noche, de acuerdo con la principal hipótesis, padre e hijo terminaron un nuevo entredicho de la peor manera.

El Tribunal decidió fijar fecha para los alegatos mañana con el atenuante que sí aparecen dos testigos que faltan, podrán declarar. Se trata de María Da Silva y un hombre de apellido Gómez, los dos ausente en el día de hoy. Caso contrario, se tomarán sus declaraciones en la etapa de instrucción y serán incorporadas por lectura.

 

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