Un estadounidense se preparaba para tener la mejor noche de su vida: la de su casamiento. Sin embargo, nunca imaginó que la novia le iba a ser infiel en plena fiesta de boda.
Se suponía que era una noche de ensueño en que dos tórtolos sellaban su amor eterno con la ceremonia del casamiento. Sin embargo, la novia llevaba un par horas en calidad de esposa, y ya había pecado de infiel.
Mientras todos disfrutaban de la fiesta, en un rincón apartado del salón, el padrino de matrimonio, que por lo demás es el mejor amigo del novio, descubrió y presenció una desalentadora escena de cara al futuro en la relación.
El padrino, encontró ni más ni menos que a la «blanca y radiante» sentada muy acaramelada en las piernas del barman de la velada.
Como era de esperar, el descolocado padrino comenzó a pedirle explicaciones a ella, que ni se inmutó y se mostró más tranquila que nunca, como si no estuviera haciendo nada malo.
“Nina, ¿qué estás haciendo?”, preguntó él.
“Sabes exactamente lo que está pasando”, respondió la desvergonzada fémina.
El barman, solamente atinó a taparse la cara con su celular.
No se sabe cómo terminó la boda.
