Tragedia de Rancho Quemado: funcionaria de la CNRT dijo que le falsificaron firmas y sellos en los papeles que presentó Casals

En la segunda audiencia del juicio por la derivación local de la llamada Tragedia de Rancho Quemado, declararon otros tres testigos, dos de los cuales no hicieron más que confirmar que el micro que desbarrancó en Brasil en 2009, causándole la muerte a ocho jubilados, salió de la Argentina con papeles truchos. Precisamente por esa falsificación está en el banquillo el dueño del ómnibus, Emilio Casals.
José Dutra, Celso Nuñez y Valeria Reyes Grandes fueron citados para la testimonial. El primero es un retirado de la Prefectura Naval Argentina que trabajaba en el paso entre San Javier y Porto Xavier, por donde egresó el contingente de afiliados del IPS hacia la costa atlántica brasileña. Dijo que Casals pasó por allí varias veces al frente de grupos que viajaban en su colectivo y que era él el que siempre hacía los trámites.
Cuando le mostraron las fotos del micro siniestrado en la localidad brasileña de Rancho Quemado, afirmó que era el vehículo que habitualmente utilizaba el empresario ahora juzgado. Además que tenía también un minibus con la misma inscripción que el transporte más grande.
Después compareció Nuñez, quien es suboficial mayor de la PNA. Su paso por el estrado de testigos fue muy breve. No trabajaba en el paso fronterizo y solo había estado unos días de paso ya que era encargado de los futuros marineros de la fuerza. Sí confirmó que sin la habilitación correspondiente no se puede ingresar o egresar del país.
El relato más importante fue el de Reyes Grandes, funcionaria de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). Ella miró la documentación que le exhibieron y no dudo en afirmar que en esos papeles, que supuestamente habilitaban al ómnibus de Casals salir del país para llevar a los jubilados a Camboriú, su sello y su firma habían sido falsificados.
Luego de la ronda de testimoniales, se leyó la declaración de Daniel Alberto Meza, chofer del micro que desbarrancó cuando ya el grupo de abuelos regresaba del conocido balneario catarinense. El hombre se suicidó tiempo después del accidente. El relato del conductor admite que la mujer de Casals le pidió que no contara que el micro había tenido problemas de frenos en el viaje de vuelta. Recordando que en la ida ya había presentado una falla en el arranque por lo que estuvo varado en Oberá cuando había ido a buscar más pasajeros. También describió los momentos previos al trágico despiste: “Tuve problemas de frenos y después chocamos con un camión. Se rompió el parabrisas y luego empecé a sentir que caía a un barranco”.
El debate pasó a un cuarto intermedio hasta el viernes, cuando se escucharán los alegatos y se conocerá la sentencia.

Por su parte, la fiscal Miriam Barboza, considera que los elementos presentados en el debate más los testimonios, fundamentalmente de la empleada de la CNRT, son suficientes para condenar a Casals, aunque en diálogo con este medio prefirió no adelantarse. Sí fue contundente en decir que no pedirá la pena mínima, que en este tipo de imputación es de 3 año. La mayor puede ser de hasta 8 años de prisión.

De acuerdo a estos dichos de la Agente Fiscal, el empresario podría recibir una pena de más de 3 años, por los hechos que se le inculpan como falsificación de documentos. Todos los que pasaron ante el estrado confirmaron que Casals era el que siempre realizaba los trámites y presentaba los papeles antes de cada viaje. Incluso que fueron en más de una oportunidad.

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