Ramón Villalba (51) y Ramón Aníbal Villalba (24) son padre e hijo y están acusados de matar salvajemente a Gustavo Vergara el 23 de noviembre de 2012 en el barrio El Pozo de Concepción de la Sierra. Según la investigación, la víctima era ex pareja de una de las hijas de Villalba y mantenían una muy mala relación. A tal punto que se confrontaron varias veces hasta que el día mencionado, el obrero habría decidido terminar el conflicto y le asestó no menos de 15 puñaladas con un cuchillo y supuestamente con la ayuda de su hijo.
Esta mañana comenzaron a juzgarlos en el Tribunal Penal Nº2. El cuerpo de magistrados juzgadores está compuesto por Roque Martín González (presidente) y los subrogantes Marcela Leiva y Marcelo Cardozo. De acuerdo a la imputación, los sospechosos fueron partícipes de un “homicidio agravado por ensañamiento”, por lo que podrían recibir la prisión perpetua.
El hecho se remite al 23 de noviembre de 2012, cuando una disputa se convirtió en tragedia. Ramón Villalba, de 51 años, se había establecido en un kiosco del barrio El Pozo en Concepción de la Sierra a tomar algunas cervezas. Hasta allí, supuestamente llegó Gustavo Vergara, que había sido pareja de una de sus hijas y según el imputado tenían muy mala relación porque su ex yerno en más de una oportunidad había agredido a su hija físicamente.
Hasta ahí no había pasado mucho, según Villalba quien declaró hoy. Dijo que el prefirió irse del lugar para no tener que enfrentar una vez más a la ex pareja de su hija. Vergara lo habría seguido e invitado a pelear justo enfrente de su vivienda, en medio del silencio tradicional de un pueblo que no suele presentar mucho movimiento, más aún teniendo en cuenta que ya eran cerca de las 23 del día mencionado.
Villalba con algunas copas de más recibió insultos y amenazas por parte de Vergara por lo que decidió enfrentarlo, claro no lo hizo solo, sino con un cuchillo de gran porte, de acuerdo con lo que se estableció en la instrucción de la causa.
Esta versión fue contada por el propio changarín en el primer día de debate. Incluso dijo que llegó a ser agredido por su ex yerno con una piedra y ahí perdió la noción de lo que hacía, a tal punto que, según las pruebas del expediente, la víctima recibió 15 puñaladas: en el inicio de la pelea y luego al ser alcanzada cuando intentó alejarse.
Testigos que declararon durante la investigación dijeron que a Ramón se le sumó su hijo Aníbal cuando interceptó a su ex yerno.
Aníbal, que entonces tenía 22 años, también está imputado como coautor del hecho y hoy habló ante los magistrados.
La vieja contienda venía hace varios años cuando Vergara fue concubino de una de las hijas de Villalba. Aparentemente, los hechos violentos entre la pareja, llevaron al hombre a aconsejar a su hija a que dejara la relación, cosa que consiguió y eso habría generado el malestar en quien terminó luego muerto.
Según testigos, el día que Vergara murió, estuvo discutiendo con el mayor de los Villalba en cuestión y hasta se trenzó a golpes, todo en el barrio El Pozo de dicha localidad. En un momento, Vergara intentó salirse de la escena porque ya estaba herido. Corrió unos metros, no más de 15 y allí fue alcanzado por un hombre, que ya no estaba solo y al parecer recibió la ayuda de otra persona para terminar con la cuestión.
En la versión policial data que padre e hijo fueron apresados a poco minutos de que la fuerza local tomó conocimiento del hecho, cuando estos intentaban huir del lugar, aunque los dos imputados negaron esta cuestión.
Desde entonces están detenidos en la unidad Penitenciario Nº6 de Miguel Lanús en Posadas tras estar un tiempo en la comisaría de Concepción de la Sierra.
Villalba es un changarín que contó que siempre tuvo que soportar amenazas y atropellos de la víctima, a tal punto que en más de una vez fue hasta su casa a agredirlo, físicamente y verbalmente.
Toda esa versión contada por el más grande de los imputados y reconociendo que se dejó llevar por la ira y resolvió la cuestión de la peor manera. Ahora, en ningún momento menciona a su hijo como partícipe. Sin embargo, hay relatos que colocan directamente en la escena del crimen también al joven.
Aníbal declaró hoy y negó participar directamente del hecho. Solo se remitió a decir que cuando él llegó a la casa de su padre, la pareja del mismo, que no es su madre, le confió que Ramón estaba peleando con otra persona en cercanías de la vivienda.
Según el joven, fue hasta el lugar y allí recién se dio cuenta que era su padre y la otra persona era su ex cuñado, que prácticamente bañado en sangre estaba inconciente. Solo atinó a retirar a su padre que literalmente estaba encima de su rival de momento y al parecer aún le estaba propinando algunos cortes más con un filoso cuchillo tipo de carnicero.
Lo que involucra directamente al hijo de Villalba, además de las versiones de los testigos, es que algunos estudios determinaron que presentaba rastros de sangre de la víctima en varias partes de su cuerpo. Cosa que hoy no supo explicar ante los magistrados.
El debate continuará al martes 24 de febrero en la misma sala y según el abogado defensor, Manuel Balanda, hay 21 testigos que deberán desfilar ante los jueces.
La pena que se podría aplicar a los imputados, según el Código Penal, es de prisión perpetua por el ensañamiento de atacar a una persona indefensa, pues, según las hipótesis que giran en torno al hecho, Vergara ya estaba herido cuando recibió la agresión letal.
MAG- EP
