Tigre y la historia de «Tito» Cucchiaroni, el mejor jugador de fútbol misionero de todos los tiempos

Hoy arriba Tigre a Posadas, que visitará a Crucero del Norte el sábado desde las 21.30. El equipo de la localidad de Victoria, en el Norte del Conurbano, tiene una estrecha vinculación con varios futbolistas misioneros que la «rompieron» vistiendo el azul y el rojo.

El más importante, sin dudas, es Ernesto Bernardo «Tito» Cucchiaroni, quien llegó al equipo de Victoria en 1949, a los 19 años. Según la página web de Tigre, Cucchiaroni -que nació en Posadas en 1930- «comenzó jugando como entreala izquierdo aunque se destaca jugando bien abierto por la punta, conquistando 51 goles en 139 partidos. Sus aceleraciones y frenos en espacios reducidos apilaban rivales que eran superados por finas gambetas».

«Tito» fue el mejor futbolista misionero de todos los tiempos, aunque ese concepto, como se sabe, siempre puede dar lugar a interminables discusiones. Sus logros no parecen equipararse por ningún otro misionero destacado, ni siquiera «Chiquito» Romero, actual arquero de la Selección Argentina.

Cucchiaroni se destacó también en la Selección Argentina y en 1955 -año del derrocamiento de Perón- se consagró campeón del Sudamericano de Chile. Ahí pasó a Boca Juniors en lo que fue el pase más importante de la época, tal es así que con ese dinero Tigre terminó su estadio (hizo la obra de la platea techada, que le da ese aspecto de club del fútbol inglés).

Cucchiaroni más tarde emigró a Italia, donde vistió la camiseta de Milan. Fue campeón con el «rossonero» y más tarde jugó en la Sampdoria. Cuando volvió al país fue DT de Guaraní Antonio Franco, en 1963. «Tito» murió joven, el 4 de julio de 1971, tenía 40 años.

Don «Galo»

Otro misionero que fue compadre de «Tito» Cucchiaroni en Tigre fue «Galo» Beloso, quien también ejerció el periodismo. Trabajó muchos años en El Territorio y fue «maestro» de muchos periodistas que hoy ejercen el periodismo deportivo, además de un gran amigo. «Galo» llegó a Tigre un tiempo después que Cucchiaroni, con quien lo unía una gran amistad. Bajito, habilidoso, fue wing. Jugando para Tigre en cancha de River le metió un gol al gran Amadeo Carrizo.

Este año se cumple una década del fallecimiento de Edgardo Beloso Vedoya o «Don Galo», quien nació en Leandro N. Alem en 1930. «Don Galo», amante de los «burros» y el boxeo, siempre estará en el recuerdo de todos los que lo trataron, por su caballerosidad, sus anécdotas y una famosa frase que escucharon miles de veces quienes trabajaron con el: «¡qué leche, papito!».

Matías Giménez

Más acá en el tiempo, otro misionero que se destacó en Tigre fue Matías Giménez, el volante que, gracias a su buen desempeño en el equipo de Victoria terminó fichando para Boca Juniors hace unos años.

 

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