Los fabricantes y vendedores tuvieron un importante aumento en el consumo de sus artículos como consecuencia del best-seller erótico, cuya película se estrena en horas.
El libro fue devorado en todo el mundo por millones de lectores, desde amas de casa británicas hasta prisioneros en Guantánamo, y su versión en la pantalla grande se presenta el fin de semana del 14 de febrero, el día de los enamorados.
El film sobre la relación erótica, con tintes sadomasoquistas, entre el joven magnate de los negocios Christian Grey, interpretado por el actor británico Jamie Dornan, y la universitaria Anastasia Steele (Dakota Johnson, la hija de Melanie Griffith), incluye 20 minutos de escenas de sexo.
Y si después del cine los espectadores quieren entrar en acción, las tiendas de juguetes y accesorios sexuales de Estados Unidos se están aprovisionando con todo lo necesario, desde vendas para los ojos hasta cuerdas para «bondage», para no defraudarlos.
«Cincuenta sombras de Grey ha sido el fenómeno cultural con más influencia en las ventas de juguetes sexuales que jamás he visto en mi vida», afirma Claire Cavanah, cofundadora de Babeland, que tiene tiendas en Nueva York y Seattle.
Su empresa ha agregado 20 productos especialmente etiquetados «Cincuenta sombras» y asegura que el deseo ha sido atizado por los avances de la película.
Claire Cavanah afirma que la trilogía provocó un aumento del 40% en las ventas de la tienda de Babeland en el barrio de Soho, en Manhattan.
Las ventas de las bolas de placer, utilizadas por Steele en sus juegos sexuales con Grey, se dispararon más del 500%, al igual que las esposas y las fustas, agrega. La compañía británica Lovehoney trabajó de manera estrecha con James para el diseño de los juguetes sexuales oficiales de «Cincuenta sombras» a fines de 2012. Antes del estreno del film, ha lanzado una nueva línea con productos de lujo.
El cofundador de Lovehoney, Neal Slateford, señaló a la AFP que la trilogía fue fundamental para popularizar los juguetes sexuales y sadomasoquistas, de cuyas ventas espera un fuerte incremento.
«El juego de cuerdas, que antes tenía un nicho de consumo relativo, se volvió de repente en algo que se disfruta y es comentado por millones de personas», explicó
