Koropeski, picante, se acordó de Guaraní: «nunca vamos a construir edificios en nuestra cancha»

Julio Koropeski, el titular de Crucero del Norte, realizó unas declaraciones que le pusieron algo de «pimienta» a la tediosa pretemporada futbolera, que ya cumplió un mes y todavía tiene por delante 10 días más.

El titular del Colectivero realizó declaraciones publicadas por la página web del club en la que se acordó de Guaraní A. Franco. Sin nombrarlo, el dirigente se refirió al club de Villa Sarita al hablar sobre las obras de remodelación del estadio Andrés Guacurarí: «estamos haciendo un gran esfuerzo de tener un estadio que es un verdadero orgullo para los socios, quienes pueden quedarse muy tranquilos porque cada vez que les toque venir a Santa Inés, encontrarán una cancha de fútbol y nunca torres de edificios para proyectos inmobiliarios”, disparó. Si bien no se explayo más, en la página web sí se explicó que el titular del club se refería a «otros clubes de la región». Como para que no haya dudas.

Cabe recordar que en septiembre pasado, el ahora ex gerenciador de Guaraní A. Franco propuso trasladar el estadio de Villa Sarita a otro predio a fin de tener una cancha con mayor capacidad. Si bien Enríquez jamás se refirió a construir torres, circuló entre los hinchas la versión de que uno de los destinos posibles del viejo estadio habría sido algún desarrollo inmobiliario. La reacción de los hinchas, que silbaron al gerenciador, motivó la renuncia de Enríquez al cargo. También generó una crisis institucional en Guaraní que aún no fue debidamente resuelta, ya que el rol del empresario es considerado vital para financiar el presupuesto de casi 2 millones de pesos mensuales que insume al club disputar el torneo de la B Nacional.

La rivalidad Koropeski-Enriquez

Los dichos de Koropeski son la primera manifestación pública de una rivalidad imposible de ignorar. Empresarios y futboleros los dos, Koropeski y Enríquez son los grandes artífices de que el fútbol misionero haya regresado después de casi 30 años a los primeros planos.

Mañana, Crucero y Guaraní tendrían que haber jugado el clásico del fútbol misionero (le pese a quien le pese, Mitre-Guaraní ya no es el partido más caliente del fútbol local) con público, en Santa Inés. Al menos así lo habían confirmado los dirigentes de Crucero. Sin embargo, fueron los dirigentes de Guaraní los que prefirieron no jugar el partido, ya que solo querían disputarlo a puertas cerradas y bajo la forma de una práctica informal de fútbol.

Otro capítulo de este enfrentamiento subterráneo son las obras del acceso a la cancha de Crucero del Norte, sobre la ruta 105. Las obras, a cargo de la constructora de Enriquez, además de haberse demorado no preven por el momento un acceso adecuado a la cancha de Crucero del Norte. En Crucero se quejan de la situación, aunque descartan que tenga que ver con cualquier «interna» futbolera.

Como sea, la rivalidad entre dos «peso pesados» que pusieron al fútbol misionero en la vidriera grande después de décadas, le hace bien al deporte de la redonda. Como sucede con River-Boca, con Estudiantes-Gimnasia, con Central-Newell´s. Nada mejor para el castigado fútbol misionero que un poco de competencia entre los dos clubes más grandes. Es parte del folklore del deporte más popular del país.

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Julio Koropeski observa desde las nuevas tribunas cómo quedó el estadio Andrés Guacurarí, listo para recibir a los equipos de Primera desde el sábado 14. ¿Jugará River sobre el temido césped de Garupá? La decisión aún no está tomada.

 

 

 

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