Techo: donde el voluntariado es sinónimo de participación ciudadana


El barrio “Los Patitos” es uno de los 72 asentamientos que existen en Posadas, ubicado a solo 13 kilómetros del centro, muestra una realidad distinta de la que vemos habitualmente en la capital misionera. Si bien Estado misionero viene trabajando fuertemente en la dignificación de las viviendas, no es omnipresente; allí donde no puede llegar y hay una urgencia habitacional, trabajan los voluntarios de la Ong Techo.

Niñas madres que deben abandonar los estudios secundarios, familias que viven hacinadas en casillas hechas de lo que se encuentra (costeros, tablas, chapas, etc.) forman parte de este vecindario donde hay familias que por tres generaciones lo consideran su hogar. Son 55 familias que viven de changas y de lo que puedan sacarle a la tierra, las oportunidades son pocas para estas gente que en muchos casos no ha podido lograr la terminalidad educativa, algo que limita aún más sus oportunidades.

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Techo Misiones les da la oportunidad de acceder a una vivienda digna, que si bien es de emergencia, mejora mucho las condiciones habitacionales de cada grupo familiar. Incluso ayuda a que grupos polinucleares dejen de vivir hacinados en una sola casita. Los voluntarios realizaron ayer la descarga de los materiales para las 30 viviendas que construirán en el barrio durante los “trabajos de verano” de la ONG en el país.

Estos trabajos de verano son una construcción masiva y simultánea que espera reunir a unos 300 voluntarios en Posadas y Bariloche para la edificación de viviendas. La labor arranca el día 7 de febrero y se extenderá hasta el día 13. A Posadas arribaran jóvenes de Salta, Corrientes, Buenos Aires y Chaco que con los voluntarios locales les darán una vivienda mejor a más de las mitad de las familias de Los Patitos.

La jornada del sábado 31 de enero fue muy especial para las familias del barrio, porque desde temprano vieron llegar a los voluntarios de la ONG, muchos de ellos conocidos ya. Pasadas las 10, arribó el primer camión con parte de los materiales (paneles), que serán parte de las viviendas. Codo a codo pobladores y voluntarios bajaron los paneles y los fueron dejando en cada predio donde la semana que viene se levantaran las viviendas.

Estas casas se financian en gran medida a partir de un convenio que la ONG firmó con el Estado provincial, que le otorgó un subsidio de 1.4 millones de pesos, que Techo destinará para la construcción de más de 100 viviendas. Once de estas residencias ya se han construido en Oberá en el mes de diciembre, en abril se hará otra construcción y para el mes de junio esperan hacer la próxima, llegado así a lo acordado con la Provincia.

Qué significa ser voluntario:

El voluntariado es el trabajo de las personas que sirven a una comunidad por decisión propia y libre. Toda Acción Voluntaria organizada es aquella que se desarrolla dentro de una organización sin ánimo de lucro por personas que, de manera altruista y solidaria, intervienen con las personas y la realidad social, frente a situaciones de vulneración, privación o falta de derechos u oportunidades para alcanzar una mejor calidad de vida y una mayor cohesión y justicia social como expresión de ciudadanía activa organizada.

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¿Qué motiva a pibes misioneros a dejar todo un sábado de enero para ir a un barrio a bajar materiales de construcción? En sus palabras está la respuesta: “Nos rompe las pelotas que haya gente viviendo de esa forma injusta, eso nos quema y nos impulsa a trabajar”. Este trabajo no solo queda en darles una vivienda mejor, sino que trabajan meses antes de la construcción con los vecinos, primero detectando cuáles son los casos más urgentes.

Luego está el trabajo de acompañamiento, porque no es dádiva, sino que la familia debe entender que tiene en sus manos la posibilidad de crecer. Crecer como familia y como comunidad, porque el individualismo es un freno enorme al desarrollo social y estos jóvenes  buscan transmitirle eso a cada barrio donde van. Los ayudan a diagramar mejoras barriales, eliminar problemas de convivencia y así lograr una dignificación del vecindario, que es patria chica.

Cuenta Soledad Balán, la directora de Techo Misiones, a modo de historia: “Ya pasaron dos años desde que pisamos por primera vez Los Patitos, hace casi 3 meses desde la asamblea para dar inicio al trabajo de TECHO en el barrio, pasaron varios encuentros con las familias y en el trayecto fuimos conociendo más historias, compartiendo más teres bajo el único árbol que da sombra, pasaron tardes de comer sandías, de asignaciones, risas, llantos y charlas”.

Estas actividades de acercarse al barrio, darles el tiempo y palabras de aliento por parte de jóvenes, que vistos desde ojos egoístas pueden “estar perdiendo el tiempo con ésos”, dignifican a estos jóvenes, los hacen ser actores positivos de una provincia donde la juventud es mayoría.

Semanas de trabajo se materializaron en un sábado donde ni el cansancio físico agotador, ni los 32° ni la tierra hicieron perder de vista que cada panel que se dejó en una semana se va a transformar en una vivienda más digna para que Ramona, Don Sosa, Myriam, Norma, Claudia, Hugo y otros tantos mejoren su calidad de vida.

El sábado fue ese momento mágico donde se empezó a materializar lo que los chicos fueron hablando en cada visita al barrio, en cada asamblea. Además los propios beneficiarios fueron tocando, haciendo propio eso que en pocos días será su casa.

No fueron sólo los voluntarios activos de Techo quienes participaron de la descarga de materiales, empresarios, profesionales, jóvenes que de Posadas y hasta de Apóstoles se sumaron al trabajo que arrancó a las 9 y se extendió hasta las 20. Cansados pero felices, los voluntarios dejaron a las familias con una parte de sus nuevos hogares. El próximo 7 de febrero irán a levantar estos techos y nuevamente codo a codo con cada familia harán de ese barrio un sitio un poco más hermoso.

Anécdotas de  una jornada de trabajo:

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La directora de Techo Misiones publicó en su facebook unos días antes de la descarga de materiales que “desde ese 19 de marzo de 2013 que a un grupo de voluntarios nos tocó ir a conocer el barrio durante el Relevamiento, desde ese día que llegamos a las 11 de la mañana y Juan Carlos nos contó que no tenía novedades de su hijo de 5 años desde el día anterior cuando se electrocutó y tuvo que esperar dos horas a que pase el colectivo para ir hasta la salita más cercana; desde que vimos que pasaban días sin agua porque sólo tenían 3 tanques que eran recargados por un camión una vez a la semana; desde que Lili perdió un hijo porque comenzó con dolores un domingo a las 21 hs y a las 20 pasaba el último colectivo; desde que pensamos que en el medio del monte a casi 3 km del asfalto no íbamos a encontrar nada y vimos un asentamiento donde viven más de 50 familias; y sobre todo desde que esas 50 familias nos esperan con ideas, garra, energía, tesón y convicción para que trabajemos juntos y podamos tener ese barrio que nos contaron el sábado pasaba que soñaban, esperábamos este momento! Por eso desde lo más profundo espero que puedan participar de la descarga este sábado y de la construcción que vamos a estar realizando del 7 al 13 de febrero, porque el clima es poca cosa cuando se trata de una vivienda digna; porque con mucha emoción y alegría estamos esperando estos trabajos”.

Esto es una pequeña muestra, una simple historia, que muestra algo que día a día motiva a estos jóvenes a dedicarle tiempo y trabajo a una acción que no es para ellos. Son anónimos que se acercan a un barrio y dan una oportunidad a sus pares a que puedan lograr una mejor calidad de vida, no reciben más que cariño y un agradecimiento que sale del alma de cada uno de los integrantes del barrio y se refleja en esos ojos llenos de amor con que los saludan.

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Johnny Machado es uno de los voluntarios de Techo que más garra le pone a la descarga. Él sabe, como nadie, el valor de una casa digna. Ya que él vive en una de las casas construidas por Techo en el año 2013 en Posadas. Desde ese momento en que le ayudaron a tener un lugar más digno él decidió acompañarlos para que muchas otras familias puedan tener un lugar seco y seguro donde vivir. El joven que sigue viviendo de changas no deja pasar ninguna actividad de la Ong y su energía se transmite a todos en cada jornada de trabajo.

 

 

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