La lancha Posadas Encarnación dejó de operar porque el tren se quedó con sus pasajeros

El prestatario del servicio aseguró que venían trabajando a pérdida y se quejó por un supuesto trato discriminatorio. Remarcó que perdió clientela desde que comenzó a operar el tren. Afirmó además que el muelle que construyó la EBY para el embarque de pasajeros es “muy precario” lo que les obligó a perder muchos días de trabajo. Pidió una prórroga de 180 días, durante los cuales no prestará el servicio, y aseguró que si no cambian las condiciones durante ese lapso, abandonará definitivamente la concesión.

El servicio de transporte de pasajeros por lancha entre Posadas y Encarnación dejó de prestarse. En primer término, el parate será por 180 días, pero de no mediar respuestas a los reclamos del prestatario, la lancha dejaría de funcionar en forma definitiva.  Feliciano Aldana, empresario que opera el servicio, aseguró que vienen trabajando a pérdida desde fines del año pasado. Reconoció que la puesta en funcionamiento del tren que une a las ciudades fronterizas provocó una merma considerable en la demanda, pero aseguró que supuestas falencias en la infraestructura construida por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) y un trato “discriminatorio” por parte de las autoridades, también incidieron para que bajara la demanda.

Aldana explicó que hicieron una presentación ante el poder concedente para interrumpir el servicio durante 180 días y reiteraron reclamos relacionados a la prestación del servicio. Aseguró que de no atenderse sus pedidos, la Marilyn no volvería a cruzar el Paraná.

Se consideró discriminado porque deben pagar un canon extra si pretenden trabajar los fines de semana y feriados. “Todas las balsas del interior trabajan sin problemas los sábados, domingos y feriados, también lo hacen las embarcaciones que operan en Clorinda (Formosa) solo a nosotros nos quieren cobrar eso”, dijo.

Aldana fue muy crítico también con el muelle que construyó la EBY para el embarque de los pasajeros. “Está mal orientado, mal ubicado y es muy bajo, lo que nos impidió operar cada vez que se levanta un poco de oleaje y por eso perdemos muchos días de trabajo. Hoy por ejemplo (por ayer) no pudimos hacer ningún viaje porque sopla un vientito, se mueve un poco el río y ya no podemos embarcar gente porque se vuelve peligroso, si tuviéramos un muelle un poco más alto o se construyera al menos un escollera para proteger el lugar, estaríamos trabajando sin problemas”, dijo.

JRC PP

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