«Hay que pasar el verano», el nuevo lema de Guaraní; Enríquez recién vuelve en marzo

Guaraní A. Franco parece un club acéfalo por estos días. Sucede que ya no tiene vínculo con el club la gerenciadora que manejó los destinos del fútbol profesional durante los últimos seis años.

A eso se suma que el presidente, César Decamilli sigue con su recuperación en el FLENI de Escobar. La buena noticia es que se sigue recuperando muy bien y hasta pudo venir a Posadas a saludar para las fiestas. Así como están las cosas, el vicepresidente a cargo, Juan Nazer, intenta pilotear esta transición hasta que quede conformada la nueva Comisión Directiva que incorporará a Roberto Enríquez como «hombre fuerte» (seguramente, el empresario no ostentará el cargo de titular del club franjeado).

Lo último que se informó desde Villa Sarita es que esta nueva CD que iba a quedar conformada a fin de enero, se formará recién a fin de febrero, con el torneo de la B Nacional ya comenzado (la Franja debuta el 14 de febrero ante Estudiantes de San Luis en la provincia puntana). Es decir, formalmente Enríquez volverá a tomar las riendas del club a fin de febrero o comienzos de marzo.

Asalto a la ilusión

Mientras tanto, el plantel de Guaraní con José María «Chaucha» Bianco al frente, sigue preparando la puesta a punto para el comienzo de un torneo donde arrancará último en la tabla de los promedios (a fin de año bajan dos al Argentino A).

En el mundo Guaraní el aire que se respira es muy distinto a lo que sucedía antes de comenzar el pasado Torneo de Transición de la B Nacional, en agosto último. En aquel momento, todo era euforia por el reciente ascenso a la segunda categoría (luego de 25 años) y la enorme chance de ascender a Primera, ya que el Transición repartía -como se sabe- 10 tickets a la máxima categoría.

Además, el club, apostando fuerte a esto había traído 18 refuerzos nuevos, que fueron presentados al mejor estilo de las grandes ligas con un acto en un hotel céntrico. No faltaron fichajes estelares como Jorge de Olivera, el ex arquero de Racing. Además, posadeño.

Las expectativas eran altísimas. Sin embargo…cuando la pelota comenzó a rodar, Guaraní chocó contra la dura realidad. Como equipo recién ascendido, pagó derecho de piso, perdió partidos que no mereció perder, a veces por goleada (Chicago en Mataderos, Colón en Santa Fe). Pagó su ingenuidad y falta de experiencia. El desconocimiento entre los jugadores. Y las enormes expectativas, algo alejadas de la realidad, hay que decirlo.

Guaraní terminó anteúltimo en la zona «A» de la B Nacional, y último en la tabla de promedios de cara a este torneo que comenzará en febrero y que culminará en noviembre con dos descensos.

Pero además, tampoco estuvo a la altura de las expectativas la respuesta del público. A pesar de lanzar una gran campaña de conscripción de socios, Guaraní no logró reunir a los 10.000 socios que necesita para mantener las cuentas equilibradas. Tampoco tuvo la respuesta que esperaba en la concurrencia al estadio.

Salvo el partido debut ante Gimnasia de Jujuy y el partido con Argentinos Juniors (con la presencia de Riquelme), la cancha siempre estuvo medio llena (medio vacía) en los restantes encuentros.

Lo prueban los números. Guaraní salió anteúltimo en la tabla de venta de tickets en este torneo de transición, superando solo a Crucero. Y eso que su cancha es céntrica, y que el equipo tiene una gran historia de más de 50 años en la provincia. Según el informe de AFA, la Franja vendió 420 plateas y 13.662 populares en los 11 partidos que jugó como local. Superando solo a Crucero, que vendió 570 plateas y 10.774 generales. El primero de los 22 equipos de la B Nacional fue Gimasia y Esgrima de Jujuy, que vendió 8328 plateas y 55.998 populares.

La nueva estrategia, vamos de menor a mayor

En el fondo, esta calma -casi apatía- que se respira en Guaraní es, de alguna manera, es un clima buscado por los dirigentes. Que este año apuestan a hacer todo lo contrario a lo que ensayaron la temporada pasada.

Por empezar, el club no va a traer a nadie si antes no lograr concretar desvinculaciones, de manera de tratar de mantener las cuentas equilibradas.

Chaucha prácticamente se tendrá que arreglar con lo que tiene. El técnico ya aceptó la nueva realidad, tras meditarlo a fin de año y charlarlo con Enríquez largo y tendido, decidió que se va a quedar y aceptar las nuevas condiciones del club.

Bianco, además, sabe que el equipo el año pasado recién apareció cuando dejó de tener la presión de tener que ascender. Recién cuando no tuvo más chances, los jugadores empezaron a sacar su fútbol y lograron grandes producciones ante equipos que marchaban en los primeros puestos: Colón, San Martin de San Juan o Douglas Haig de Pergamino. Hasta ese momento, al comienzo de la segunda rueda, el equipo jugaba mejor afuera, de visitante, que adentro.

Como si a los jugadores les pesara toda esa presión que generó las enormes expectativas puestas en ellos.

 

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