Para muchos, cruzar el puente con el tren es una aventura. Fotos desde los celulares y turistas con cámaras captan los momentos previos al ascenso y durante el brevísimo viaje entre Posadas y Encarnación, de no más de cinco minutos. El servicio del tren binacional debutó el viernes con mucho éxito y ya el sábado tuvo una altísima demanda. Es que poder evitar las eternas colas por el puente, invita aunque sea a emprender un paseo hasta la vecina ciudad paraguaya, que para muchos estaba vedada por las demoras permanentes. Ahora, con un gran número de eficientes colaboradores que indican el camino para hacer las formalidades de rigor, todo se simplifica. El trámite en el lado argentino es sumamente simple: unos minutos en Migraciones con los papeles necesarios para formalizar la entrada al país vecino y la breve espera a que llegue el tren.
En los primeros días de marcha, queda en evidencia que el tren no será utilizado exclusivamente para el circuito comercial, sino que será turístico.
El sábado había muchos misioneros o visitantes que simplemente fueron a pasear. Pero sin dudas, cuando el uso del tren se haga masivo, el sector comercial de Encarnación será el más beneficiado. La diferencia de precios en algunos productos es abismal.
Sin embargo, ya en los primeros días se puede apreciar que los dos vagones resultan poco para la demanda. También quedan algunas cosas para corregir, como el difícil acceso con auto a la estación de trenes en Posadas y el lento e incómodo sistema de compra del boleto para retornar desde Encarnación, donde la estación no cuenta con comodidades y las personas deben esperar paradas en largas filas o sentadas en el suelo. «Con la puesta en marcha del servicio se resolvió en parte el inconveniente porque ahora queda la cuestión del espacio físico donde los pasajeros puedan esperar el tren en la cabecera paraguaya, ya que una medida de no innovar impide la construcción de una estación desde donde embarcar y desembarcar los viajeros. Por ahora, la gente debe abordar el tren desde un sitio precario, a tierra pelada, y si tienen que esperar el vehículo deben guarecerse del sol bajo un pequeño tinglado de las instalaciones donde funcionaba la cargadora de granos. Ni en las memorables películas del viejo oeste americano se ven a pasajeros aguardar el tren en tan precarias condiciones», cuenta desde la otra orilla el periodista de ABC, Juan Augusto Roa.
También debe mejorar el sistema de control de ingreso al país. Funciona bien el control de Migraciones, con varias casillas, pero en cambio, el de la Aduana-Afip, se hace engorroso por falta de personal. Apenas dos puestos para controlar como mínimo, a más 150 pasajeros por viaje. Eso hace que todo lo que se gana en tiempo de cruce, se pierda en largas filas para pasar los últimos dos puestos de control.
El servicio del tren funcionará de 7 a 19, incluidos los fines de semana, y por la demanda, no se descarta que más adelante se extienda el horario.
El ferrocarril tiene una capacidad máxima para trasladar a 240 personas con una frecuencia de 15 a 20 minutos aproximadamente.
