Desde el Consorcio Garabí – Panambí argumentan que la energía generada por la central en proyecto, permitiría sustituir la importación de 5.700 barriles de petróleo, o su equivalente en otros combustibles que se utilizan para alimentar centrales térmicas. El cálculo toma en cuenta el precio actual del petróleo, que se halla en los niveles más bajos de los últimos cinco años. Casi el 65 por ciento de la electricidad que consume el país proviene de la quema de combustibles fósiles. Consideran que, dado el constante incremento en la demanda, sería necesario apelar a todas las formas posibles de generación.
El coordinador general del plan de comunicación del Consorcio Garabí Panambí, Sergio Mogliati, explicó que la central proyectada sobre el río Uruguay aportaría unos 5.700 GWh/año al sistema integrado nacional, lo que permitiría que el país ahorre unos 350 millones de dólares por año en compras de combustibles para abastecer a las centrales térmicas, que hoy en día generan casi el 65 por ciento de la energía que se consume en Argentina. El cálculo toma en cuenta el valor actual del petróleo, que se encuentra en un piso histórico propiciado por decisiones coyunturales de los principales países exportadores de crudo, pero en caso de que el oro negro vuelva a superar la barrera de los cien dólares el barril, valor en el que se ubicaba hace poco más de un mes, el ahorro será de alrededor de 570 millones de la divisa norteamericana.
Entre otros argumentos esgrimidos a favor del proyecto Garabí Panambí, Mogliati destacó que la energía hidráulica representa una opción favorable en términos económicos y ecológicos en comparación a la generación térmica, que por un lado obliga al Estado a erogar millonarias sumas en divisas para la importación de combustibles y por otro, genera contaminación por liberación de gases de efecto invernadero.
Entre las ventajas de las hidroeléctricas destacó que permiten generar grandes volúmenes de manera constante a bajo costo en comparación con las demás fuentes utilizadas en el mundo, las obras tienen larga vida útil, con bajos costos de mantenimiento y otorga flexibilidad a la operación del sistema eléctrico, ya que es la única fuente que responde de manera inmediata a la demanda.
En términos de efectividad de la inversión, afirmó que una planta de carbón genera a lo largo de su vida útil entre 1,6 y 3,3 veces la energía necesaria para su construcción; una central solar lo hace entre 3 y 6 veces; una eólica entre 18 y 34 veces y una hidroeléctrica de pasada, entre 170 y 267 veces.
Resaltó además que, con un 31 por ciento de generación hidráulica, Argentina es el país de América Latina con menor participación de ese tipo de generación en su matriz energética.
