Andrea Voboril, una posadeña de 18 años recibió 7 condecoraciones en el acto de colación de la de la Trigésima Segunda Promoción de Guardiamarinas de la Reserva Naval Principal de la Armada Argentina. La joven que ahora buscará ser abogada obtuvo un promedio de 9,74 superando a sus pares. La educación en valores y la disciplina como virtudes que subrayó de la institución educativa que cumplió 40 años de vida.
Andrea permaneció por varios minutos en la ceremonia de egreso de su promoción al ser portadora del mejor promedio. Así recibió distinciones de Presidencia de la Nación, del Ministerio de Educación de la Provincia de Misiones, del Liceo Storni, del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia y de la Asociación Sanmartiniana entre otros.
“Mi mamá es maestra y mi papá es egresado del Liceo y trabajó muchos años allí. Tengo un hermano que se llama Juan que también está en el Liceo y la verdad fue una experiencia inolvidable”, dijo.
Si bien nació en Posadas hoy Andrea vive con su familia en Candelaria desde donde viajó todos estos años para su formación. Sobre la razón que la llevó a optar por la formación ligada a la Marina sin dudar recordó sus años de niña cuando recorría junto a su papá las instalaciones recordando quizá también él sus días de cadete.
“En principio tenía la idea de seguir ligada a la Marina pero las ganas de estudiar abogacía son más fuertes y hoy ya estoy inscripta en la Universidad Católica de Santa Fé para comenzar a cursar el año que viene”, dijo. Y añadió que lejos de desvincularse totalmente de lo que ha sido su pasión en los últimos 5 años, está la posibilidad certera de ingresar a la fuerza como profesional una vez que obtenga el título de grado. “Cuando sos profesional podés rendir un curso de ingreso de seis meses e ingresar a la fuerza como tal”, explicó.
Acerca de sus galardones reconoció que los mejores promedios el año pasado recayeron sobre dos varones, pero recordó que en años anteriores fueron también las mujeres las que llevaron la delantera.
A la hora de evaluar su formación dijo – para los chicos que hoy piensan en el Liceo como una opción – que es como cualquier colegio secundario pero que la diferencia quizá sea la metodología de estudio, la responsabilidad, el respeto y los valores que se inculcan entre los cadetes y las demás personas.
“Son 8 horas del día que pasás en la institución o bien 24 para los chicos internos. Todas las relaciones con las personas son diferentes y en cuanto a la forma de dirigirnos a los demás, la clave es el respeto. Eso para dentro y fuera, como un valor que se transforma en el pilar de tu vida”, explicó.
Andrea disfruta hoy de las vacaciones junto a su orgullosa familia y sus queridos amigos. Si bien las leyes serán su destino, su pasión por la navegación seguramente la llevará a seguir ligada a las regatas, al canotaje y las actividades náuticas.
El liceo Storni conmemoró su 40° aniversario y realizó examen de ingreso para el 2015
