El juez de Instrucción Dos, César Yaya, dio por cerrada la investigación de la causa abierta por las denuncias que radicaron unas 15 alumnas del instituto Santa Lucía de Posadas contra el profesor de Informática Angel B. (51) y ahora corrió vista al fiscal Cristian Antúnez para que dictamine. El titular del Ministerio Pública tiene la palabra: se inclina por la elevación a juicio del expediente o por desligar al sospechoso. Fuentes cercanas al caso confiaron que en las próximas horas Antúnez resolvería elevar la causa a la instancia de debate oral.
El docente está arrestado desde el 23 de agosto, luego de que un grupo de padres denunciara que sus hijas aseguraron haber sido manoseadas por el educador durante las horas de computación. El imputado dictaba clases a todos los primeros y segundos grados, los días lunes. Aprovechando que el aula de Informática estaba lejos del resto del edificio, el hombre se habría sobrepasado con las pequeñas.
El juez Yaya le dictó la prisión preventiva, que no fue apelada por las partes. Por eso, el expediente llegó tan rápido a esta instancia, donde ahora la Fiscalía tiene que pronunciarse.
Yaya encuadró la conducta de Ángel B. (51) en el artículo 119 del Código Penal Argentino, puntualmente en lo que establece el inciso B, que agrava el castigo para el que lo comete si “el hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guarda”. Para este ilícito se contemplan penas de entre 8 y 20 años de cárcel.
El docente está detenido desde el 23 de agosto. Ese día, un grupo de padres de la institución educativa ubicada en Aguado y Santa Cruz se congregó frente al edificio donde están los juzgados penales para pedir la captura del hombre y el esclarecimiento del hecho.
En su indagatoria, el profesor negó las imputaciones y adjudicó la situación a un supuesto enojo de las nenas porque él había reprendido a algunas porque se portaban mal.
Hasta el momento, hay quince denuncias formalizadas en su contra. Todas son de niñas de entre 6 y 8 años que contaron que el hombre las manoseaba. Las nenas declararon en Cámara Gesell y su relato no mostró incoherencia alguna.
