Lo imposible en el liderazgo

Por Marcelo Alejandro Pedroza*

La clave es aceptar el trabajo en equipo, hablar y tener confianza en los demás. Eso cree Adriana Ocampo Uría, colombiana con 56 años de edad, una de las responsables del lanzamiento de la sonda no tripulada de la NASA que viajó, hace un tiempo en el espacio a 325.000 kilómetros por hora, rumbo a Júpiter. La misión tiene como objetivo saber la cantidad de agua que hay.  Los avances de la tecnología permiten proponerse ese desafío, dijo Ocampo Uría.

No hay imposibles en la vida de los líderes. Los grupos humanos que se proponen algo, pueden estar seguros de que más allá de las circunstancias por venir, obtendrán los resultados fijados. Ocampo Uría no está sola ante el poderoso emprendimiento, mucha gente está involucrada. Imagínese estimado lector que para enviar la sonda no tripulada y mantenerla en órbita alrededor de Júpiter, el equipo responsable realizó el mejor diseño posible de celdas solares y desarrolló una caja de titanio, para que la sonda se alimente continuamente de la energía solar y de esa manera funcione; al mismo tiempo de proteger a sus componentes electrónicos del impacto de la radiación que reciba cuando orbite en Júpiter, el planeta con mayor masa del sistema solar y con más de 50 lunas.

Aquellos hombres y mujeres que marcan el destino del viaje que emprenden, realizan junto a otros las tareas diarias que permiten el desplazamiento continuo. Los líderes se inspiran con la visión (el destino a largo plazo) y motivan también a sus equipos para que se inspiren. En la vida de los líderes las redes virtuosas parten del principio de acción conjunta. Los equipos exitosos siempre quieren ser visionarios, se disponen a mirar más allá de la experiencia actual y forjan el futuro que desean.

Ocampo Uría sostiene que es necesario hablar. Los líderes construyen diálogos. Son solventes a la hora de fundamentar qué es lo que el equipo tiene que hacer. Convencen porque están convencidos. No dudan, emprenden con coraje.

La creciente innovación en tecnologías, que facilita la concreción de misiones insospechadas antes por el ser humano, exige que cada ciudadano del mundo se pregunte cuánto ha evolucionado su vida interior.

La sonda llegará a Júpiter, si todo lo previsto sale bien, en el año 2016. Ocampo Uría confío en su gente, porque primero confío en ella misma y porque cree que todo es posible cuando los fines son dignos.

*Escritor. Magíster en Educación.

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