Vecinos de la chacra 148 del popular barrio de la zona oeste de Posadas aseguran que existe un grupo de adolescentes que perpetró una serie de hechos delictivos y pese a que están identificados y se aportaron datos a la policía, aún no fueron detenidos. La última víctima fue un abuelo de 83 años, Wanceslao Sosa, oriundo de Santo Pipó, que hace dos años vive en la zona con su hija y nieto.
El viernes pasado lo despojaron de un televisor LCD de 32 pulgadas, otros artefactos eléctricos y una garrafa. Hasta la fuente de comida que había sobrado se llevaron los delincuentes tras violentar la puerta trasera del inmueble que se encuentra en la planta baja.
Vecinos del lugar comentaron que se trata de una banda de adolescentes de la misma zona mezclados con chicos de otros barrios que ya habrían cometido varios ilícitos.
Al hombre, en este último caso, le robaron un televisor de 32 pulgadas de pantalla plana que recién está pagando. Una garrafa, ropas que estaban en el tendedero y perfumes de la mujer. Además una consola de videojuegos que incluso habían ofrecido en las horas posteriores a un muy bajo costo según datos de los vecinos.
El robo ocurrió el último viernes, entre las 17.30 y 19, cuando el anciano y sus familiares habían salido al centro a realizar un trámite. Los malhechores, al menos tres, ingresaron por un tejido en el patio trasero y luego de violentar dos puestas con un hierro, irrumpieron en el inmueble.
El joven de 18 años que vive con su abuelo contó que un vecino le dijo posterior al hecho que había visto que tres sujetos merodeaban la casa, Uno actuó como campana y otros dos se dedicaron a cometer el robo.
Otros vecinos también habrían visto lo sucedido y saben que se trata de conocidos delincuentes. Al menos eso confió el joven cuyos datos se preservan por cuestiones de seguridad personal.
Otro aspecto curioso del hecho es que según los damnificados, ellos fueron a denunciar el hecho y en la comisaría seccional Séptima solo tomaron sus dichos y les prometieron actuar pero los uniformados ni siquiera fueron al escenario del robo.
El muchacho contó que otros vecinos le comentaron que horas después del hecho los malvivientes estaban ofreciendo a bajo costo las cosas robadas y que un día en su patio apareció un papel con el nombre de los responsables del atraco y que todo esto fue alertado a la Policía y nada. “Ni siquiera fueron a tomar huellas o hacer alguna recorrida por la zona”, indicó el joven.
El abuelo, por su parte, contó que suele cocinar para algunos chicos que andan por la zona sin nada y que varias veces los llevó a comer a su casa. Algunos de esos jovencitos tendrían relación con el hecho o al menos hay sospechas sobre ellos.
La víctima vivo desde Santo Pipó hace dos años y está muy apenado porque con mucho esfuerzo había comprado las cosas que le birlaron los ladrones.
Tato, Mati y un tal “Elías” fueron mencionados por los vecinos como los presuntos autores. No se sabe nade de ellos en la zona desde hace unos días. Mucho menos de las cosas robadas.
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