Familiares y conocidos de los siete policías detenidos en San Vicente acusados de golpear de manera brutal a dos presos alojados en la comisaría Primera se movilizaron este lunes frente al juzgado de Instrucción Tres, que entiende en la causa. Pidieron la liberación de los uniformados. De momento, todos se encuentran a disposición del magistrado Horacio Heriberto Alarcón, quien definirá la situación procesal del grupo una vez que finalicen las pericias y que los sospechosos sean indagados.
Los manifestantes se movilizaron desde la Unidad Regional VIII de la fuerza de seguridad provincial hasta el edificio judicial. La manifestación fue pacífica.
Los uniformados arrestados se encuentran en distintas dependencias, a la espera de ser indagados por el juez.
El viernes viajó desde Posadas hasta San Vicente un grupo de investigadores de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC), que llevó adelante una inspección ocular y registros fotográficos en la seccional donde habrían sucedido los hechos. La intención era constatar y registrar los lugares donde los detenidos aseguran haber sido castigados por los policías.
Fuentes judiciales indicaron que, de momento, hay coincidencia entre el relato de los denunciantes y los lugares mencionados.
Mario D. (33) y Gabriel T. (30) aseguran haber sido víctimas de vejámenes y torturas por 24 horas seguidas. Dicen haber recibido patadas y puñetazos en las celdas y en una de las oficinas de la comisaría Primera.
El jefe de la repartición, José Fischer; otros dos oficiales, dos suboficiales y dos agentes, fueron pasados a disponibilidad y detenidos por el hecho, que se conoció el jueves pasado. Trascendió que serían imputados de los delitos de vejámenes y torturas.
Hasta el momento no está claro el por qué de la agresión. Las fuentes descartaron la intención de que “confesaran”, ya que sobre los dos detenidos que denunciaron los apremios habría fuertes indicios y su situación en torno del robo que les imputan sería comprometida.
