Un domingo cualquiera

«Se é pela alternância de poder, então vamos ficar 500 anos». El desafío de Lula Da Silva es una acertada radiografía de la historia latinoamericana gobernada desde siempre por una matriz ideológica idéntica, que naturalizó a los excluidos y exacerbó las desigualdades.
“Es América Latina, la región de las venas abiertas. Desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido sucesivamente determinados, desde fuera, por su incorporación al engranaje universal del capitalismo”, explica con precisión quirúrgica el uruguayo Eduardo Galeano.
Con contadas excepciones, nunca hubo al sur del río Bravo una conjunción de gobiernos con ideologías similares que se haya mantenido por más de un mandato. Una década parece nada comparada con los 500 años.
En el último tramo de la campaña, Lula puso énfasis en los avances logrados en Brasil en doce años del gobierno del Partido de los Trabajadores, que hoy enfrenta otra hora crucial, con la segunda vuelta que tiene a Dilma Rousseff con sólidas chances de alcanzar la reelección ante una caída en la intención de voto de su oponente, Aecio Neves.
La estrategia es clara. El PT tiene mucho para mostrar. De acuerdo a la ONU, durante sus doce años de gobierno la pobreza disminuyó de 24,3 al 8,4 por ciento y la indigencia fue del 14 al 3,5 por ciento. Además, cayó el desempleo, el trabajo infantil y subió el nivel de escolarización.
El Brasil de 2002 sufría pobreza y severos problemas de desigualdad. Las transformaciones sociales ligadas a decisiones políticas del Partido de los Trabajadores en cuanto a reformas económicas y a planes sociales, como el Hambre Cero y posterior Bolsa Familia, hicieron que salgan de la pobreza más de 22 millones de personas.
Se fortaleció el mercado interno por medio del aumento en los salarios, diversificación de los créditos y facilidades para que la clase media pudiera acceder a ellos.
El Estado presente fue la clave social, pero en paralelo, pelea el quinto lugar entre las economías más grandes del mundo.
Además de estar en juego la ratificación del modelo del PT, este domingo también se pone en discusión el rumbo político en Uruguay, donde hace diez años gobierna el Frente Amplio, hoy con Pepe Mujica -quien será candidato a senador-, antes con Tabaré Vázquez, quien tiene grandes posibilidades de ser reelegido.
La contienda electoral se dirimirá entre Tabaré Vázquez y el candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, hijo del ex presidente Lacalle Herrera (1990-1995) quien difunde un programa de reformas económicas neoliberal.
El partido de Mujica llegó al poder en 2004 y recibió al país con un gran endeudamiento público, con una alta tasa de desempleo, y los niveles de pobreza e indigencia más altos de la historia. En una década logró grandes avances en materia de salud, educación e inclusión social, con una consecuente reducción significativa en los niveles de desempleo y pobreza que contrastan con el período anterior.
Se aplicó una reforma tributaria que mejoró la redistribución del ingreso; se restablecieron los consejos de salarios suspendidos en 1992; una reforma de la salud que no se detiene; duplicó la inversión en educación; y redujo la pobreza, que pasó del 40 por ciento en 2004 al 11,5 por ciento en la actualidad.
El Partido Nacional está sustentado en las mismas ideas que son el núcleo de la hegemonía neoliberal y que llevaron el país a una profunda crisis económica y social. También sostiene que es necesario revisar todas las políticas sociales implementadas por el Frente Amplio.
Lacalle apuesta por un modelo económico con mayor apertura al capital privado, cuestiona la política del FA tachándolo de demasiado estatista y poco eficiente.
En cuanto a la política exterior, propone “desideologizar” las relaciones cercanas con el Mercosur y centrarlas en lo comercial, abriendo el país a la inversión extranjera, todo lo cual expresaría el retorno del neoliberalismo al país oriental. Es lo mismo que proponía Marina Silva en Brasil o ahora Aecio Neves, quien disputa su oportunidad en la segunda vuelta.
Evo Morales en Bolivia fue ratificado con menos sobresaltos. El año que viene se disputará la presidencia en la Argentina.
En todas estas elecciones hubo un trazo similar: gobiernos con un fuerte anclaje en políticas sociales, un Estado firme ante los poderes económicos tradicionales y una oposición furibunda, descolocada por el desplazamiento político y desesperada por recuperar terreno, acompañada por una sociedad más o menos preocupada por el precio del dólar que por el real acceso a la divisa.
Por eso, las elecciones de este domingo en Brasil y en Uruguay ponen en juego los mismos valores que estarán en disputa el año que viene en la Argentina.
En los últimos años, las oposiciones en toda la región parecieran están cortadas por el mismo patrón, desde Capriles en Venezuela, pasando por Marina o Aecio, Lacalle, Massa o Macri en Argentina. Expresan con mayor o menor vehemencia, el discurso dominante que se impuso durante 500 años por el garrote, la bala o las corridas financieras. Cualquiera de ellos podría ser el opositor a Cristina, si ésta fuera candidata en 2015 en cualquier país latinoamericano, porque básicamente, representan a los mismos intereses.
“A escala humana diez años es un montón, pero a escala política, de momento histórico, es nada”, aseguró el vicegobernador Hugo Passalacqua, para definir, justamente, este momento crucial. Para él, la Renovación apenas está dando sus primeros pasos como movimiento político y lo mismo se puede aplicar para el kirchnerismo, el PT o el Frente Amplio en Uruguay.
El vice, que está en el centro de la escena política, no tiene dudas que el modelo nacional seguirá, corregido y aumentado, de la mano de Daniel Scioli, a quien da por seguro como el próximo presidente.
Passalacqua coincide con la comparación inicial. “Nunca en la historia se hicieron tantas escuelas, tantas viviendas como en esta década. Misiones creció muchísimo y es mejor que hace diez años, eso no lo puede negar nadie”, asegura. Al mismo tiempo, advierte que el crecimiento sólo se mantiene con recursos y para eso, la política impositiva es la piedra basal.
Y es, en definitiva, eso lo que se discute en estos tiempos: hasta dónde puede el Estado intervenir en la economía para producir el prometido efecto derrame que nunca llegó en la oleada neoliberal. O más profundo, para distribuir mejor.
Por eso ponen el grito en el cielo -y pierden plata- los sojeros, que son capaces de vender a un menor precio con tal de no resignar millonarias ganancias. No es más que dinero. Ni siquiera hay ideología.
En el coloquio de IDEA, un foro empresario tradicionalmente opositor, se dejó en evidencia que no es el «populismo» del Gobierno lo que genera resquemores. No es la corrupción. Es nada más que el porcentaje de ganancias en disputa.
Un abrumador 47 por ciento de los empresarios consultados en el coloquio consideró válido pagar coimas. Pero entre sus filas están decenas de empresarios que no dudan en afirmar que la corrupción es el peor de los males del país.
El ejemplo puede transferirse a Misiones y la feroz pelea que iniciaron los comerciantes posadeños contra la política fiscal. Durante años se quejaron de las asimetrías y la competencia desleal con la mercadería «trucha» que se vende en la frontera o se importa desde Paraguay. Pero no dudaron en transformarse en actores políticos apenas los controles de Rentas comenzaron a hacerse más exhaustivos y a decomisar mercadería de dudosa legalidad que se introducía en negro a la economía misionera.
Los controles se encontraron con artilugios de todo tipo para evadir o aliviar «el costo» impositivo. Los nombres son re-conocidos en el ambiente empresario.
El último decomiso de ropa trucha que pretendía ingresarse a la Provincia desató un escándalo en la plaza comercial posadeña. Es que buena parte de la mercadería envuelta en bolsas negras y sin ningún papel, venía a nombre de la familia Jantzon, uno de los principales apellidos en el negocio de indumentaria en Misiones. El patriarca de la familia tuvo que admitir que la carga era de sus hijas, pero aseguró que no se intentó evadir, sino que hubo “errores formales” que fueron magnificados por la “persecución” de Rentas a quienes se oponen a la política impositiva.
El empresario tiene una cadena familiar de negocios en el microcentro posadeño, que se caracteriza por ofrecer marcas y precios elevados y es uno de los militantes contra los “impuestos abusivos”.
De todos modos, en medio de las escaramuzas entre comerciantes y el fisco, hay conversaciones para alivianar, no los controles, sino la presión burocrática sobre los negocios.
Ya hubo encuentros entre funcionarios de primera línea y dirigentes de la Cámara de Comercio de Posadas y se espera que el jueves haya una reunión formal entre comerciantes y el director de Rentas, Miguel Arturo Thomas, con la mediación del Colegio de Abogados. La sangre, seguramente no llegará al río.
Es tiempo de definiciones políticas y aunque la fecha de las elecciones todavía no está decidida y dependerá mucho de la evolución del escenario nacional, de a poco va tomando forma el contexto local.
La Renovación decidió ir con lista única con un llamado específico a evitar que el personalismo interfiera en un armado contenedor para todos quienes conforman la coalición gobernante. Se abrió así un tiempo de análisis para escuchar posiciones y definir el armado. Una de las más esperadas es la de Alex Ziegler, quien nunca dejó de trabajar desde los comicios del año pasado.
“Cómo nos vamos a presentar a Gobernar la Provincia o un país si no somos capaces de consensuar entre nosotros mismos. Tenemos la costumbre de la lista única que es un consenso, que los opositores dicen el dedo. Si, es un dedo apropiado por varios y que resume la historia de nuestro movimiento renovador en la Provincia desde sus inicios y que ha sido aceptado por la gente. Todas las candidaturas desde 2003 han surgido de esa metodología”, sostuvo el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, quien destacó además otros puntos del acta de acuerdo, como el valor de la palabra empeñada y el interés común por sobre el individual.
Un solo hombre reúne el consenso para el sillón principal. Una de las definiciones que dio, en un reportaje concedido a este diario, es que la política fiscal debe sostenerse como única herramienta probada, capaz de provocar una distribución efectiva.
Los candidatos de la oposición prefieren decir lo que se quiere escuchar: bajar impuestos, subir salarios y mejorar el Estado. No dicen qué varita mágica utilizarán, aunque el endeudamiento es siempre una variable a ser considerada.
El entramado opositor comienza a ensayar opciones para enfrentar a la Renovación con chances de éxito.
El radicalismo parece operar como una franquicia. Ofrece la marca al mejor postor depende del mercado y del público al que se apunte. En el seno de la UCR hay una gran batalla divisoria entre el conservadurismo y el ala progresista.
Son muchos los que quieren fortalecer a Unen, así se pierdan las elecciones, mientras que otros, arrastrados por Carrió, prefieren acuerdos con Massa o Macri que acrecienten sus expectativas de llegar a un cargo.
El presidente del partido y candidato presidencial, Ernesto Sanz, abrió el juego para cualquier alianza en las provincias, donde la suerte de cada dirigente depende de su capacidad de negociación.
Así Gerardo Morales se muestra con Sergio Massa en Catamarca, el propio Sanz prefiere a Macri, mientras que en Misiones, Gustavo González negocia abiertamente una fórmula con el PRO que lidera Alfredo Schiavoni.
En ese juego en el que la única regla que vale es la conveniencia personal, la UCR desprecia su costado más progresista para colarse en alianzas que, no por mucho promocionadas, han tenido éxito en el pasado. La frustrada experiencia de Alfonsín con De Narváez debería ser un alerta.
La idea de una alianza con el PRO generó un cisma en la UCR, que podría llegar hasta la ruptura. La excusa para romper fue la discusión por el presupuesto hace unas semanas, cuando el PRO le marcó la cancha al radicalismo para que votaran en sintonía. Esa noche marcó el fin de la tolerancia en el grupo de los RPP -Radicales Populares y Progresistas-.
Mientras que González y Luis Pastori optaron por una alianza con el PRO, los RPP prefieren que la UCR vaya en soledad, pero sostenga una idea más atada a los principios de Raúl Alfonsín que a los dictados marketineros de la nueva política.
Si la fractura se produce, los RPP -representados en la Legislatura por María Losada, Hugo Escalada y Mario Pegoraro- imaginan una coalición más de izquierda y hubo contactos con el chacarero Héctor Bárbaro para avanzar en ese camino.
Pero el propio Bárbaro mantiene fluido contacto con el PRO y la otra UCR, mientras que también trabaja con Julián Domínguez, el kirchnerista al que votaría por la confianza generada cuando era ministro de Agricultura.
Del otro lado, la alianza UCR-PRO provocaría movimientos en la fórmula del radicalismo. El diputado nacional Luis Pastori, oficialmente aspirante a vice, ya dijo que le gustaría ser candidato a intendente de Posadas. “Hoy soy candidato a vice, el año que viene, veremos”, admitió.
La idea es bajarse de su candidatura para ceder el espacio al PRO, lo mismo que varios lugares en la lista de diputados, lo que desplazaría a los elegidos en la lista del cardiólogo Osvaldo Navarro.
La última barrera para el acuerdo es la Convención partidaria, donde la oferta del PRO no seduce. Se necesitan los dos tercios para ser ratificado un acuerdo, algo que por ahora González y Pastori no alcanzan.
La alianza que prefiere Pastori es la misma que impulsa Carrió con Macri en el ámbito nacional. Lilita lo dice con menos pruritos. “¿Saben por qué quiero la alianza con Pro? Para ganar. El problema son los radicales que quieren ser segundos”, disparó y acusó de “imbecilidad” a quienes se oponen al pacto.
Pero el menjunje ideológico que significaría una alianza PRO-UCR no espanta sólo a algunos radicales. El ex diputado nacional Ramón Puerta, ex socio de Macri, hoy uno de los representantes de Massa en Misiones, advirtió sobre “el daño” a la política que provocaría la alianza multilateral sin cohesión ideológica. Por eso apuesta a Massa a quien comparó con Carlos Menem “por cómo llega a la gente y la esperanza que da”. El apostoleño, a quien tientan para ser nuevamente candidato a gobernador, sostiene que todo el peronismo opositor puede juntar como piso, 130 mil votos, sumando los suyos, los de Adolfo Velázquez y los de Juan Carlos Ríos, otro peronista que se sumó al massismo.
En el Gobierno no hay definiciones sobre el cronograma electoral, como reclama la oposición. El gobernador Maurice Closs señaló que “el pueblo misionero está mucho más preocupado por el precio de la yerba, porque tengamos energía, empleo, construyamos viviendas, porque podamos entregar títulos de propiedad, por potenciar a las industrias y no porque el Gobernador tiene que avisarles ya cuando serán las elecciones”.
Closs no dejó entrever cuál será la decisión final. “Nunca fuimos sorpresivos, cuando adelantamos las elecciones lo anunciamos a fines de febrero. Si se quiere dar precisión a una elección se debe fijar constitucionalmente como ocurre en otras provincias expresando, por ejemplo, “las elecciones en Misiones se harán siempre con las presidenciales”, o fijando que sea el segundo o tercer fin de semana de tal mes. Pero hoy nosotros tenemos una legislación que me da la facultad de decidir si se desdoblan o no las elecciones”.
Entre las preocupaciones que mencionó Closs, está el precio de la yerba. Para el mandatario, el aumento precio actual no es de lo más preocupante, porque en la práctica se está pagando por encima del oficial. Sí consideró que hay que conseguir un buen acuerdo para la zafra que se iniciará el año que viene, que marca el crecimiento verdadero y define los ingresos que recibirán los productores durante el año. En los próximos días podría haber una nueva reunión entre Closs y el secretario de Comercio, Augusto Costa, para potenciar el valor de la yerba sin perjudicar a ninguno de los eslabones de la cadena.

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